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Ecosistemas tecnológicos de la Región de Murcia: gran potencial pero aún diminutos y en lento crecimiento

Publicado: 13/10/2025 ·06:00
Actualizado: 13/10/2025 · 06:00
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La Región de Murcia ocupa el séptimo puesto nacional en número de empresas tecnológicas. Sin embargo, su peso real sigue siendo modesto: apenas un 1,8 % del empleo y la facturación del sector en España. Además, la inversión en I+D se mantiene por debajo de la media estatal, una señal clara de que todavía hay mucho camino por recorrer.

Los pilares murcianos

Para entender que es un ecosistema tecnológico conviene mirar atrás. En los garajes de Silicon Valley, a mediados del siglo pasado, surgieron ideas que parecían locuras. Eran fruto de la mezcla de ciencia, juventud y capital atrevido. De esa combinación nació lo que hoy llamamos ecosistema tecnológico: un espacio vivo donde talento, empresas, instituciones y gobiernos interactúan hasta transformar proyectos en compañías con gran impacto económico y social.

En la Región de Murcia ese ecosistema existe, aunque en construcción. Lo forman distintos tipos de empresa startups que prueban ideas disruptivas, scaleups que crecen con fuerza, pymes tecnológicas que aplican innovación y spin-offs universitarias que convierten descubrimientos en negocio.

El talento llega de emprendedores, universidades como la UMU y la UPCT, y centros tecnológicos especializados. A ello se suman iniciativas privadas como la aceleradora de PcComponentes, el hub UCAM HiTech en agroalimentación y salud o el Cloud Incubator HUB de la UPCT, reconocido entre los mejores del país.

El ecosistema se apoya en instituciones clave -CEEIM, CEEIC, INFO, los Parques Científico y Tecnológico- que ofrecen laboratorios, formación y asesoramiento. También en el respaldo público, que financia proyectos, conecta talento y empresas y trata de aligerar trabas burocráticas. A esto se añade el capital privado, que acelera startups, y la infraestructura digital: esa “columna vertebral invisible” que sostiene todo, desde la nube hasta las redes sociales.

Escenario actual

El “Informe Nacional de Empresas Tech 2025” cifra en 8.600 las compañías tecnológicas activas en España, con 108.000 empleos directos y un impacto de casi 15.000 millones de euros anuales. En este mapa, Murcia suma 207 empresas, séptima comunidad del país, con 1.867 empleos y una facturación superior a 270 millones. Los sectores más dinámicos son e-commerce, edtech, biotecnología y ciberseguridad.

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Además de las empresas tecnológicas “endógenas” existentes en la Región de Murcia -aquellas nacidas y registradas localmente- , gigantes como Inetum, NTT DATA, IBM ViewNext, Quantix Edge Security, Strategys o Bechtle han anunciado nuevas inversiones en la capital. Solo estas iniciativas podrían generar hasta cerca de 3.000 empleos en los próximos años.

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El ecosistema murciano se concentra principalmente en dos núcleos: Murcia, con 900 empleados y 75 millones de euros de facturación, y Cartagena, con 553 empleados y 40 millones. Entre ambos aglutinan entre el 75 y el 80% de empresas, trabajadores y facturación, aunque también despuntan polos más pequeños en Fuente Álamo o Molina de Segura, que aportan dinamismo al tejido local.

Luces y sombras

No hay duda de que la Región de Murcia ha avanzado en I+D+i. Crece el número de empresas tecnológicas, hay especialización en sectores estratégicos como agricultura, logística, salud o defensa y se han incrementado las solicitudes de patentes.

Sin embargo, no todo son buenas noticias. La inversión por habitante (275 €) sigue muy por debajo de la media nacional (465 €). El Valor Añadido Bruto de la economía digital regional ronda el 15 %, frente al 21 % en España, situando a Murcia en la zona baja de la tabla. El personal investigador apenas representa el 1,1 % del empleo, muy lejos de comunidades punteras como Madrid o el País Vasco. La última encuesta del INE muestra que la infraestructura básica (ordenadores, Internet) está al nivel de la media española, pero su uso avanzado -como servicios en la nube, analítica de datos o inteligencia artificial- aún es inferior.

El ecosistema murciano se concentra principalmente en dos núcleos: Murcia, con 900 empleados y 75 millones de euros de facturación, y Cartagena, con 553 empleados y 40 millones. Entre ambos aglutinan entre el 75 y el 80% de empresas, trabajadores y facturación, aunque también despuntan polos más pequeños en Fuente Álamo o Molina de Segura, que aportan dinamismo al tejido local.

