MULA. La Cholepa de Mula -el estudio de fotografía, diseño gráfico e interiorismo que dirige el fotógrafo y artista Andrés García Mellado- se convirtió también en galería de arte a raíz de la covid-19, cuando acogió una muestra de su propio dueño que no había podido mostrarse fuera por la pandemia. Desde entonces, este local se ha convertido en un espacio único y singular que periódicamente acoge diferentes exposiciones, siendo la que se disponen a inaugurar este miércoles, a las 19.30 horas, la novena. En esta ocasión, abre sus puertas Diálogos, una colectiva compuesta por siete artistas de prestigio que dialogan entre sí a través de su arte.

El director del espacio tenía muchas ganas de que en La Cholepa expusieran por primera vez dos reconocidos artistas muleños como son Ramón Gonzalez Palazón y Nono García -con este último comparte el comisariado-. Él también muestra algunas de sus fotografías, por lo que Diálogos reúne finalmente la obra de tres creadores de Mula que establecen una conexión artística con otros cuatro de distintos puntos de la Región como son Concha Martínez Montalvo, Manuel Páez y Rosana Sitcha, que ya habían expuesto anteriormente en la galería

Destaca la obra de González Palazón titulada  Árbol del Galicia, un dibujo realizado con sedimentos de carbón recuperados en zonas quemadas de Galicia en 2025, que está acompañado por un tubo de ensayo de cristal que contiene extracto de árbol calcinado. La composición forma parte de la serie creada dentro del proyecto Más de 10.000, que toma como punto de partida las cenizas y el carbón recogidos en Cualedro, en la provincia de Ourense. De esos restos, el artista extrae la materia con la que da forma a su obra, con el  propósito de crear más de 10.000 dibujos utilizando el propio sedimento y el carbón de los bosques calcinados; transformando la destrucción en memoria y el fuego en creación.

Por otro lado, en su obra Devenir, González Palazón aborda la imagen del árbol no como representación fija, sino como proceso, como tránsito. El dibujo se enfrenta a un soporte dividido: la mitad superior, trazada en grafito sobre papel de grabado, y la inferior, un plano metalizado que refleja de manera velada la presencia del espectador, según se señala en la hoja de sala. "En ese límite entre la imagen y su reflejo, la obra propone un desplazamiento: el árbol se convierte en mediador entre lo natural y lo humano, entre la materia que observa y la mirada que intenta reconocerse en ella. El papel dorado, espejo imperfecto, introduce una dimensión simbólica: la naturaleza como emblema de riqueza, pero también como espejo moral- un oro que devuelve la imagen de quien contempla, cuestionando su relación con lo vivo, con lo efímero, con el propio tiempo", añaden. 

Finalmente, En Ciclo de conexión, este artista muleño propone un diálogo entre la materia y su propio origen. Un árbol, dibujado con grafito sobre un pequeño bloque de papeles recortados un cubo de hojas en blanco, reencuentra aquí su condición primera: el papel vuelve a ser árbol, y el árbol se convierte en imagen de sí mismo.

Nono García, el otro muleño que hasta ahora no había expuesto en La Cholepa, presenta obras de su serie sobre tubos de pintura y utensilios propios de los Estudio de un artista. Nono García no solo rinde con esta exposición un homenaje a la pintura y a su oficio, sino también a otros compañeros de profesión que le han inspirado algunas de las obras expuestas. Lo suyo son bodegones solitarios y en reposo que conforma la mesa del pintor, bañada por luces y sombras. Pinceles, lápices, tarros, vasos de cristal, trapos manchados... trasladan al espectador a esa intimidad silenciosa que el artista comparte.

Concha Martínez Montalvo expone, por su parte, la serie Maestras, collages con los que pretende rendir homenaje a las maestras que pusieron alas a los sueños y generaron la confianza suficiente para alzar el vuelo. Están realizados a partir de fotografías femeninas antiguas, cuyos retratos se superponen sobre poderosos elementos arquitectónicos. Sobre la imagen resultante como elementos compositivos se han bordado, con hilos de algodón, seda o fibras sintéticas diversos motivos geométricos, añadiendo también pequeñas piezas de porcelana. La autora acompaña sus obras con una investigación sobre el papel de las maestras durante la época republicana y posteriormente.

Completan la muestra obras de Paco Ñíguez que acercan a la pintura metafísica y al figurativismo reinventado por este cartagenero que cuenta con un estilo único. Rosana Sitcha, por su parte, lleva los reflejos de la ciudad a sus óleos; el calasparreño Manuel Páez expone unos bodegones sacados de su universo creativo, y García Mellado experimenta con el color en cinco fotografías.