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'The Murcianer sigue sumando talento con dos portadas dedicadas a las salinas de San Pedro y a los parques de Murcia

Son obras del artista David Lopera y la ilustradora María José Andúgar

Portada de The Murcianer de David Lopera

Portada de The Murcianer de María José Andúgar

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MURCIA. Nuevos creadores murcianos siguen sumándose al proyecto 'The Murcianer', que busca visibilizar el talento de la Región a la vez que ensalzar la identidad murciana. Este mes de mayo se han sumado a la iniciativa el artista David Lopera y la ilustradora María José Andúgar con dos nuevas portadas al más puro estilo 'The New Yorker'. Porque ellos también forman parte de la extensa cantera de ilustradores, dibujantes de cómic, diseñadores gráficos, pintores, animadores, muralistas... que se pueden encontrar por esta tierra y que 'The Murcianer' quiere dar a conocer mejor.

Hay que recordar que el talento también está detrás de este proyecto, ideado por el dibujante Van Saiyan y el fotógrafo y artista multidisciplinar Fede Leante, quienes reivindican "la importancia del artista visual en un mundo que se rige cada vez más por la imagen. Ellos son los responsables de ilustrar los libros, cómics y revistas que lees, de la ropa que te pones, de la película de dibujos que ves, de los videojuegos a los que juegas, de tu bebida favorita, o del anuncio que ves en TV o internet...".

La portada de David Lopera está dedicada a las salinas de San Pedro del Pinatar, con el símbolo que más lo representam como es un flamenco. También es una forma de ilustrar el Mar Menor y "la riqueza que tenemos que mantener". Asimismo, la forma de su cuello de ave representa el infinito, "simbolizando la conexión de cuerpo y mente como fluir infinito de lo que somos y lo que llegaremos a ser, así como el flujo migratorio de las aves que nos conecta con el ciclo de la vida".

David Lopera lleva doce años liderando proyectos en la Asociación de Jóvenes Empresarios de la Región de Murcia, ayudando a que los jóvenes puedan vivir de su talento de forma viable. "Compagino mi pasión por el emprendimiento con la de mi proyecto creativo", señala.

Una receta de creatividad

  • Portada de The Murcianer de María José Andúgar -

Por su parte, María José Andúgar rinde un homenaje a los parque de Murcia. "Me encanta pisar la ciudad. Caminando y transitando de jardín en jardín. Los paseos, los parques. El jardín de Floridablanca siempre me ha fascinado. Sentirme pequeña bajo esos monumentales ficus me conecta paradójicamente con el mundo real. Con el presente. Quise atraparlos como un recuerdo en mi terrario. Y recordé aquellos años en que pretendí construir maquetas en la escuela de arte.  Representar el juego, con esos niños que se esconden entre sus raíces. La naturaleza, los animales. Y ahí es donde no pude evitar simular un deseo: la eternidad de mis perros. Como si guardándolos en mi pequeño terrario me acompañaran, de alguna manera, siempre.  Grunge, (el más grandote) el perro más noble y cariñoso del mundo; desde el año pasado no está en el mundo físico. En mi terrario en miniatura, guardo los recuerdos que viví con él, con mucho cariño. Me apetecía hacer un homenaje a mis compañeros peludos, que me han acompañado estos años", explica.

Para la receta de su vida creativa, María José Andúgar ha necesitado "unas cucharadas generosas de Bellas Artes en Granada (mezclado con una parte reservada del pequeño aperitivo de Bachillerato de Arte en Orihuela); un ciclo de Maquetismo y Modelismo en la Escuela de Arte de Murcia en porciones pequeñas; rehogamos y añadimos algunos trabajos al margen de lo artesano, que le dan sabor; y un chorrito abundante de volver a Granada para estudiar Ilustración Avanzada en Estación Diseño", entre otras cosas.

"Toda la mezcla la aderezamos con paciencia al gusto, una pizca de inseguridades y otra de suerte. Lo amasamos y lo dejamos reposar. Se vierte en un recipiente apto para tenaces y pasionales, y se lleva al horno en un giro de 360º. Se gratina durante 20 años. Hasta que la superficie empiece a verse dorada, o en su defecto, como mínimo apetecible. Cuando esté completamente cocinado, se decora con un espolvoreo de confianza y autoestima y está listo para servir y compartir", añade la ilustradora.

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