El Informe 2024 sobre innovación y digitalización en Murcia lo deja claro: en el indicador IDid -que mide el nivel de investigación, desarrollo e innovación- España marca 100 puntos, mientras que Murcia se queda en 75,1. La explicación es sencilla: en la región predominan pequeñas y medianas empresas de sectores tradicionales, con baja inversión en tecnología avanzada como la analítica de datos o la inteligencia artificial. Además, su facturación es todavía muy modesta si la comparamos con polos más maduros como Madrid o Cataluña, donde algunas startups individuales generan más ingresos que todo el ecosistema tecnológico de la región.

En resumen, la Región de Murcia combina universidades dinámicas y un creciente ecosistema de startups, pero la inversión privada sigue limitada, falta un entorno empresarial que potencie la innovación y no existe un plan claro para atraer y preparar talento altamente cualificado. El reto es claro: convertir el potencial en resultados.

Pisar el acelerador para no quedarse atrás

Y, sin embargo, hay fortalezas que invitan al optimismo. La ciudad de Murcia cuenta con un ecosistema tecnológico sólido en dos áreas clave: agroalimentación avanzada y biotecnología aplicada a la salud. En el ámbito agroalimentario destaca la colaboración entre la Universidad de Murcia, la Politécnica de Cartagena y el IMIDA, junto con empresas innovadoras. Además, se están creando laboratorios y centros de formación que impulsarán la agricultura de precisión, la biotecnología vegetal y la producción sostenible de alimentos. En salud y biotecnología, Murcia reúne laboratorios clínicos, centros de transferencia tecnológica y un creciente número de startups y pymes. Esta red combina infraestructura moderna, talento especializado y proyectos pioneros, convirtiendo a la ciudad en un auténtico laboratorio urbano de innovación que mejora la calidad de vida y refuerza la competitividad regional.

En resumen, la Región de Murcia combina universidades dinámicas y un creciente ecosistema de startups, pero la inversión privada sigue limitada, falta un entorno empresarial que potencie la innovación y no existe un plan claro para atraer y preparar talento altamente cualificado. El reto es claro: convertir el potencial en resultados.

Por otra parte, en Cartagena sobresalen dos grandes fortalezas: la industria naval y el polo multienergético del Valle de Escombreras. En el ámbito naval, la Politécnica con su Escuela de Ingenieros Navales, el Centro Tecnológico Naval y del Mar, el cercano Parque Tecnológico de Fuente Álamo, la empresa pública Navantia y unas 40 compañías del sector conforman un ecosistema único. A ello se sumará un gran Centro de Capacitación Industrial, Naval, Náutica y de Transformación Tecnológica, llamado a ser el mayor de España. Además, la iniciativa regional Caetra pretende impulsar proyectos de I+D+i con tecnologías duales, tanto civiles como militares. Por su parte, el Valle de Escombreras se consolida como un hub energético estratégico: alberga centrales de ciclo combinado, proyectos pioneros de hidrógeno verde y más de 30 empresas del sector. Su actividad, centrada en innovación, eficiencia y descarbonización, lo convierte en un laboratorio vivo de transición energética.

Reactivar y fortalecer los ecosistemas tecnológicos requiere una estrategia ambiciosa. Los expertos coinciden en la receta: impulsar spin-offs y nuevas patentes, acelerar la creación de startups y su paso a scaleups, fomentar la colaboración entre universidad y empresa y apostar con decisión por el Deep Tech -inteligencia artificial, blockchain, IoT, cloud, big data o robótica-. A ello se suman otros ingredientes esenciales: centros de investigación de excelencia, políticas para atraer y retener talento con mejores condiciones laborales, diversificación sectorial, grandes eventos tecnológicos, inversión extranjera y mecanismos de financiación sólida que conviertan ideas en proyectos reales.

Los grandes ecosistemas del mundo -Silicon Valley, Shenzhen, Tel Aviv o Bangalore- lo demuestran: el éxito depende de una combinación de talento, capital, infraestructura y cultura emprendedora. Como recuerda Satya Nadella, CEO de Microsoft, “un ecosistema brillante requiere cultura de aprendizaje y colaboración”. La Región de Murcia, aún en una fase emergente, puede inspirarse en ellos: es el momento de acelerar, unir talento y recursos, conectar el conocimiento con las empresas, innovar y no quedarse atrás.

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