A finales del año 1979 salía a luz el undécimo álbum de Pink Floyd The Wall. Creado básicamente por el líder y vocalista Roger Waters, supuso un gran éxito de esta famosa banda, encuadrada entre la psicodelia y el rock sinfónico del momento. Pese a que la historia de este álbum trata sobre la necesidad de aislamiento social (o muro) de una estrella de rock con respecto a su público, se ha usado como símbolo o como reclamo de muchos otros fines. Con este artículo, me uno a la alegoría, asociando el estribillo más popular al cansino y ya intolerable goteo de medidas del Gobierno pactadas con Junts y/o ERC. En este caso, la propuesta de ley sobre la delegación de competencias en inmigración.
Muy al estilo de este “Gobierno progresista”, la mezcla entre terminologías, fines y relatos nos lleva a que todo es posible con un poco de imaginación y desparpajo. Mary Poppins reencarnada en Félix Bolaños.
Me parece deleznable que mezclemos con naturalidad y sin rubor la inmigración con la seguridad"
Empezando por las formas, me parece deleznable que mezclemos con naturalidad y sin rubor la inmigración con la seguridad. Una forzada asociación que grupos populistas han introducido mundialmente en nuestras mentes, que es asimilada por presuntos progresistas. La finalidad del acuerdo no es el control de la inmigración sino mayor control en la seguridad para la alcanzar otro peldaño de autodeterminación.
Sobre el fondo, considero o poco recorrido o poco alcance (o ambas cosas a la vez) de la propuesta. Y mi firme oposición ante ella.
Visto el razonamiento de la sentencia del TC sobre el recurso de inconstitucionalidad de la Reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006, la interpretación para que una competencia de inmigración pueda ser asumida por una comunidad autónoma es que sea de carácter asistencial y de integración (art 138 a) o una competencia ejecutiva laboral (art 138 b).
La Proposición de Ley va mucho más allá en algunos artículos (como, por ejemplo, el artículo 6 sobre el régimen sancionador o los artículos 9 y 10 de acceso al espacio Schengen de ciudadanos de terceros países, necesario para las expulsiones derivadas del artículo 6, y emisión de documentación identificativa). O el contenido de la delegación se queda en algo simbólico o su desarrollo puede llegar a ser inconstitucional.
Las delegaciones de funciones ejecutivas no aportan ningún valor añadido ni mejora per se la eficiencia"
Las delegaciones de funciones ejecutivas no aportan ningún valor añadido ni mejora per se la eficiencia. De hecho, puede llegar a empeorarla. Ya que no se puede delegar ni transferir la competencia normativa y organizativa ni en inmigración ni en seguridad, y dado que la gestión integral ya está funcionando, este sistema de partir dicha gestión entre administraciones nos lleva a conflictos de intereses, duplicidades y encarecimiento del servicio. Se prevé el incremento de recursos para Mossos sin poder reducir en la misma proporción los de los Cuerpos de Seguridad del Estado.
Además, la delegación de competencias no exime a la Administración que las delega de responsabilidades de la delegada en su ejecución. Por tanto, no es conveniente que la atribución de funciones de las CCAA se haga de este modo sino mediante transferencia. Una función debe ser acompañada por una plena responsabilidad.
Según la última liquidación del Sistema de Financiación Autonómico del régimen Común del año 2022, la competencia no homogénea de la transferencia de los Mossos de Escuadra supera la cifra de los 1.300 millones de euros. El incremento de la dotación de efectivos de unos 8.000 ó 9.000 efectivos para alcanzar la cifra de 26.800, puede suponer un incremento superior a unos 600 millones. La inversión de esa cifra en el aumento de la plantilla de los Cuerpos de Seguridad del Estado podría mejorar a todo el Estado (incluyendo por supuesto Cataluña) con mayor eficiencia que incorporándolos solo en Cataluña.
El deterioro en el uso legislativo es una constante en estos tiempos"
En la actualidad, el asunto de la inmigración y la seguridad en las fronteras es muy candente en la Unión Europea y es un aspecto fundamental sobre lo que gira el voto. Cuando la necesidad es que lleguemos a una integración de políticas comunes en los Estados de Europa, no es el momento para diseccionarla interiormente. Si algo nos dice la experiencia es que en el momento en que la Generalitat tiene la mínima posibilidad de boicotear cualquier aspecto de la política nacional para buscar un beneficio o competencia propio, lo hace sin pestañear. En este sentido, también es remarcable la mención a la lengua catalana en la exposición de motivos (en un “pasaba por aquí”) dentro del contexto de políticas de integración de inmigrantes.
Nos volvemos a encontrar con otro acuerdo que se tramitará como proposición de ley, que evita todos los informes de los órganos consultivos del Estado, preceptivos cuando la iniciativa legislativa parte del Consejo de Ministros. El deterioro en el uso legislativo es una constante en estos tiempos.
En definitiva, no es más que otro acuerdo extraparlamentario de asuntos muy relevantes y que afectan a todos los españoles con el único objetivo de mantener un Gobierno débil en pie. Otro paso más para desmembrar la cohesión del Estado, única finalidad de los partidos independentistas de este país. En este caso, ni más ni menos que la seguridad y la política de inmigración.
Y el siguiente será abordar la financiación singular de Cataluña. Y el muro irá creciendo y los independentistas alcanzarán el momento de gritar: “Leave them kids alone!”.