CARTAGENA. El escritor y profesor Diego Sánchez Aguilar acaba de regresar a Cartagena, su ciudad natal, tras pasar cinco años en Londres llevando "una vida de escritor a tiempo completo". Lo hace con una falsa novela policiaca bajo el brazo, El Órgano, en la que juega con los géneros y donde lo que empieza siendo la investigación de una misteriosa muerte se convierte en una especie de drama griego. Su reencuentro con Cartagena ha sido frenético, señala, ya que se ha reincorporado a su puesto como profesor en el IES Las Salinas del Mar Menor y ha hecho frente a una mudanza para fijar su residencia en Cabo de Palos. "Esto es algo que no tenía en Londres", dice refiriéndose al mar que baña este pueblo de pescadores.
Al autor de libros tan aplaudidos como Los que escuchan le esperaba otra sorpresa en 'casa', la invitación a ofrecer el pregón de la Feria del Libro de Cartagena, que le ha hecho especial ilusión, porque para él leer "lo es todo". La cita para que arranque este evento literario será este miércoles, en la plaza Juan XXIII, a las 19.00 horas. Su mensaje será, entre otros, que "ninguna serie en Netflix ni ninguna red social puede sustituir lo que un libro te da".
Murcia Plaza charla con este cartagenero, doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Murcia, investigador y ensayista, sobre su pregón y su literatura.
¿Qué supone para ti como escritor cartagenero ser pregonero de la Feria del Libro de tu tierra, un evento que se ha recuperado en los últimos años?
Es un gran honor y me hace mucha ilusión, sobre todo porque he estado los últimos cinco años viviendo en Londres y acabo de volver a Cartagena, y justo cuando regreso me encuentro con esta sorpresa y esta invitación del Ayuntamiento. Me ilusiona en lo personal, por supuesto, pero también por Cartagena, por que se haya recuperado de nuevo una Feria del Libro que durante unos años estuvo pérdida. Creo que es muy importante que la ciudad la tenga otra vez.
¿Qué mensajes buscas transmitir en tu pregón?
Voy a intentar transmitir una defensa del libro y de la lectura como forma de entretenimiento y de conocimiento. Es muy importante, sobre todo en estos tiempos en los que parece que la lectura está en retroceso frente a otros formatos -como las redes sociales o las plataformas de entretenimiento- recuperar el valor de la lectura, que es insustituible. Ninguna serie de Netflix ni ninguna red social puede sustituir lo que un libro te da.
Por lo tanto, eso de que los libros no nos hacen mejores...
Sé que es la frase de una influencer, pero bueno... Un libro no te va a hacer un santo ni una persona buenísima, pero sí que te va a hacer una persona más informada, más compleja y más plural. Porque, al fin y al cabo, los influencers, los youtubers y todos estos personajes de redes sociales están transmitiendo mensajes muy simples, muy básicos, muchas veces llenos de falsas noticias.Y eso un libro no suele hacerlo; el 99% de los libros tienen otra intención.
Todo esto enlaza con el lema de la Feria, que es: ¿Qué es leer para ti? ¿Podrías contestar tú a esta pregunta, Diego?
Para mí como escritor y como profesor de Lengua y Literatura, leer lo es todo, en lo profesional y en lo personal. Es un vicio, una compulsión y también es una herramienta de trabajo. Yo leo mucho y hablo sobre literatura continuamente con mis alumnos y con mis amigos. Es un gran lema porque cada uno tiene una forma de acercarse al libro, a la lectura. La mía, desde luego, es especial, pero me gusta que cada uno pueda reflexionar sobre lo que para él es la lectura, porque para unos es entretenimiento puro, para otros es información, para otros es autoconocimiento...
"Los géneros hay que pervertirlos un poco"
- Diego Sánchez Aguilar -
Diego, cuando uno es un escritor, como es tu caso, que escribe tanto poesía como prosa, ¿termina mezclando géneros, escribiendo una prosa lírica y una poesía narrativa?
Sí, claro. A mí me gusta usar los géneros para jugar con ellos. Cuando yo escribo un libro de poesía, si hay elementos narrativos, puedo hacer poesía épica, poesía narrativa; y cuando escribo narrativa, también me gusta jugar con el género de la novela o con el género del relato y a veces meterle elementos líricos. Los géneros están muy bien, son una herramienta muy interesante, pero yo creo que tampoco hay que atenerse a ellos, sino que conviene pervertirlos un poco, romperlos y jugar con ellos.
Esto queda muy bien reflejado en tu última novela, El Órgano. Háblanos de ella.
Así es. El Órgano se publicó antes del verano, pero como yo estaba en Londres, realmente la promoción de esta novela está empezando ahora. Se trata de una falsa novela policiaca, con todos sus elementos típicos, ya que todo arranca con un investigador que llega a un pueblo de montaña para averiguar qué ha pasado con el organista que ha fallecido misteriosamente. Pero, luego, esta novela policiaca se acaba convirtiendo en una especie de tragedia griega, en un homenaje al mito de Prometeo. Efectivamente, hay partes muy líricas, como cuando hablan las montañas como un coro griego, pero cuando hablan otros personajes del pueblo, como el herrero o el tabernero, es una prosa muy coloquial, muy del pueblo. Me gustan esos juegos, esos contrastes dentro de una misma obra.
Bueno, y ¿cómo ha sido tu reencuentro con Cartagena después de cinco años fuera?
Ha sido un reencuentro frenético, porque el volver de Londres ha supuesto también incorporarme a mi puesto en el IES de la Salinas del Mar Menor, en La Manga. De hecho, yo vivo en Cabo de Palos. Por lo tanto, ha sido un regreso muy ajetreado, poniéndome al día con la docencia y con la mudanza; y, la verdad, es que todavía no he tenido tiempo de asentarme realmente en Cartagena, en la ciudad. A ver si a partir del pregón, ya puedo instalarme de verdad. Está siendo un gran cambio, porque realmente yo en Londres no estaba ejerciendo de profesor, sino que estaba haciendo vida de escritor a tiempo completo.
Aunque El Órgano esté en plena promoción, ¿tiene nuevos proyectos entre manos?
Yo siempre tengo algo entre manos. Me vine con algunas cosas terminadas que irán saliendo y también tengo algunas cosas a medias, que en cuanto encuentre el tiempo y la paz mental, que ahora mismo no tengo, estoy deseando retomar y avanzar con ellas.

- El órgano, de Diego Sánchez Aguilar -
