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Gerard Oms: "'Muy lejos' es una película hecha desde el corazón que deja en la sala un poso de emoción muy íntimo"

El director barcelonés asegura que es cineasta porque "Mario Casas así lo quiso"

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El director barcelonés debuta en el largometraje como un retrato intimista (autobiográfico) de como el ser humano es capaz de encontrarse cuando ha hecho todo lo posible por perderse. La película narra la historia de Sergio, que viaja a Utrecht con su familia para asistir a un partido de fútbol. Antes de coger el vuelo de regreso a Barcelona, sufre un ataque de pánico y decidequedarse en Holanda.Incapaz de dar una explicación lógica a los suyos, cortael contacto con su pasado. A partir de ese momento, tendrá que sobrevivir sin dinero, sin casa y sin hablar el idioma. Estrenada en el Festival de Málaga, Gerard Oms logra sacar uno de los mejores papeles de la carrera de Mario Casas a partir de una crisis de identidad (sexual) que experimentó el propio director.

 

Se estrenó recientemente en el Festival de Málaga con dos premios, mejor protagonista (Mario Casas) y Premio de la Crítica. Además, recibió una ovación bastante sincera. ¿Cómo estás antes del estreno?

Muy contento. Fui muy feliz de poder presentar la película en Málaga, acompañado por parte del equipo, familia y amigos, en un festival que viene pisando fuerte en los últimos años presentando películas maravillosas. Estar este año en la misma sección de compañeras como Celia Rico o Belén Funes que han sido referentes para mí es muy bonito y más con una ópera prima. Ha sido muy importante.

Sobre el pase que comentabas, es cierto el tema de los aplausos. Lo comentamos luego con el equipo. Se quedó una sensación en el teatro extraña. Como de un poso emocional muy bonito que luego se repitió en el festival de Nantes. Queda algo en el ambiente de emoción íntima. Es una película hecha desde el corazón y creo que, por lo que hemos oído y visto, parece que toca el corazón.

Es de estas películas, me pasó lo mismo con Roma, de Alfonso Cuarón, en las que aparentemente no está pasando nada, pero a la vez están pasando muchísimas cosas. Creo que es muy valiente contar lo que cuentas y reconocer que es autobiográfico. ¿Cuándo decides levantar este proyecto?

No lo decido yo, lo decide Mario Casas. Es él quien me invita a ser cineasta. Estaba trabajando como ‘acting coach’ en varios proyectos. Coincidí con él en No matarás y, al mes de estar rodando, estábamos en la caravana de Mario en un descanso repasando texto y me pregunta: ¿No has pensado en dirigir y en escribir una película? Yo creo que tienes herramientas, una mirada, de cineasta. En ese momento le dije que no, que lo había soñado muchas veces pero que no me había planteado nunca esto. Entonces me dijo: “Si tienes una historia en la que pueda encajar como actor, escríbela que te prometo que la voy a hacer”. Y así fue. Esa es la historia de la razón por la que empezamos a levantar este proyecto.

Mario tuvo una corazonada, vio algo en mí. Hacía semanas que nos conocíamos, era muy poco tiempo. Fue además unos días de muchas corazonadas. Esto no lo he contado, pero a él le dije: “Creo que te van a dar un Goya por esta película (No matarás)”. Sentía que lo podían nominar y lo podía ganar. Él me decía que no, que no lo habían nominado nunca, que era muy difícil. Y sucedió. No sé que astros estaban en ese lugar en ese momento, pero hubieron dos corazonadas que se dijeron y se han cumplido. No hay nada romantizado.

 

  • Mario Casas en un fotograma de la película. -

La película es autobiográfica. En la que un chico acaba en Holanda y, años más tarde, termina siendo ‘acting coach’ de un actor de la talla de Mario Casas. ¿Cómo ha sido ese viaje vital?

