MURCIA. Un debate del estado de la Región es, ante todo, un goloso escaparate. 45 minutos de intervención dan para mucho: sus señorías pueden plasmar, sin interrupciones, su glosario político. Es el momento para exponer su idea de la Región y sus propuestas, pero también es la oportunidad para denunciar injusticias, para reivindicar políticas, para reconocer los aciertos del Gobierno o para desmontar las tropelías del Ejecutivo. Sus comparecencias están marcadas por su retórica y su desenvoltura sobre la tribuna. Así vio este redactor -en estricta valoración personal- a los cinco portavoces parlamentarios.
Conesa sacó el hacha
La Asamblea Regional escuchó al Diego Conesa más agresivo y contundente desde que prometió su acta como diputado. Ya se mostró duro en abril, cuando afrontó su primer 'cara a cara' con López Miras en el primer pleno sobre la gestión de la pandemia, pero esta vez enarboló toda una diatriba a 25 años de Gobiernos del PP (el último, en coalición con Ciudadanos). El tono fue implacable, sin concesiones ni treguas. No dejó vivo tampoco a Ciudadanos, con quien lleva jugando al ratón y al gato durante toda la legislatura. Esta vez tocó palo, no zanahoria, pues fue muy severo con la formación liberal. Seguramente pronunció el discurso que quieren escuchar sus seguidores, pero también se desenvolvió convincente en su radiografía la Comunidad. Le ayudó apoyarse en los clásicos, como Sócrates, para articular su intervención. Tal vez chirriaron las invocaciones al fascismo, un calificativo más propio de Podemos que del PSOE.