MURCIA. Ciudadanos contiene la respiración ante el pulso que se ha desatado entre sus dos primeras espadas, Inés Arrimadas y Edmundo Bal. El conflicto no puede suceder en peor momento, con una formación naranja asfixiada por las pobres expectativas que auguran las encuestas e inmersa en pleno proceso de refundación. El portavoz liberal en el Congreso y último candidato en los comicios de Madrid alteró toda la hoja de ruta al proclamar su intención de encabezar el partido. Todo un órdago a la cabeza de la formación. La presidenta respondió inflexible, exigiendo una lista de unidad y pidiendo a Bal que se uniera a su candidatura. La pugna, de momento, continúa con los cuchillos en alto, a pesar de las reuniones privadas para rebajar la tensión. El choque es tal que ambos dirigentes se negaron el saludo en el acto conmemorativo del Día de la Constitución.
Esta situación mantiene en vilo a todas las filas internas, expectantes ante lo que la propia Arrimadas definió como un escenario que puede acabar "en guerra campal". Pocas voces se atreven a pronunciarse. De hecho, desde la ejecutiva regional, preguntados por este tema, responden que "no hacen declaraciones sobre los asuntos internos" y se limitan a las consignas publicadas en redes sociales. "Necesitamos un partido fuerte, renovado y unido para hacer realidad la refundación liberal", manifestó en Twitter la líder regional, María José Ros Olivo, quien aboga por la unidad: "Si somos capaces de llegar a acuerdos con los que piensan distinto, también lo haremos entre nosotros con generosidad y reflexión. Se lo debemos a los españoles y a nuestra gente".
Sin embargo, quien sí se pronuncia sin ambages es Ana Martínez Vidal. La diputada autonómica, hoy portavoz del Grupo Mixto y otrora líder regional de los naranjas (lo fue entre septiembre de 2020 y julio de 2021), tiene muy claro que la formación liberal debe cambiar de líder para encarar una nueva etapa. Eso giro incluye a sus dos principales rostros, que a su juicio deberían pasar a un segundo plano: "Pienso que ni Inés ni Edmundo deberían liderar esta etapa, ya que Bal es miembro del equipo de Inés", opina ante las preguntas de Murcia Plaza.
Así lo argumenta: "Pienso que, tras el proceso de refundación, la persona que lidere el partido debería ser alguien que no haya estado vinculado a la etapa anterior, con suficiente carisma y empuje para volver a ilusionar a la afiliación y a los votantes en esta etapa tan complicada, y que represente los valores fundacionales de nuestro partido". Esta posición supondría abrir una tercera vía, pues hasta la fecha la única voz discordante contra Arrimadas había sido la del propio Bal, el mismo que no hace mucho le prometía lealtad-"Siempre estaré con ella"- y ahora argumenta que "por la calle" le dicen que si la actual líder se vuelve a presentar "no votarían a Cs".
Martínez Vidal, no obstante, aclara que no se trata de echar por tierra el trabajo de los dos dirigentes enfrentados. "Inés y Edmundo son magníficos activos y su trayectoria les avala". Sin embargo, aduce que hay que dar un paso más ante el crítico momento que vive Ciudadanos: "Nuestro partido liberal está en la UCI y el camino para recuperar la credibilidad no es el de mostrar una guerra abierta entre la presidenta y el portavoz. La imagen que ha trascendido no ha sido buena", examina.
No es la primera vez que la diputada regional se desmarca de la línea oficial. En junio de este año fue la primera en pedir medidas drásticas y abogar por la refundación del partido tras los pésimos resultados electorales de Cs en Andalucía. Poco después, en agosto, tras conocerse la marcha del madrileño Ignacio Aguado, pidió convocar un congreso extraordinario para "evitar la desaparición de Ciudadanos".
Vidal no forma parte de la ejecutiva regional desde hace más de un año, cuando decidió dejar las riendas orgánicas tras el fiasco de la moción de censura en la Región. Desde entonces no ha dudado en expresar sus opiniones, aun yendo a contracorriente, como cuando defendió a Albert Rivera de la pulla que le lanzó el vicealcalde de Murcia y compañero de siglas, Mario Gómez -"Atacarlo es una bajeza política", dijo entonces-. O como cuando cuestionó la apuesta naranja por candidaturas jóvenes para las próximas elecciones de 2023 -"No es una cuestión de juventud, sino de valía y capacidad", advirtió-.
Ahora, mientras los cuadros de Cs se mantienen cautos, a la espera de conocer cómo se resolverá la guerra interna, Vidal abre debate al afirmar públicamente que Ciudadanos debe tener otro líder para volver a ilusionar a los votantes. Considera que no es bueno transmitir una imagen de división cuando faltan apenas seis meses para los comicios autonómicos y municipales. Y se muestra convencida de que Arrimadas y Bal, en otro tiempo señal de éxito en Cs, pueden seguir vinculados al partido integrados en los equipos o en listas de consenso, pero ya no como cabezas visibles.