MURCIA. Permítanme dirigirme a ustedes y hacer hincapié a la sociedad civil murciana, para que sienta más nuestro si cabe el patrimonio arqueológico y natural (Huerta de Murcia). Las últimas noticias publicadas sobre elementos patrimoniales protegidos en los medios de comunicación -como por ejemplo el deterioro de la Almazara de las Monjas en Zeneta, la destrucción de un petroglifo en el monte Miravete, la inminente ruina de Casablanca en Los Ramos, la destrucción de la casa Grande y desaparición de su escudo heráldico en Alquerías, el yacimiento paralizado de La Basílica en Algezares, la cañada real de Torreagüera y la colada de Molina, en serio peligro de extinción por abandono de sus gestores, los olvidados castillos de Tabala, Verdolay, Portazgo y Asomada, así como la tala en Monteagudo de árboles protegidos de la huerta, la muerte de algunos de los pinos centenarios en Churra o el intento de hormigonado de la acequia Alfande, que provocó un incidente entre ayuntamiento de Murcia y Junta de Hacendados- hace que todos los murcianos y amantes de la huerta y el patrimonio, tengamos que colaborar en la medida de lo posible en su conservación y puesta en valor, comunicando a las autoridades cualquier anomalía en estos.
Para ello, este patrimonio debería estar debidamente señalizados y con una breve explicación de lo que es. De ser así, casos de los que también han informado los medios, como la destrucción de un yacimiento por una empresa en Mazarrón -la cual alega que no estaba señalizado- o del petroglifo de Miravete, posiblemente no hubieran sucedido.
Pero no todo son malas noticias, las hay esperanzadoras como, por ejemplo, la adecuación como playa fluvial de un tramo de río, la extracción de un barco fenicio en Mazarrón, la puesta en valor de la torre camarín de la iglesia de Beniaján, las excavaciones y hallazgos en las llamadas fortalezas del rey Lobo o la restauración de la torre Almodóvar, el intento de recuperación de su muralla medieval en Lorca y el empeño a toda costa del ayuntamiento de Cartagena en recuperar su patrimonio en el casco antiguo, como por ejemplo su anfiteatro. Son actuaciones que colaborarán en ofrecer una mayor oferta turística para la Región de Murcia, uno de sus grandes motores económicos.

- Patrimonio cultural y natural de la Región -
El amor por nuestra tierra, pasa por conservar lo que nos legaron nuestros antepasados, como por ejemplo la huerta y su red de riego, edificios como casas torre o castillos, sin olvidarnos de nuestras costumbres, gastronomía heredada y tradiciones. Estas acciones harán que nuestras raíces perduren en el tiempo, sintiéndonos así orgullosos de quienes somos y de dónde venimos.
Habría que comunicar al organismo pertinente cualquier atentado al patrimonio y para lograrlo no estaría de más que, en los centros educativos de nuestra Región, se dedicaran algunas horas, para que los alumnos aprendan un poco todo lo relacionado con el murcianismo.
No quisiera que se quede en el limbo de la desmemoria, el gran patrimonio natural de nuestra Región, que está sufriendo uno de los más devastadores episodios de sequía acompañado por temibles plagas, afectando a casi un millón de árboles en distintos puntos del territorio regional; y que, sin acciones de reforestación por parte de la sociedad civil en colaboración con la administración hará que veamos un cambio muy drástico en el paisaje boscoso, dentro de nuestras fronteras.
Todos somos Región de Murcia.
* Raúl Jiménez y Lorca es cronista de Torreagüera