MURCIA. Y a la cuarta semana de encierro empieza a salir el sol en la Región de Murcia. El consejero de Salud arrancó su comparecencia diaria lanzando un ilusionante mensaje de ánimo: "Si lo hacemos bien, esta semana debe suponer un cambio de tendencia". Habituado a desenvolverse con cautela y prudencia, Manuel Villegas apenas ha concedido momentos de entusiasmo desde que estalló la crisis sanitaria, de cuya evolución diaria lleva dando cuenta ininterrumpidamente desde el 8 de marzo, el día en que se conoció el primer positivo de coronavirus. "No hay que bajar la guardia", dice a diario, una de sus coletillas más repetidas.
Pero la Región encara la Semana Santa instalada en una esperanzadora tendencia, como así muestran varios indicadores. El Instituto de Salud Carlos III situaba a Murcia en el grupo de las autonomías que ya atisban el principio del fin de la pandemia. Además, la Comunidad se encuentra entre las regiones que dan mejores muestras de controlar el virus, con el cuarto mejor índice nacional de contagios por enfermo (0,68) y la quinta mejor tasa de crecimiento de las dos últimas semanas (-5,28%), según apunta la Agencia Efe.
Es una evidencia: la incidencia del Covid-19 se ha frenado en la Comunidad. De la dura semana del 23 al 29 de marzo, cuando los positivos se dispararon de 385 a 897 casos (es decir, 512 nuevos contagios), se ha pasado al crecimiento ralentizado de la última semana (del 30 al 5 de abril), cuyo balance ascendió de 920 a 1.035 afectados (115 nuevas infecciones). Sin ir más lejos, los casos activos, que bajaron por primera vez el pasado domingo, ya acumulan dos días consecutivos de descensos.
El revés de la evolución de la pandemia son los fallecimientos: se siguen sucediendo los decesos con días especialmente negros, como las diez defunciones conocidas este lunes, el peor dato desde que se propagó el virus. Si la semana anterior se experimentaba una caída importante de los contagios, la cifra de víctimas mortales, en cambio, aumentaba y registraba la peor cifra, con 34 muertes en siete días. Por eso, sí, conviene no bajar nunca la guardia y seguir escrupulosamente el confinamiento.
Con todo, la Región continúa siendo la comunidad con el número de fallecidos más bajo de todo el país, con la salvedad de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. También Murcia es el territorio autonómico con menos contagios. No en vano, el Covid-19 tardó en aparecer en tierras murcianas -la Comunidad fue la última, de hecho-; el primer caso no se detectó hasta el 8 de marzo y la primera víctima se conoció el 20 de marzo (un jumillano de 70 años).
Salvo cambio brusco, el temido pico se ha convertido al final en una meseta para alivio del sistema sanitario. "En la Región no hemos tenido una montaña clara, sino más bien hemos seguido una curva de pandemia muy cercana a la de Corea del Sur", expuso Villegas. "Hemos seguido una meseta, una fase muy larga en la que estamos instalados", examinaba el titular de Salud.
El consejero también explicaba que el número de ingresados se ha estabilizado y dio otro dato optimista: el pasado domingo hubo más personadas curadas (26) que infectadas (24). También este lunes se contabilizaron más altas (37) que nuevos contagios (24).
Por esa razón el consejero confía en que la curva abandone la zona plana y empiece a caer en los próximos días. Los murcianos -y el resto de españoles- llevan confinados casi un mes. Y es el momento de que se noten los efectos del cierre de la actividad no esencial, ordenada la pasada semana por el Gobierno central. "Esperamos una mejoría clara a lo largo de estos días". Ese es el clavo ardiendo al que se agarra la Región de Murcia.