La lluvia del sábado ha dejado un silencioso paseo por el Parque Ribalta, sin hojas que perseguir, tierra embarrada y pavimentos resbaladizos. Mi perro, y sus lentos movimientos, ha ido caminando con calma, sigilosamente. Un paseo corto, preciso, mañanero en una mañana gris y templada. Mis pasos, lentos y pesados, han acompañado a Pancho y su artrosis, regodeándonos con los escasos sonidos que el gran parque ofrecía ayer, escuchando con mucha atención la radio y las primeras previsiones de las elecciones en Alemania, erizando la piel y cruzando los dedos.
Los días posoperatorios transcurren cachazudos, inapetentes, a la espera de una total recuperación que devuelva los deseos de seguir emprendiendo, iniciando, aprendiendo, creciendo. El tiempo parece haberse detenido en un entorno pausado, en una página en blanco que intentas escribir cada día. Cuatro ó cinco palabras que esperan las siguientes frases, párrafos, puntos y comas.
- Ara Gúler. -
- Foto: CP
En la radio escucho una entrevista al estimado sociólogo Ignacio Urquizu, que fuera alcalde de Alcañiz, una buena persona que sabe mucho de política, de principios, valores, esfuerzo y trabajo. Es entrenador del equipo de fútbol femenino de Alcañiz aplicando la buena política con las jugadoras, porque todo es política, una actividad que Urquizu ha practicado desde abajo y desde dentro, distinguiendo la vocación política de la vocación de poder. Ahora es profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y sigue pensando que otra política es posible y que la socialdemocracia no está en crisis. Opina que la historia se repite, que los terribles capítulos que se suceden siempre se han ido resolviendo. Sostiene que las cosas actuales van a cambiar, además de añadir que el enfado de las sociedades va cambiando de bando según los ciclos. Es optimista y dice que el optimismo es una cuestión de fe, advierte que tenemos tendencia al tremendismo pero todo irá cambiando. Siempre sucede.
Alemania votó ayer, no sabemos cómo ha quedado la ultraderecha y sus previsiones escalofriantes…. Desde la Segunda Guerra Mundial no se había visto tal tendencia al alza del nazismo, como en el mismo Tercer Reich alemán de Hitler. Estremece pensar que la actualidad que se está viviendo en el planeta no se repite desde la segunda guerra mundial, tal como indican los medios de comunicación. Mientras Alemania vota, en la corte del faraón norteamericano, el fascismo español sonríe las gracias de los bufones, incluso con el brazo hitleriano en alto. Una concentración ultra planetaria, sobre todo europea, se ha dado cita en Washington, en la Conferencia Política de Acción Conservadora. Y el español Abascal ha participado en esa escenificación maldita del devenir más próximo.
- Elizabeth Gadd. -
- Foto: CP
Así las cosas, mi vecina Carmen cocinó ayer una olla morellana, ese potaje que despierta todos los sentidos, con sus carnes, sus distintas legumbres, y verduras. Para seguir gozando con la comida, Carmen se recreó con dos doradas de ración al horno, con sus patatas, tomate, cebolla, ramas de perejil, limón, ajo y pimienta negra recién molida. Alguien ha regalado a Carmen una botella de absenta Segarra, de Xert y, claro, terminamos de comer brindado con una copita de bebidas espirituosas.
El sábado participamos en la masiva concentración de defensa del valenciano, en la Plaza María Agustina de Castelló, contra el referéndum que ha impuesto Mazón y el PP para elegir la lengua en los centros escolares. Es ir contra natura, como bien dice Carmen, este tipo no se entera de la realidad, ni del tremendo lío que está generando en las aulas. Mazón se fue a Orihuela a vender la libertad de elegir, y salió escaldado, increpado, insultado, incluso, por militantes del PP. Junto a los gritos de Mazón asesino, a prisión, gritaron su dimisión y le llamaron inútil e inepto. Pues eso. Brindamos por la dimisión de Mazón y porque el valenciano siga vivo y vigente, es la lengua de un pueblo y de una identidad que hay que defender y proteger siempre, y más en los malos tiempos que corren.
Buena semana. Buena suerte.
