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La patronal consuma el relevo de su líder ante más de 400 empresarios

La nueva era de la Croem: unidad, una ley del silencio administrativo y el sello de López Abad

MURCIA. La patronal murciana se adentra en una nueva era. Los diez años de José María Albarracín se consumaron este jueves con la cesión del testigo a Miguel López Abad. El empresario archenero, presidente de Global París, toma las riendas de la Confederación Regional de Organizaciones Empresariales de Murcia (Croem) con la misión de "subir la escalera" para superar "el alto listón" que deja su predecesor. Más de 400 empresarios se pusieron en pie para despedir a su presidente de los últimos diez años y también aclamaron a su nuevo líder, que ocupará, como suele contar el propio Albarracín, "el cargo institucional más importante después del presidente de la Comunidad". No es para menos: por visibilidad, influencia y trato directo con las administraciones, la Croem es uno de los altavoces más potentes de la Región de Murcia. Y si durante una década Albarracín entonó la voz de los empresarios murcianos, ahora llega el turno de Miguel López Abad, quien ofrecerá un nuevo talante, pero bajo el compromiso de que no se moverá de la línea de su antecesor.

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