MURCIA. “La situación del ruido en Murcia cada vez va peor”, afirma con contundencia Pedro Pérez Piernas, presidente de la asociación No Más Ruido Murcia, quien analiza, con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, el estado actual del ruido en la ciudad y la creciente preocupación por una contaminación acústica que, lejos de remitir, se intensifica año tras año.
Los principales responsables, según explica a Murcia Plaza, son las actividades de ocio, como conciertos y eventos ruidosos celebrados en zonas residenciales. “Cada vez van a más”, señala, y apunta a celebraciones que afectan "gravemente" a urbanizaciones cercanas. Además, critica el “repartir” los eventos por diferentes zonas de la ciudad: “Donde antes había ruido solo en algún barrio concreto, ahora prácticamente toda Murcia está sufriendo por la contaminación acústica", advierte.
“No se pueden autorizar tantos conciertos, y menos en áreas residenciales... y a 120 decibelios, que es un disparate”, insiste. Él mismo asegura haber escuchado conciertos desde su casa, estando a varios kilómetros de distancia. No obstante, estos eventos musicales están regulados por normativas y cuentan con los permisos pertinentes de los ayuntamientos.
Ruido en terrazas
Otro foco persistente es el de los bares de copas y las terrazas. “Desde hace ya tiempo están generando muchas molestias”, apunta, añadiendo que varios de estos locales no cuentan con el aislamiento acústico necesario y que el control municipal no es suficiente. "El ayuntamiento no hace un control correcto", denuncia.
Más de la mitad de los municipios españoles no disponen de ordenanzas actualizadas en materia de ruido, lo que deja sin protección a una gran parte de la población. Y es que la falta de estas dificulta la detección, medición y sanción de las actividades ruidosas, además de la implementación de medidas de control y prevención.
El problema con las terrazas va en aumento: “Cada vez hay más terrazas, más terrazas, más terrazas”, repite Pérez Piernas, quien afirma que algunas personas, al buscar vivienda, ya evitan las zonas que tengan bares a su alrededor. “Saben que no van a poder descansar mínimo hasta las dos de la mañana”.
En este Día de Concienciación, el cabeza de la asociación recalca la importancia de que la ciudadanía comprenda lo que el ruido conlleva: “Es un problema que no se conoce... hasta que uno lo sufre”. Describe cómo la imposibilidad de conciliar el sueño afecta a enfermos, trabajadores, opositores, estudiantes, o cualquier ciudadano que simplemente desea descansar.
Más allá de las molestias, el ruido acarrea graves consecuencias para la salud: “Tiene muchas implicaciones en enfermedades cardiovasculares, subidas de tensión...”, advierte. Y frente a este escenario, la asociación No Más Ruido trata de actuar, sobre todo cuando los afectados se movilizan. “Actuamos por la vía administrativa, compartimos expedientes...”, explica.
Pese a algunas pequeñas victorias, no hay señales de mejora general. “¿Cambios? No, en absoluto. Nada. Al revés”. Critica a una hostelería que prima el volumen: “Ponen la música ‘a toda castaña’ porque es lo que vende” y a unos ayuntamientos que permiten esta dejadez: “Sus planteamientos son los de dejar hacer, dejar hacer, dejar hacer”.
El fenómeno del ruido no es exclusivo de Murcia. “El problema del ruido ya se ha extendido por toda España”, indica Pérez Piernas, recordando que la asociación está integrada en una federación nacional con más de 40 agrupaciones. “Desde pueblos de 3.000 habitantes hasta grandes ciudades como Barcelona, Mallorca, Madrid o Canarias”, puntualiza.
Para Pérez Piernas, la competencia por atraer eventos solo agrava la situación: “Hay una lucha por ofrecer el mejor sitio, aunque sea en medio de la ciudad”. Una permisividad, dice, que convierte los espacios públicos en gratuitos para promotores privados, y lo que es peor, “en una pesadilla sonora para miles de vecinos”.