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La fachada de la Catedral como nunca la habías visto antes: un libro descubre sus secretos y cómo fue su restauración

La publicación de Hozono Global, con fotografías de Juanchi López y texto del arquitecto Juan de Dios de la Hoz, se puede consultar digitalmente de forma gratuita

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Si un turista nos preguntase por la calle cuál es el edificio más importante de Murcia y el que atesora el pasado más significativo de la ciudad, lo más probable es que respondiéramos que deberían dirigirse a ver la Catedral. Y no nos equivocaríamos, porque se trata de una construcción cuyos orígenes se remontan a 1243, cuando tras la reconquista a los árabes se buscó convertir la antigua mezquita mayor en templo cristiano –aunque la primera piedra de la Catedral actual no se colocaría hasta 1394-, siendo hoy uno de los principales ejemplo de la arquitectura barroca en España. Lo sorprendente es que el edificio que tantos años ha acompañado a los murcianos sigue sorprendiendo con enigmas, sorpresas y un sinfín de detalles que no se pueden ver a la simple vista, pero que ahora están al alcance de todos gracias a Los secretos de la fachada, un libro publicado por Grupo Hozono Global que documenta el proceso de restauración del imafronte llevado a cabo por Orthem. Para ello, combina las espectaculares fotografías tomadas por Juanchi López con las explicaciones del proceso por parte de Juan de Dios de la Hoz, el arquitecto responsable del proyecto.

El resultado es un libro –disponible de forma gratuita en formato digital en la página de Hozono Global- que no solo relata una de las intervenciones patrimoniales más importantes de los últimos años, sino que además invita a los ciudadanos a que vuelvan a subirse en los andamios para ver como nunca lo habían hecho antes la fachada de la Catedral. No olvidemos que durante el tiempo que duraron los trabajos se incluyó una iniciativa que superó todas las expectativas: el acceso y visita guiada de los ciudadanos a la propia fachada durante el transcurso de las obras, sin interferir en ellas. Así, gracias al doble andamio de enormes dimensiones que instaló Orthem, más de 35.000 personas pudieron contemplar de cerca las esculturas y los detalles de esta joya arquitectónica, descubriendo así Los secretos de la fachada. Una experiencia única para los participantes –se agotaron todos los pases- y que ahora a través de este libro se vuelve a recrear.

Partiendo por el final de esta historia dentro de la Historia, cabe recordar que el 11 de diciembre de 2025 culminaron los doce meses de limpieza, consolidación, protección y mantenimiento del imafronte de la Catedral de Murcia con la apertura de la Puerta del Perdón  Por fin, se pudo contemplar los resultados de un trabajo que permite que la fachada luzca con el esplendor original con el que Jaime Bort la concibió en el siglo XVIII. No en vano se trata –según destaca De la Hoz en el libro- del proyecto de restauración más completo desde su construcción hace 275 años, lo que ha requerido la participación de más de 50 profesionales, reuniendo como si de la novela Los pilares de la tierra se tratase, a los mejores especialistas restauradores entre canteros, vidrieros, ebanistas, herreros, arqueólogos, arquitectos, historiadores, etc.

Se trata, según añade el arquitecto, de “una ejemplar recuperación del patrimonio histórico-artístico que tardará siglos en repetirse y que se ha abordado desde una triple dimensión: respetando el pasado, para su disfrute en el presente y garantizando la conservación de un legado que debemos proteger para ser transmitido, en las mejores condiciones, a las generaciones futuras”.

A través de los ojos de Juanchi López

  • Fotografías del libro Los Secretos de la Fachada -

Todos esos laboriosos trabajos han sido documentados por el fotógrafo murciano Juanchi López, que llegó a realizar 12.000 fotografías, una selección de las cuales se incluyen en esta publicación. Gracias a sus imágenes, aquellos que no pudieron hacer el recorrido por el andamio de la Catedral podrán conocer esos ‘secretos’ que esconde la fachada y contemplarla con otros ojos; los de Juanchi López, que ha sabido capturar la belleza de esta gran obra y ofrecer imágenes sorprendentes. Son fotografías llenas de arte, tomadas desde distintos ángulos, a diferentes horas del día y durante las cuatro estaciones, captando la esencia de la intervención. Los que participaron en el recorrido por el andamio, por su parte, podrán rememorar la experiencia y descubrir nuevos detalles.

