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¡No es la agricultura!

30/07/2022 - 

MURCIA. Recientemente un grupo de ingenieros agrónomos que trabajan en el Campo de Cartagena (Agroingenieros por el Mar Menor) ha presentado un estudio, ampliamente documentado, que pone de manifiesto que los nutrientes que provocan la eutrofización del Mar Menor no proceden mayoritariamente de la agricultura, ya que el nitrógeno llega al acuífero en muy pequeña proporción y los fosfatos se retienen en el suelo.

"La sociedad está cansada de discusiones estériles, de competencias e incompetencia"

El acuífero cuaternario del Campo de Cartagena está contaminado por nitratos, pero no por fosfatos por lo que su presencia en el agua (imprescindibles para la proliferación de algas) se corresponde a una contaminación procedente de aguas residuales mal depuradas o lixiviados de granjas y estiércoles

Sin embargo, se insiste en lo contrario para culpabilizar a los agricultores, demonizar la agricultura y reducir el Trasvase Tajo-Segura, a pesar de que el 80-90% de los fertilizantes utilizados en la agricultura sostenible del Campo de Cartagena son absorbidos por los cultivos.

Cuando llueve el agua que llega al Mar Menor por la rambla del Albujón, transporta nutrientes que favorecen el crecimiento del fitoplancton, como nitrógeno en forma de amonio, fósforo (inorgánico y orgánico), materia orgánica, bacterias fecales y otros contaminantes como hidrocarburos, detergentes iónicos, aceites y grasas.

Estos nutrientes proceden de las aguas residuales de las fosas sépticas y las EDAR que alivian su carga sin depurar cuando reciben más agua de la que pueden tratar. En episodios de lluvias, aunque sea con intensidad moderada, la falta de una red separativa de pluviales y alcantarillado provoca el colapso de las EDAR que puede contaminar los cauces superficiales.

"La regeneración del Mar Menor requiere voluntad, compromiso y decisión de las distintas administraciones"

La regeneración del Mar Menor requiere voluntad, compromiso y decisión de las distintas administraciones para acometer las medidas necesarias que aseguren la recuperación de la biodiversidad acuática y el buen estado ecológico de sus aguas. Se trata de volver a convertir el Mar Menor en atractivo turístico de calidad y motor de la actividad económica de la región mediante la coexistencia de las actividades deportivas, vacacionales, agrícolas y residenciales.

Por ello es prioritario dedicar los esfuerzos en construir las redes pluviales separativas urbanas que reduzcan la descarga de aguas residuales para minimizar la entrada de nutrientes que favorecen la eutrofización. Desviar las aguas de las escorrentías, drenajes, acuífero o lluvias para reducir la entrada de agua dulce al sistema lagunar (5,1 hectómetros cúbicos en los cuatro primeros meses del año). Implantar una buena gestión de las golas para asegurar el aporte estable de agua del Mar Mediterráneo, mantener el nivel de salinidad y evitar el aterramiento de la laguna.

Sin embargo, las diferentes propuestas oficiales no van por esta línea. Se han planteado continuos cambios normativos para paralizar el desarrollo agrícola, la creación de enormes filtros que no van a impedir los vertidos de agua dulce, restricciones a los regadíos, regulación de fertilizantes, etc.. Iniciativas que en otros lugares del mundo se ha comprobado que no solucionan las crisis distróficas de los sistemas acuáticos.

La sociedad está cansada de discusiones estériles, de competencias e incompetencias, de negligencias, de vivir en la continua zozobra dependiendo de la meteorología y requieren soluciones urgentes que atajen la raíz de los problemas ambientales y permitan recuperar definitivamente el ecosistema del Mar Menor lo antes posible.

Si los datos que aporta el estudio ponen de manifiesto que los nutrientes que provocan los procesos de eutrofización no se deben a la agricultura, ¿por qué ese empeño en responsabilizar la actividad agrícola y el trasvase de los males del Mar Menor? ¿Después de tanto tiempo, recursos y medios empleados por qué no se ha actuado todavía? ¿Por qué se sigue consintiendo que a través de la rambla del Albujón se siga contaminando y dulcificando el agua del Mar Menor?

Muchos interrogantes, pero solo una respuesta ¡No es la agricultura!

Miguel Ángel Cámara Botía

Catedrático de Química Agrícola

Director Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica

Universidad de Murcia

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