Nuestros ayeres no pueden dejar pasar la ocasión de dar noticia del cincuenta aniversario de la inauguración de la mítica discoteca ‘Barbus’, aquella que se emplazaba en el denominado “cruce de El Palmar”, que conducía de la circunvalación de la localidad al centro de la población.
La ‘Barbus’ se inauguró el sábado 24 de mayo de 1975 con la actuación estelar de… Georgie Dann, que por entonces estaba de moda con el ‘Bimbó’. Fue su segundo gran éxito tras su desembarco en España con el ‘Casatschok’ en 1969. Y aún le quedaba por delante una dilatada trayectoria en canciones veraniegas y verbeneras.
Y es que la ‘Barbus’ fue asidua en la programación de actuaciones, al margen de las sesiones de bailoteo, en un tiempo en el que las discotecas alternaban las de bailar “suelto” y las de hacerlo “agarrao”.
Reafirmando su voluntad de convertirse en un referente de la noche murciana, la discoteca programó para el 14 de junio, domingo, y como “gala especial para matrimonios”, a la eterna Sara Montiel, y en sesión vespertina sabatina, un baile de juventud.
Los precios, 125 pesetas “señoritas” y 175 “caballeros”, con derecho a consumición. A los caballeros nunca nos pareció justa esta discriminación positiva en favor de las féminas.
A los rectores de ‘Barbus’ les preocupaba el desplazamiento desde el centro de la ciudad a El Palmar, sobre todo para facilitar el desplazamiento a los jóvenes y a pesar de que por entonces no existía el temor a los controles de alcoholemia, que no comenzaron a practicarse hasta 1981, por eso ponían autobuses gratuitos todos los domingos a las seis, seis y media y siete de la tarde, con regreso a las nueve, nueve y media y diez de la noche.
Entre la gente que pasó por el escenario de Barbus en aquel primer año estaban la cantante Marian Conde y el incombustible granadino Miguel Ríos. Y también Los Módulos, que estaban en la cresta de la ola y vinieron a Murcia en noviembre por una noble causa: un festival a beneficio del cantante del Grupo Sombras, que necesitaba afrontar una costosa intervención quirúrgica. El cartagenero Jacobo, que sonó mucho un año antes con su canción de estreno ‘Te quiero todavía’, también estuvo en el concierto, y otros muchos conjuntos de la época.
"Pero el innegable éxito y el impacto social de la Barbus no impidieron que su trayectoria fuera efímera"
En aquellos primeros meses de vida, ‘Barbus’ peleó por sonar en el entramado social de la ciudad, a cuyos efectos creó un premio deportivo, con el que se reconocería al mejor jugador del Real Murcia de la temporada. Mala temporada para premiar, ya que el equipo se fue a Tercera División por segunda vez en su historia. También, ya traspasado el umbral del año nuevo, acogió la discoteca, en horario matinal, un Festival de Reyes Magos organizado por Telefónica, pocos días antes de la actuación del italiano Albano, al que siguieron el argentino Jorge Cafrune y el futuro eurovisivo Micky, que aún disfrutaba del éxito alcanzado con ‘Bye bye Fraeulein’.
Recién acabadas las Fiestas de Primavera de 1976, se anunció la actuación en el verano de Demis Roussos, que cobraría la friolera de 500.000 euros por 40 minutos de actuación, una información que el periodista acompañó de una comparativa demoledora: el salario mínimo estaba en 345 pesetas por ocho horas de trabajo.
En ‘Barbus’ tuvo cabida hasta la presentación de libros, como sucedió en diciembre de aquél año con la de la obra de Andrés Caravaca ‘El Pajar’, que levantó cierta ‘polvareda’, sin olvidar, pocos días más tarde, la coronación de la reina de las fiestas de El Palmar.
Llegada la primavera de 1977, quien se subió al escenario fue una joven de 19 años que empezaba a destacar dentro de la llamada canción española que respondía (y responde) al nombre de Isabel Pantoja, mientras que a finales de año fueron los cómicos Lusson y Codeso los que actuaron en la discoteca… pero se macharon sin cobrar, según contaron luego en Madrid.

Pero el innegable éxito y el impacto social de “la Barbus” no impidieron que su trayectoria fuera efímera. Según narración en de Félix Martínez en sus aportaciones a la historia de El Palmar, “a las 2:30 de la madrugada del viernes 17 de febrero de 1978, el 091 recibió una llamada telefónica dando cuenta de un incendio en una discoteca del desvío de El Palmar. En pocos minutos dos coches de la policía y tres del Parque de Bomberos se encontraban en la puerta de la discoteca Barbus para intentar sofocar el fuego”.
El origen del fuego fue detectado en tres puntos distintos y distanciados entre sí, lo que condujo a los investigadores a descartar una causa fortuita. Ardió gran parte del mobiliario, y los bomberos invirtieron hora y media en sofocar las llamas.
En aquella noche en la que el fuego convirtió en cenizas la que había sido la discoteca de moda, uno de los vehículos de la policía se desplazó hasta la discoteca ‘Mundo’, inaugurada algo más de un mes antes, para avisar al propietario, Segismundo Amorós, que lo era también de ‘Barbus’.
De hecho, la nueva sala de baile pasó a ser ‘Mundo-Barbus’ poco después, y cuando el histórico Cinema Iniesta cerró sus puertas, en 1985, acabó convertido en una nueva ‘Barbus’ hasta su derribo. Pero ninguna de estas versiones está tan presente en la memoria de los murcianos como la ‘Barbus’ original, la del cruce del Palmar.