CARTAGENA. Estas semanas hemos tenido varios debates en torno a la Justicia en nuestro trimilenario municipio, como son la ciudad de la Justicia y el nuevo Juzgado de lo mercantil. Dos piezas fundamentales para el buen funcionamiento de nuestro municipio. Pero además de este tipo de justicia hay otras que también son importantes y que a veces pasan desapercibidas y tiene que ser una pandemia mundial la que haga que aflore de forma virulenta: la justicia social.
El pasado sábado 17 de octubre fue el Día Mundial de la Pobreza, un día marcado en rojo en nuestro calendario que nos hace recordar uno de los mayores problemas que el mundo actual tiene. No solo el problema existe en países que solemos llamar del tercer mundo, sino que por desgracia está en nuestro día a día, unas veces lo vemos y otras no, pero como he dicho antes, si algo ha hecho esta pandemia fue aflorar lo que antes se maquillaba o simplemente no queríamos ver.
"creo que una sociedad sin justicia social real no es una sociedad real"
Me presenté a ser el secretario general del PSOE de Cartagena y liderar una formación política con 140 años de historia, donde varios de nuestros referentes son Largo Caballero, estuquista, o lo que llamamos hoy en día estucador, hijo de un carpintero toledano y de una limpiadora domestica de Brihuega; Indalecio Prieto, un taquígrafo huérfano de Bilbao o del mismísimo Pablo Iglesias Posse nacido en el Ferrol y que junto a su madre emigraron a Madrid a pie para buscar una vida mejor y que acabó internado en el Real Hospicio General de Pobres del Ave María y Santo Rey Don Fernando.
Aunque algunos intenten ahora martillear su memoria, otros nos sentimos orgullosos de nuestro pasado, pero sobre todo siendo de un barrio obrero como es el barrio de Santa Lucía, no cabe otra cosa que poner la justicia social en el centro de mi acción política y la del Partido Socialista de Cartagena como lo es en el día a día de mi vida.
Hoy me centro en la justicia social, que más allá del lema, quien me conoce sabe que es por lo que lucho y lo que me mueve, porque realmente creo que una sociedad sin justicia social real no es una sociedad real. Una sociedad que no aplique en el día a día mediadas para corregir esa desigualdad no es una sociedad desarrollada. Sobre todo, cuando un presidente de España primó el salvar vidas al de cualquier otra cosa, confinando a todo un país. Medida que salvó a miles de personas pero que afloró esa desigualdad agazapada, silenciosa, que de pronto, de la noche a la mañana, explotó con virulencia y destapó algo que no veíamos o no queríamos ver.
Aunque no todo está perdido, porque eso también puso de manifiesto que debíamos de actuar. En medio de un virus mortal y del pánico de la situación, vimos situaciones que nos hizo fortalecernos como sociedad, vimos cómo los sanitarios se enfrentan a este virus sin descanso, vimos cómo vecinos ayudaban a otros vecinos para simplemente comer, vi cómo la educación se paró en seco y algunos hicimos llegar los deberes a los sitios menos acceso (¡hasta al castillo llevé tareas escolares!), vi cómo los trabajadores sociales se ponían el chaleco azul con el logo de nuestra ciudad y lucharon contra la otra pandemia (la del hambre y la pobreza), vi a los voluntarios de protección civil volcarse con el reparto de comida y enseres básicos, vi al ejercito transportar y remangarse para ayudar en lo que hiciera falta, vi como un gobierno socialista y progresista aprobó los ERTES, el IMV, ayudas a los autónomos, moratorias hipotecarias y un largo etc.
En definitiva, vi que dentro del caos éramos un mundo un poco más justo, más humano, y que ante situaciones difíciles arrima el hombro y se remanga para ayudar a los más desfavorecidos. Por ello no debemos olvidar nunca que conseguir una justicia social real para todos y todas es el único camino para avanzar.
Manuel Torres.
Secretario general del PSOE de Cartagena.