El investigador de la Escuela de Doctorado de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) Alejandro Rodríguez ha sido becado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) para desarrollar tratamientos innovadores contra el cáncer colorrectal, según informaron fuentes de la institución docente. Su investigación, en la que colabora con el investigador principal del Grupo de Investigación Bio-HPC, Horacio Pérez, combina inteligencia artificial con experimentación preclínica para buscar terapias más precisas y efectivas frente a esta enfermedad. El proyecto cuenta con la colaboración de la Universidad de Granada y diversos centros de investigación en Europa.
Utilizando superordenadores, el equipo ha identificado posibles moléculas candidatas frente a tres proteínas clave implicadas en la progresión del cáncer colorrectal: fascina, hepsina y hexoquinasa 2, además de seguir buscando otras proteínas con gran relevancia en la enfermedad. Estas proteínas son el foco de estudio junto con bibliotecas de fármacos, con el objetivo de diseñar y probar tratamientos personalizados que bloqueen su actividad de manera segura y eficaz.
"En primer lugar, quiero agradecer tanto a la Asociación Española contra el Cáncer como a la Universidad Católica de Murcia por permitirme esta oportunidad de formar parte de un proyecto tan interesante como este, con el que estamos consiguiendo resultados muy prometedores", ha dicho Alejandro Rodríguez.
"Actualmente hemos depositado la patente sobre la molécula y su efecto en cáncer colorrectal para una de las moléculas que hemos predicho y que ya han sido probadas en el laboratorio por nuestros grupos colaboradores con resultados positivos, ha agregado.
El trabajo no acaba aquí y "seguimos aplicando y puliendo nuestras técnicas para mejorar nuestras predicciones, y confiamos en obtener más resultados este año que nos permitan seguir luchando contra esta terrible enfermedad", ha destacado el investigador de la Universidad Católica.
La investigación del Grupo BIO-HPC se encuentra en fase preclínica, analizando cómo interactúan los compuestos dentro de las células malignas para desarrollar tratamientos más seguros y efectivos.
Hasta el momento, las pruebas en organoides, pequeñas estructuras que imitan las características y funciones de los órganos, han demostrado que la molécula logra reducir la progresión del tumor.