MURCIA. El tramo B del Arco Norte de Murcia ya está más cerca de ser una realidad. Tras su aprobación en Consejo de Gobierno a comienzos de mes, ahora la búsqueda de empresas para las obras acaba de comenzar con la puesta en marcha de la licitación con un presupuesto superior a los 90 millones de euros.

En concreto, el Ministerio de Transportes ha consignado 97 millones de euros para realizar estos trabajos, que tendrán una duración de 54 meses. Sin embargo, dado que la Administración pública no se abona el IVA a sí misma, la mercantil que se haga con este proyecto recibirá un máximo de 80 millones de euros netos.

Para ello, toda compañía interesada puede presentar ya su propuesta, pues el plazo estará abierto hasta el próximo 13 de febrero. De hecho, dada la magnitud de la obra y la cantidad de dinero invertida, se espera que las mayores constructoras del país participen en el proceso.

Con el objetivo de alzarse victoriosas, las firmas que presenten su candidatura deberán poner especial énfasis en la oferta económica, pues la reducción en el coste de las obras decide hasta el 60% de la nota final, mientras que el 40% restante corresponde a los criterios técnicos.

Cabe recordar que ya hace unas semanas se lanzó otra licitación complementaria, el contrato para el control y la vigilancia de las obras del tramo B del Arco Norte, que cuenta con un presupuesto de 5 millones de euros.

Este tramo comenzará en el kilómetro 4 de la autovía MU-32 (el Acceso Norte a Murcia, procedente de Molina de Segura) y finalizará mediante una confluencia o bifurcación en la autovía A-7 con el enlace de Cabezo de Torres, que conecta Santomera con Nueva Condomina. Además de la propia calzada, el Gobierno prevé construir en esos 8,3 km hasta 13 nuevas estructuras: tres viaductos, cuatro pasos superiores y seis pasos inferiores.

Una reclamación pendiente desde hace años

El Arco Norte es una reivindicación histórica de la Región de Murcia, pues lleva años soportando cómo el llamado nudo de Espinardo (el tramo de la autovía A-7 ubicado en la entrada a Murcia) concentra numerosos atascos en horas punta. Hasta 125.000 vehículos circulan al día por esa vía, entre viajeros que transcurren de paso desde Andalucía y la Comunidad Valenciana, así como los propios automóviles que se dirigen a la capital del Segura. Las retenciones en esa zona son tan habituales que incluso han derivado en problemas de seguridad vial, como así reconoce el propio Ejecutivo central.

La futura infrastructura actuará como un by pass para el tráfico de largo recorrido que transita por Murcia procedente de Andalucía y las provincias de Alicante y Valencia, lo que propiciará que se separe "el tráfico de largo recorrido del urbano, que seguiría discurriendo por el trazado actual", como así explica el propio Ministerio.

Su trazado completo conectará la autovía A-30 en el enlace de Alcantarilla con la A-7 a la altura de Cabezo de Torres, rodeando la ciudad de Murcia por el norte y las poblaciones de Molina de Segura y Las Torres de Cotillas por el sur. 

El Arco Norte llegará incluso a estar unido al tramo C del Arco Noroeste, el único tramo todavía en fase de ejecución, pues el A y el B están en servicio desde julio de este año tras una inversión de 169 millones de euros.