MURCIA. Es que no puede ser. Jugar en casa es un castigo para un Real Murcia que sigue haciendo aguas en el Enrique Roca. Defendía el liderato con 15.261 espectadores que salieron de casa pese a la lluvia para ver a su equipo y éste fracasó al perder por 0-2 frente a la Unión Deportiva Ibiza, conjunto que llegaba habiendo ganado sus cinco últimos partidos y ya lleva seis triunfos del tirón para colocarse líder con 44 puntos.
Los de la capital del Segura, que acumulan tres derrotas seguidas ejerciendo la localía, retroceden al tercer puesto con sus 42, sólo 16 de ellos sumados en casa. El Antequera Club de Fútbol tiene 43 y puede ser peor. Si la Agrupación Deportiva Ceuta venciera esta tarde en el campo del filial del Villarreal Club de Fútbol los norteafricanos también se pondrían en 44 e igualmente rebasarían a los granas.
El cuadro murcianista, que presentó un solo cambio con respecto al partido ganado por 1-4 en su visita a la Asociación Deportiva Mérida -David Flakus ocupó la punta del ataque en lugar de Raúl Alcaina-, salió con determinación. Era un Murcia mandón.
Superado el minuto 10 se reclamó penalti por un claro agarrón al propio David Flakus dentro del área ibicenca y luego otro sobre Alberto González. Ni uno ni otro fue señalado por el árbitro cordobés Manuel Camacho Garrote.
Los de Fran Fernández dominaban y en el 26 la tuvieron. Ramón Juan respondió a tiro de Joao Pedro tras pase de Davo.
La réplica balear la puso Bebé con uno de sus típicos disparos, violentísimo pero desviado por poco. Luego Gianfranco Gazzaniga debió intervenir ante López Pinto y frente al mismo Bebé. El cuadro entrenado por Paco Jémez se desperezó, mejoró claramente y rondó el peligro en el área local.
La segunda parte comenzó rematadamente mal para los granas. Bebé, a pase en profundidad de Álex Gallar, adelantó al cuadro visitante recién cumplido el primer minuto de la reanudación. Javi Jiménez, poniendo el esférico en la escuadra con su zurda, estableció el 0-2 en el minuto 57. La lluviosa matinal en Murcia fue otra jornada calamitosa en el estadio Enrique Roca y, acto seguido, López Pinto a la madera.
Pedro León y Raúl Alcaina fueron las alternativas ofensivas buscadas desde el banquillo saliendo del campo Pedro Benito y Davo. A continuación Richard Boateng y Antonio Toral suplieron a Isi Gómez y Juan Carlos Real pero el equipo estaba noqueado anímicamente. Pese a todo los de Fran Fernández trataron de recomponerse. Toral, con un remate cabecero en una transición, se topó con Ramón Juan.
En el 77 el árbitro le mostró la tarjeta roja directa a Ian Forns por una dura entrada a Astals, acción fronteriza que le costó la expulsión al lateral murcianista. Ahí ya se esfumaron las escasas opciones de evitar la derrota.
Jugando en inferioridad numérica y con la afición con el gesto torcido, el mismo Toral pudo al menos igualar el golaverage particular con el Ibiza -el Murcia venció por 1-2 en Can Misses en la primera vuelta-. Sin embargo, remató fuera. Ni siquiera eso logró este equipo tan débil cuando juega delante de su público y que no aprovechó que su rival también se quedó con diez al ver la cartulina roja Javi Jiménez por falta a David Vicente. Eso ya fue anecdótico pero lo que no lo es es que sólo cuatro de los 13 partidos disputados en esta Liga en casa los ganó un aspirante al ascenso por lo que hace a domicilio, desde luego. Este nuevo revés se une a los dos anteriores por 0-2 ante el Sevilla Atlético y por 0-1 contra el Club Deportivo Alcoyano. Salir enfadados del Enrique Roca se va convirtiendo en rutina para los hinchas que siguen acudiendo a él en gran número. No lo merecen pero es lo que hay.