Empresas

La burocracia, el absentismo y los cambios del entorno: los retos de las empresas familiares de la Región para impulsar la competitividad

Se trata de uno de los mayores problemas de la economía española

  • Vista del polígono industrial de Molina.
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MURCIA. La competitividad es uno de los principales problemas de la economía de la Región de Murcia. Así lo reconocen las propias empresas familiares en el último Barómetro del Observatorio de la Empresa Familiar 2025, donde han desgranado los problemas que impiden generar un mayor valor con su actividad.

De acuerdo con las encuestas realizadas, el mayor inconveniente al que deben enfrentar en su día a día es el absentismo laboral, lo que genera una preocupación de 3,49 sobre 4, seguido de las barreras que trae consigo los trámites administrativos (3,34), para los que exigen una mayor simplificación.

Por encima del 3 también se encuentran otros factores destacados, como la regulación laboral actual, que consideran que debería ser más flexible, o la ausencia de formación, que debería contar un mayor impulso. Asimismo, se debe potenciar el crecimiento de las empresas de la Región para que ganen tamaño y sean más eficientes en sus procesos.

Ya en menor medida se han destacado otros aspectos positivos, como el apoyo a la transformación digital, el acceso a la financión, los incentivos en la inversión en I+D+i o el fomento de la internacionalización.

Dicho de otra forma, las medidas a adoptar pasan en un 30% por soluciones vinculadas al personal, que se establece como la principal fuente de preocupación. También conviene subrayar los cambios relacionados con la regulación (17%), los costes (12%) o la política (9%).

En cuanto a los factores externos, la mayor amenaza viene por parte de la agilidad organizativa, es decir, la capacidad de percibir y reaccionar ante los cambios del entorno, ajustando procesos y productos de manera adecuada, pues resulta cada vez más esencial para hacer frente a la creciente presión competitiva. 

Así, las empresas señalan como principales problemas la detección a tiempo de los cambios, aunque la encuesta remarca la falta de capacidad para comunicar las adaptaciones, así como unos procesos operativos y una plantilla que no facilitan una respuesta flexible.

Por sectores, el comercio es donde se producen las mayores deficiencias en la detección de cambios en el entorno, mientras que en la construcción es donde más se generan los conflictos de interés por posturas enfrentadas.

Las empresas familiares mejoran empleo, ventas e inversión

Más allá de la competitividad, las empresas familiares de la Región de Murcia atraviesan un buen momento. En el último año, la mitad aumentaron sus ventas, mientras que un 45 por ciento también incrementó sus inversiones y en un 35,7 por ciento creció el empleo, una cifras que contrastan con las malas expectativas que muestran los empresarios de cara al futuro.

Y es que, para la mitad de las empresas consultadas, su cifra de negocios ha mejorado (sigue igual para otro 30 por ciento y solo ha empeorado en el 19,4 por ciento de los casos), y un 48,8 por ciento ha mejorado también sus precios de venta, frente al 38,8 que los ha mantenido y el 12,4 que los ha empeorado.

El 45 por ciento ha mejorado la inversiones realizadas en el último año y otro 41 por ciento las ha mantenido (solo un 13 por ciento las ha empeorado), y el empleo se mejoró en un 37,5 por cieno de los casos y se mantuvo en más de la mitad (55 por ciento), empeorando solo en el 9 por ciento.

Las inversiones se mantuvieron estables en un 65 por ciento de los casos, empeorando en un 18 por ciento y mejorando en un 17.

Las cifras están muy lejos de las expectativas que esas empresas tenían para este año, que marcaban un aumento de las exportaciones, un mantenimiento de las ventas y una caída de las inversiones, el empleo y los precios, según refleja el estudio, que contempla también una visión pesimista en cuanto a la percepción de la economía.

En concreto, casi la mitad de los encuestados (48 por ciento) cree que ha empeorado a nivel nacional, el mismo porcentaje que piensa que sigue igual a nivel regional y en el conjunto de su sector.

No obstante, la opinión sobre sus propias empresas es positiva: casi la mitad piensa que sigue igual y más de un tercio, que ha mejorado, frente a solo el 17 por ciento que opina que ha empeorado.

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