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Molinos de viento de Cartagena: la administración al auxilio de la restauración privada

CARTAGENA. Hace unos días el Ayuntamiento de Cartagena ponía a punto el molino de viento Molino de las Piedras, ubicado en el barrio de Los Mateos. Antes de rehabilitar el Molino de las Piedras, el Ayuntamiento había acometido reformas en el resto de molinos municipales. En el campo de Cartagena hay más de 160 molinos, la mayoría ubicados dentro de los márgenes del municipio de Cartagena y de titularidad privada.

En los últimos años, se han reformado, además, el molino del Monte Sacro, el Molino de Zabala y los dos construidos en el Molinete, conocidos como de la Cima y de San Cristóbal.
Por otra parte, en 2019, el Ayuntamiento de Cartagena acometió la restauración de la Casa Molino del Monte Sacro, con fondos de la Sociedad Casco Antiguo de Cartagena.
Pero, lejos de la restauración de los molinos de propiedad municipal, existen en el Campo de Cartagena un buen número de ellos de propiedad privada que se encuentran en mal estado y que necesitan un impulso. Hasta ahora han sido los dueños los que han tratado de devolverles su esplendor rascándose el bolsillo. Además, desde que estas instalaciones fueron declaradas Bien de Interés Cultural, allá por la década de los ochenta, cualquier actuación de restauración de los mismos debe pasar primero por el estudio y aprobación de Cultura.

Por tal motivo, algunos de los dueños de dichos molinos han pedido que las administraciones, tanto la regional como la municipal, se impliquen de forma directa para tratar de poner a punto a los más de 25 molinos de viento que, en manos privadas, presentan un mal aspecto y necesitan una remodelación urgente.

El escritor e investigador Romero Galiana pedía la rehabilitación de aquéllos cercanos a las carreteras de acceso a las pedanías o en los centros urbanos en el libro 'Antología de los molinos de viento', donde se exponía una tipológica, estética, fotográfica, histórica, con localización y estado de conservación, a fecha de diciembre de 2000, de los 154 molinos de viento.

Por su parte, la organización de las terceras jornadas de Molinología, Sergio Nicolás Llorach, relató que la administración le encargó un estudio de cada uno de los molinos de viento, para que la Administración pudiera notificar a los interesados su condición de propietarios de un Bien de Interés Cultural. Llorach llegó como conclusión que muchos molinos de ellos son de empresas con las que se podría llegar a acuerdos, que algunas asociaciones de vecinos están implicadas, al igual que algunos particulares entusiastas, y que el 60% de los molinos son hoy solo una torre. Aunque "tardemos más en recuperar este patrimonio, con todas las posibilidades que tiene desde etnográficas a turísticas, debemos unificar criterios de actuación, qué restaurar y cómo hacerlo, acometer actuaciones de consolidación, conseguir que al menos un número importante de molinos queden como legado y recuerdo de toda una cultura popular e historia de enorme importancia en el pasado, al igual que de otras muchas, de esta nuestra región".

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