Opinión

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El eurocristiano tibio

La oficialidad del bable en la UE

"Para admitir el catalán como lengua oficial en la UE habría que cambiar la Constitución o el Reglamento europeo"

Publicado: 01/06/2025 ·06:00
Actualizado: 01/06/2025 · 06:00
  • El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, en una imagen de archivo.
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Nuestro ministro de Asuntos Exteriores, el señor Albares, ha pedido que el catalán (y el vasco y el gallego) sean declarados idiomas oficiales en la Unión Europea (UE). Según él, tienen derecho a serlo porque que ya son idiomas oficiales de España. Por otra parte, los socialistas, en colaboración con Convocatoria por Asturias (básicamente IU) y varios partidos asturianistas, están defendiendo la idea de elevar al bable o asturianu al rango de lengua oficial en Asturias. Siguiendo la lógica del ministro Albares, ipso facto (en el mismo acto) pasaría a ser otra lengua oficial de España. Y, por tanto, otra lengua oficial de la UE. ¿Por qué el catalán, el vasco y el gallego iban a ser lenguas de la UE, pero el bable no? O todos, o ninguno. Probablemente ninguno. Un motivo es que, aparte de las 24 oficiales, hay más de 60 lenguas minoritaria en la UE. Y a casi ningún Estado le apetece que el ruso o el sardo pasen a ser lenguas oficiales.

Además, la idea de Albares de que hay más de una lengua oficial del Estado Español es falsa. Con envidiable claridad, el tercer artículo de la Constitución empieza diciendo: “El castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho de usarla". Así, incluso los separatistas están obligados a entender el castellano. Prosigue el tercer artículo diciendo: "Las demás lenguas españolas serán también oficiales en sus respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus estatutos.” O sea, que el catalán no es oficial en la Región de Murcia, ni en la mayoría de las demás regiones españolas. Ningún lorquino, ningún ciezano, ningún cartagenero, está legalmente obligado a saber catalán. Es más, no tienen por qué hacer caso a los documentos oficiales que les remitan en ese idioma. Y lo mismo vale para el vasco y el gallego. Y valdría para el bable.

 

Olvidan que el castellano también constituye una 'modalidad lingüística española', merecedor, por tanto, de especial respeto y protección"

 

Como el Reglamento Lingüístico, que data de 1958, establece que solo serán oficiales en la Unión Europea las lenguas que tengan carácter oficial en los Estados firmantes, no podrían ser admitidos como lenguas oficiales en la Unión Europea. Nótese que no habla para nada del número de personas que hablen el idioma correspondiente, sino solo de si es o no lengua oficial en (todo) el Estado firmante. Y, desde luego, el catalán no lo es. Para admitirlo como lengua oficial en la UE habría que cambiar la Constitución o el Reglamento europeo. De hecho, los dicen que el catalán es una lengua oficial española cometen (deliberadamente) una suerte de sinécdoque política: toman la parte (Cataluña) por el todo (España). A petición de Puigdemont, el presidente catalán que declaró la independencia de Cataluña en 2017, nuestros gobernantes, tergiversando la Constitución, han pretendido engañar a los demás gobernantes europeos concediendo indebidamente a las lenguas oficiales autonómicas el carácter de lenguas oficiales españolas.

El tercer artículo finaliza diciendo: “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas españolas es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”. Los separatistas, los plurinacionalistas y los socialistas, todos a una, aplican ese precepto con gran entusiasmo, pero solo a las lenguas autonómicas. Montan inmersiones lingüísticas, multan a los comercios que no las empleen al rotular, espían a los niños en los recreos para averiguar en qué idioma hablan… Olvidan que el castellano también constituye una “modalidad lingüística española”, merecedor, por tanto, de especial respeto y protección. Justo lo que hace la barcelonesa Julieta, que ha compuesto canciones en español y en catalán (bastante bueno su concierto en Murcia).

 

Ningún gobernante de Cataluña ha protegido jamás al castellano. Y eso vale también para Illa"

 

Bueno, pues ningún gobernante de Cataluña ha protegido jamás al castellano. Y eso vale también para Illa, que se ha sumado a la osadía separatista de incumplir las sentencias judiciales que obligan a los centros educativos públicos a impartir la cuarta parte de las asignaturas en español. En flagrante desacato, hoy es casi imposible estudiar en español en los centros públicos catalanes y vascos. Es más, sus gobernantes montan cursos para enseñar catalán y vasco a los inmigrantes, pero nunca para enseñarles español. En realidad, los gobernantes socialistas y separatistas están intentando convertir sus autonomías en monolingües. En eso, Illa no va a la zaga. No se trata de ningún capricho, sino de un paso más hacia la España confederal a la que aspiran, en la que tanto Cataluña como Vasconia tendrían sus propios Estados, que establecerían relaciones bilaterales con España.

Así que nada de ingenuidades: en España hay una guerra descarnada entre los partidarios de que Cataluña y Vasconia promuevan el uso del catalán y del vasco, pero sin excluir el español, y los que apuestan por el monolingüismo autonómico. Se trata de un aspecto más, pero muy importante, de la lucha entre los españolistas y la alianza que han establecido los socialistas con los separatistas. Estos simbiontes políticos darían un gran paso adelante si lograsen la oficialidad de las lenguas autonómicas en la Unión Europea. Por tanto, los españolistas aciertan al oponerse. Y, con la Constitución en la mano, llevan toda la razón. Lo ideal habría sido que el idioma español conviviese pacíficamente con el catalán en Cataluña y con el vasco en Vasconia, pero los separatistas, en connivencia con los socialistas, lo han impedido. Ahora la guerra de las lenguas se ha tornado irreversible.

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