exposiciones confinadas

Nos vemos donde lo dejamos: 'Escrituras ácratas', en el Párraga

27/05/2020 - 

MURCIA. Nos vemos donde lo dejamos. Esta frase es la que parecen decirnos los museos y salas de exposiciones de la Comunidad, que el próximo martes abrirán sus puertas con aforos reducidos para retomar su actividad justamente donde se quedó cuando la covid-19 les obligó a cerrar sus puertas. Todos estos espacios han guardado en su interior exposiciones que han quedado 'confinadas' durante más de dos meses, algunas sin haber estado expuestas el tiempo suficiente, otras recién inauguradas y una en concreto que ni si quiera tuvo la oportunidad de abrir al público. Se trata de Escrituras ácratas, una de las muestras más relevantes de la programación de esta temporada del Centro Párraga, cuya inauguración estaba prevista para el viernes 13 de marzo, el mismo día en el que los titulares de los periódicos amanecían con el siguiente titular: El Gobierno decretará mañana el estado de alarma en toda España (durante 15 días, decían...).

"Madre mía, ¡qué viernes!", recuerda la filósofa y coleccionista Teresa Calbo, la comisaria de Escrituras ácratas, una exposición que surge como un proyecto personal que parte del desencanto ante la palabra y ante los usos de la escritura (utilizada para fijar leyes, ideologías, discursos,..). Calbo plantea con esta exposición -en la que ha reunido obra de 21 artistas y cuya permanencia se ha prolongado hasta el 12 de julio- que hay "otro modo de escribir que permite acceder a una realidad diferente", tras haber constatado la existencia de una línea de trabajo en el arte contemporáneo actual que indaga en "la escritura sin palabras". En este sentido, la comisaria de arte recuerda el significado del término ácrata como oposición a la autoridad; en este caso, a la de la rigidez de la omnipresente escritura en la cultura occidental.

Jaime Pitarch lleva años pintando latas de pintura corriente. Saca la pintura de dentro de la lata y la va poniendo por fuera. Esto requiere un proceso de meses, años.        

La exposición, donde se relaciona la obra de artistas consagrados y de una larga trayectoria con la de otros más jóvenes, parte -para armar la muestra- del "corpus teórico" de Pablo Palazuelo y José Luis Castillejo, quienes, partiendo de diferentes propuestas conceptuales, ofrecen otra forma de mirar la realidad en contraposición a las palabras que están desgastadas (existe una sobrecarga de lo escrito en todo lo que nos rodea, recuerda Teresa Calbo). A través de las artes plásticas surge, de esta foma, un anhelo de liberación, de llegar a un punto cero del lenguaje, al puro gesto de trazar, con la esperanza de que el trazo -la comisaria señala la importancia en la exposición de este elemento- devuelva la presencia de las cosas mismas.

Así, además de Palazuelo y Castillejo, en las salas 2 y 3 del Párraga se establece un diálogo, una comunicación, a través de los lenguajes plásticos de Jaime Pitarch, Detanico Lain, José Vera Matos, el cartagenero Javier Pividal, Luis Úrculo, Elena Alonso, Julia Llerena, Alberto Gil Casedas, Andrés Fernández, Maya Saravia, Marlon de Azambuja, Cristina Mejías, Maíllo, Michal Martychowiec, Juan López, Elsa Paricio, Eloy Arribas, Carlos Schwartz y Rosell Meseguer.

Obra de Juan López, a la izquierda, y de Detanico Lain al fondo      

Sin embargo, aún quedan palabras para transmitir el espíritu de esta exposición, como las de José Ángel Valente (La memoria y los signos), que se utilizan como referencia en la presentación de la muestra: "En vano vuelven las palabras, pues ellas mismas todavía esperan la mano que las quiebre y las vacíe hasta hacerlas ininteligibles y puras, para que de ellas nazca un sentido distinto, incomprensible y claro, como el amanecer o el despertar". Y, como dice Teresa Calbo, aunque no fue posible inaugurar Escrituras ácratas, "esperamos por lo menos poder celebrar un acto de clausura".

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