Tal y como se recoge en la publicación, la fachada principal de la Catedral es fundamentalmente obra del escultor Jaime Bort. “Su importancia trasciende las fronteras del arte español, pues no cabe duda de que se trata de uno de los elementos más significativos de la historia de la arquitectura universal. No se trata solo de permitir el acceso al edificio sino que, a modo de gigantesco retablo, se despliega la fe y la historia, con sus principales protagonistas: la Anunciación a la Virgen, sus padres San Joaquín y Santa Ana, los Apóstoles y Santos con especial devoción, las Virtudes teologales y cardinales, Fernando III de Castilla, San Hermenegildo, la Cruz de Caravaca, los Cuatro Santos de Cartagena y los propios prelados que rigieron el Obispado cartagenero, además de un extraordinario repertorio angélico y de escudos”.

Recuerda el arquitecto responsable del proyectó que dicha portada “se construyó entre 1737 y 1751, a base de dos cuerpos horizontales y tres tramos verticales divididos por grandes columnas, uniéndose los laterales al central por medio de grandes volutas, rematándose la calle central con una gran moldura curva y un casquete de bóveda con la escultura de la Asunción de la Virgen. Por encima, el jarrón de azucenas, símbolo del Cabildo, y una colosal estatua de Santiago en actitud simbólica de plantar la cruz, que fue removida en 1803 por su mal estado”.

Las patologías

  • Fotografías del libro Los Secretos de la Fachada -

Según se señala en el libro, el estado anterior a las obras era “razonablemente bueno, aunque ciertamente precario en algunas zonas muy puntuales, incluso con algún accidente debido a caída de fragmentos en varios elementos decorativos”. Añaden que casi todas las patologías se debían “al material pétreo, una caliza bioclástica de textura detrítica, con bajo contenido en cementante y elevado intercambio de humedad”, que favorecían “la pérdida de cohesión entre los granos -especialmente en las capas más externas-, la fisuración interna y los consiguientes desprendimientos de fragmentos, sobre todo en los elementos decorativos de las partes más altas”. Lo que ha provocado continuas intervenciones durante todo el siglo XX.

Ante esta situación, el Obispado de Cartagena y el Cabildo Catedralicio encargaron a Hozono Global un proyecto que permitiera solucionar estas deficiencias, además de recuperar la imagen del conjunto de la fachada y mejorar su conservación en el futuro. Para ello se han incluido cinco grandes niveles de intervención: limpieza, consolidación, restauración, protección y mantenimiento, a lo que se sumó el acceso de las visitas.

No hay que olvidar que han sido unos trabajos de gran responsabilidad, puesto que unos métodos leves podrían ser poco eficaces, pero unos más intensos generar pérdidas incluso irreversibles en los materiales, sobre todo en las pátinas. Además, “la mayor parte de las esculturas y los relieves que decoran las cornisas se encontraban dañados por la acción del agua y la aparición de biocolonias u otros seres vivos sobre la piedra (bacterias y hongos, líquenes, plantas, algas y musgos)”.

Entre otras cosas, se explica cómo se retiraron completamente las plantas, causantes de grandes daños en los elementos con alguna grieta, así como las costras negras causadas por las escorrentías y los ennegrecimientos producidos también por la contaminación ambiental y el paso continuo del agua sobre la superficie de la piedra, la consiguiente exposición de sus poros y el depósito de partículas contaminantes sobre estos. ·El polvo y los materiales sólidos se retiraron con cepillos suaves y aspiradores. Los morteros en mal estado, los restos de resinas y los elementos extraños, con bisturís, espátulas y cinceles. Los líquenes y musgos se neutralizaron con biocida y se eliminaron con cepillos de raíces y agua desionizada recuperando el color natural de la piedra”.

Una restauración respetuosa

  • Fotografías del libro Los Secretos de la Fachada -

El siguiente paso fue el de la restauración, con el criterio de no realizar reintegraciones volumétricas si no eran absolutamente necesarias (imprescindibles para la percepción de la obra, o para su estabilidad estructural). Destacan “la impresionante cantidad de morteros que hemos encontrado de restauraciones anteriores. Siendo algunos de ellos materiales de buena calidad (desgraciadamente también se han hallado bastantes morteros de cemento, muy dañinos para la piedra), quedaban afectados de forma muy negativa por el sistema con el que fueron construidos, pues se trataba de ‘armaduras’ ejecutadas a base de alambres y clavos o puntas (a veces con tacos de plástico), que se encontraban absolutamente oxidados”. “Ni que decir tiene –añaden- que ha sido necesario retirar todas estas prótesis del cuerpo central y proponer su reintegración que, en la mayor parte de las ocasiones, se ha realizado con piedra natural de idénticas características, color y textura a la piedra original”.

También han sido restauradas en este proceso las vidrieras de Casa Maumejean, que datan del año 1900 y son de enorme calidad, pues este era el taller de vidrieras más importante del mundo en su momento.

Estos son solo algunos de los muchos detalles que se pueden encontrar en este libro que permite mirar la fachada de la Catedral como lo hicieron los antiguos canteros, albañiles y maestros de obra. De cerca.

 

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