La tesis de Sebastián Cánovas desarrolla nuevos modelos de gestión de la energía mediante inteligencia artificial para sensores del tamaño de un glóbulo rojo
CARTAGENA. En la frontera del conocimiento, una de las últimas tesis defendidas en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) realiza aportaciones para un nuevo tipo de redes de comunicación para nanodispositivos de tamaño micrométrico que pueden suponer una auténtica revolución en muchos campos, pero especialmente en Medicina.
La investigación doctoral de Sebastián Cánovas Carrasco, dirigida por los profesores de la Escuela de Telecomunicación Joan García Haro y Antonio Javier García Sánchez, diseña nuevas arquitecturas y técnicas de comunicación para nano-redes orientadas a aplicaciones médicas como la monitorización de un biomarcador y el envío de alertas tempranas en tiempo real y desde el interior del paciente, mejorando significativamente la eficacia a la hora de diagnosticar y tratar enfermedades.
“Estos nanodispositivos son capaces de realizar tareas sencillas en escenarios en los que equipos de mayor tamaño serían excesivamente invasivos”, resalta el nuevo doctor por la UPCT.
Una de las aplicaciones con mayor potencial consiste en una nano-red compuesta por dispositivos de tamaño micrométrico circulando por el sistema cardiovascular para detectar diferentes patologías, como un nivel elevado de bacterias en sangre o la detección de una cardiopatía isquémica, pudiendo realizar lecturas muy precisas en tiempo real y enviarlas inmediatamente a personal médico a través de Internet, como se detalla en el último trabajo publicado en la revista científica internacional IEEE Access.
Los investigadores también han desarrollado durante la tesis nuevos modelos de gestión de energía para nanodispositivos o el uso de políticas de transmisión inteligente usando algoritmos de inteligencia artificial para optimizar el uso de los limitados recursos de un nanodispositivo, todos ellos avalados por publicaciones en revistas internacionales de alto impacto.
El tamaño de estos nanodispositivos puede llegar a ser de unos pocos micrómetros cúbicos, no más grandes que un glóbulo rojo, por lo que presentan diferentes limitaciones técnicas en términos de memoria, capacidad de cómputo, cobertura y almacenamiento de energía. Estas nanocomunicaciones transmiten en la banda de frecuencias de THz (radiación de terahercios), situada entre las microondas y el infrarrojo.