Pocos recuerdan los orígenes de la red de redes y muchos están muriendo, llevando a sus tumbas secretos e historias apasionantes. En los inicios no cualquiera tenía acceso y estas personas solían ser bastante nobles; investigadores o docentes, así como los tecnológicos más curiosos podían prácticamente cerrar tratos con un simple “ok” así como la palabra solía significar algo hasta hace no mucho.
Millones de análisis y ninguno en profundidad hablan sobre las consecuencias de esta mente colectiva que cada año seguimos creando, ahora en manos de robots y automatismos que la hacen aterradora. Pero hubo un tiempo en que, si a un buen español le das un martillo, lo primero que se pregunta es, el máximo de ladrillos que puede reventar con un porrazo épico.
Menos saben todavía, que el famoso bulo de “Sorpresa Sorpresa”, Ricky Martin y la Mermelada solo hubo una forma de que llegara a todas las puntas del país la misma noche. Así es damas y caballeros, niños y niñas, el aun superviviente por 37 años IRC (Internet Relay Chat) fue el canal por que un grupo de gamberretes puso de acuerdo con miles de personas por todo el país, y el crecimiento fue exponencial ya que todos al día siguiente teníamos alguien en la oficina o colegio relatando milimétricamente una historia preparada durante horas (o días). Si, digo colegios porque en ese momento yo mismo era infante; en aquella época ni modo parental ni leches, eso de los ordenadores no podía ser malo, los raritos que lo tocábamos teníamos ese aura de respeto y marginación que solo da un buen 286 con fosforo verde.
¿Tenemos claro entonces la fuerza y el impacto en la sociedad que puede tener el efecto mariposa de estar tan conectados? Una película recién hecha en Corea revienta la decadente Europa. Aún quedan países donde no te dan misa todos los días con que tener hijos aniquilará el planeta, que James Bond tiene que ser negro de una vez, que es mejor comer gusanos a un buen chuletón y que una mujer empoderada solo puede serlo desde el odio al hombre. Ahora bien, hasta hace nada tocar estos temas te convertía en la peligrosa turbo-pantano-derecha y no en un ciudadano crítico.
¿Y dónde están buscando sus referentes esta generación si todo occidente ha contaminado sus mayores sagas y héroes con ideología que opaca las buenas historias? Pues en oriente. Donde las historias siguen siendo un espacio para desconectar, donde la moraleja no es un mensaje gubernamental, donde el mensaje es de animo o un consejo útil para tu vida y donde se pueden seguir disfrutando de aventuras como las de antes
Pues bien, el péndulo está girando y se está viendo en los colegios donde cada vez más niños están cansados de ser llamados agresores “en potencia” cuando nunca han matado una mosca. ¿Y dónde están buscando sus referentes esta generación si todo occidente ha contaminado sus mayores sagas y héroes con ideología que opaca las buenas historias? Pues en oriente. Donde las historias siguen siendo un espacio para desconectar, donde la moraleja no es un mensaje gubernamental, donde el mensaje es de animo o un consejo útil para tu vida y donde se pueden seguir disfrutando de aventuras como las de antes.
Las guerreras K-pop, donde su música acaba de entrar en Billboard, está reventando por todas partes como una obra de arte excepcional donde brilla la música, el diseño y la historia (el arte básicamente) y no lo que tienen las cantantes entre las piernas. Así que de igual manera que un bulo en su momento corrió por toda nuestra geografía en unas horas para poner en jaque a Antena 3, un producto noble ha recorrido el planeta entero con un mensaje claro. Encima sin campañas millonarias ni magia gubernamental. Siempre hay esperanza, que cualquier tiempo pasado fue mejor es llantera de viejos, si se trabaja duro, todo seguirá a mejor.
Y de igual manera que solo un loco demasiado enamorado escribiría en papel a su musa en pleno 2025... Solo los que aún creen en la magia de las historias serán capaces de sostener la cultura frente a la propaganda.
Ismael Novo
(Consultor tecnológico)
@ismael_novo
