DESDE MI ATALAYA / OPINIÓN

No todo vale

24/11/2020 - 

MURCIA. Los Presupuestos Generales del Estado lograron pasar su primer examen, tras el cual se abre un periodo interesante en el que las distintas comisiones tendrán que analizar, de forma pormenorizada, los detalles y la letra pequeña de lo que supone el proyecto más importante de los que el actual Gobierno ha puesto en circulación.

La sorpresa, tras varias semanas de incertidumbre sobre los posibles apoyos parlamentarios que el mismo podría generar, la dio Bildu al anunciar su aprobación inicial, así como que –"si nada se tuerce"también apoyaría el proyecto final. Un anuncio que lo hizo público el mismísimo Arnaldo Otegi, aduciendo que en estos Presupuestos "se juega la relación política con el Estado para los próximos años", y que Bildu observa "receptividad" en el Gobierno a su petición principal, que es "blindar los derechos de la gente". A continuación, el artífice de este ‘acuerdo’, Pablo Iglesias, se felicitó y manifestó que esta formación (refiriéndose a Bildu) se integrará en la "dirección del Estado".

Ojipláticos nos hemos quedado muchos al escuchar esta afirmación, así como la de Otegi sobre el "blindaje de los derechos de la gente". Dos testimonios de los que desconocemos su significado ni el alcance de estos, aunque nos lo podamos imaginar. A lo peor, como dice el refrán, lo que hoy cuesta dinero mañana se sabe de gratis; y no a mucho tardar nos enteramos de los pactos que el vicepresidente segundo ha podido hacer y cuáles son las condiciones que los filoetarras nos han colado.

He de reconocer que, cada día más, el presidente del Gobierno no deja de sorprenderme. Lo peor de las hemerotecas es que, con Internet, ahora las tenemos dentro de casa y podemos recrearnos; –p.ej.- repasando una entrevista hecha en TV Navarra, en la que Pedro Sánchez enfatizaba: "Pero si le estoy diciendo que con Bildu no vamos a pactar, si quieres lo digo 5 veces o 20, ¡con Bildu no vamos a pactar! Con Bildu, se lo repito, no vamos a pactar... si quiere se lo repito otra vez".

Anteriormente, con motivo del segundo debate electoral, también había hecho unas declaraciones en las que no tuvo ningún reparo en asegurar que él no ha pactado ni pactará con los independentistas: "Es falso, por mucho que traten de repetirlo. Falso es falso. NO es NO y NUNCA es NUNCA". Por otra parte, y para corroborar la falta de rigor, por no decir la falsedad de sus declaraciones, cabría recordar lo que dijo, hace casi un año, cuando garantizó que los presos del procés cumplirían de manera íntegra sus penas, negando que se les fuera a otorgar el indulto, y afirmando: "El acatamiento de la sentencia significa su cumplimiento, reitero, su íntegro cumplimiento", y añadió: "Nadie está por encima de la ley y todos estamos obligados a su cumplimiento".

Sería prolijo, y quizá aburrido, reiterar las numerosas declaraciones del inquilino de La Moncloa, en las que ha negado cualquier tipo de acuerdos con estas formaciones políticas cuyo fin (no lo ocultan) es tumbar el régimen –como así lo han afirmado en el parlamento vasco- y la implantación de un régimen manifiestamente abyecto, desde el que pretenden imponernos sus tesis independentistas, y a lo que el Gobierno de coalición está ofreciendo un balón de oxígeno con su política errática y disparatada.

A todo esto, es curioso que la única defensa esgrimida por los voceros de turno, que pregonan el argumentario base esgrimido por el gurú monclovita, sea la necesidad de aprobación de los Presupuestos, cuando acabamos de conocer que el Fondo Monetario Internacional los ha criticado severamente y que la Unión Europea los pone en cuestión al no creerse el capítulo de ingresos que prevén. Además de que, es sabido, que este proyecto estaba previamente consensuado con Ciudadanos y no necesitaba de ningún otro apoyo independentista o proetrarra.

Por eso no entiendo bien cuál es la jugada del presidente, dado que no necesitaba negociar nada con estos partidos, ni tenía porque haber hecho determinadas concesiones -que las conoceremos muy pronto-. Ni tampoco puedo concebir que tales sartas de mentiras provengan de un personaje –controvertido, por supuesto- pero que aglutina, en torno a su política, a tantos miles de ciudadanos de buena fe que han creído a pies juntillas en las promesas incumplidas de un señor que ha demostrado no tener rubor alguno a la hora de mentir. Seguro que muchos de estos militantes evocarán aquella frase que reclamaba: "Nos merecemos un gobierno que no nos mienta…" ¿se acuerdan ustedes?

Al final va a llevar razón el presidente de Castilla-La Mancha (García Page) cuando dice que "esto no tiene pase", y que está desolado al comprobar que "la política del PSOE la está marcando Pablo Iglesias". Una aseveración que se ve corroborada con el malestar generalizado que existe en una parte de la militancia y de la que es una buena muestra el comentario que un amigo me hacía hace unos días: "Soy una persona que me considero socialista, obrero y español… pero sin partido".

Y es que, como decía yo al principio, no todo vale.

Jesús Norberto Galindo 

Jesusn.galindo@hotmail.com

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