Hay algo azaroso en todo esto. La suerte interviene, más de lo que creemos. A mí me ha tocado esto. Lo único que podía controlar es lo que podía generar. Capacidad de trabajo, intentar formarme, buscar referentes, seguir trabajando…Así he ido construyendo mi carrera. No he estudiado en una escuela de cine. No entraba en mis planes. Esto ha llegado desde otros lugares. Y ha llegado tarde. No lo digo desde un lugar negativo. Ha llegado cuando tenía que llegar. Es un poco lo que le pasa al personaje de Mario, que tiene un despertar tardío pero certero.

La vida me lleva aquí porque yo soy actor de formación y trabajo más o menos. Entonces, precisamente rodando un cortometraje para una directora estudiante de la ESCAC, hay un momento del cortometraje en el que hay dos niñas que se encallan en una escena. La directora no consigue lograr que fluya y que hagan lo que les pide a ellas. En ese momento, considero que puedo intervenir y que puedo ayudarlas. A partir de ahí, descubro que tengo unas herramientas, desde el propio actor, y que además hay algo de enseñanza, de traspasar un conocimiento y lograr tocar ciertas teclas que ayudan a que eso se desarrolle bien. Ahí se me enciende la bombilla. Pienso: “Esto puede ser una buena oportunidad”. Como actor es muy difícil trabajar, hay mucha precariedad laboral, pocas oportunidades…Voy a abrir este campo porque, además, me gusta. Me hace feliz. Empiezo tirar del hilo y a contactar con Laura Jou, que es una de las acting coach de niños más importantes de España. Le pido trabajo y empiezo a trabajar con ella. Se empieza a desarrollar esa labor mía en este campo.

El paso a la dirección es, a partir de la proposición de Mario, pero desde un lugar más orgánico. He llegado a la dirección desde un punto de vista más orgánico porque la preparación de actores ya me colocaba desde una mirada externa de lo que sucede en un set. Eso lo conocía. Conocía la puesta en escena, llevaba muchos años observando como se levanta una película, los roles que hay…Lo que tenía que desarrollar era una mirada propia. Yo como autor, como miro el mundo. Que cine me gusta y que cine me vibra a mí para hacer. Hago dos cortos, a partir del productor de la película, que me dice que tenemos que hacer alguno para encontrar esa mirada. Que cineasta hay en mí, que estilo.

Desarrollo dos cortos que a nivel de estilo me llevan hasta la película. Creo que además dialogan entre los tres, los dos cortos y la película.

En una entrevista en Kinótico afirmas que es una película que “se narra a partir de lo que no se dice”. ¿Cómo de difícil es escribir un guion en una historia así? Un texto que se cuenta a partir de lo que no pasa.

Esto estaba intrínseco en la historia. Es la historia de alguien que ha callado durante muchos años. La historia de un silencio sostenido durante mucho tiempo. No podía plantear la historia desde lo que se dice porque precisamente es la historia de alguien que no ha dicho lo que le pasa. Por tanto, construyo la historia, ya en guion, desde lo que se calla, lo que se ha callado. Por otro lado, a mí me gusta un cine que no sobre explica desde el diálogo, que no hay artificio con lo que se cuenta. Si me agarro al realismo, que es el tipo de cine que me gusta hacer, habiendo mil maneras de hacer cine y acercarse al ejercicio artístico.

En mi caso, si me agarro al realismo, observo al mundo y veo que no hablamos tanto de las cosas importantes. De las cosas que nos pasan. No las verbalizamos. Es doloroso contar las cosas y es un tema de la comunicación muy instalado en la sociedad. Cuesta mucho mirar a un padre, una madre, una pareja y hablar con sinceridad. Entonces, suelo escribir el conflicto poco desde lo que se dice. Por otro lado, en algún lugar tengo que colocar el conflicto de lo que sucede en la escena. Esto lo abandono más a lo que sucede. El cine nos permite analizar a partir de lo que vemos y a partir de lo que hace un personaje. Donde se sitúa, con quien se relaciona, como mira, como anda…Eso me interesa mucho. Contar la historia sobre lo que sucede, sobre lo que vemos y no solo sobre lo que se dicen me fascina. Creo que, además, la palabra engaña. Puedes decir muchas mentiras. En cambio, el cuerpo…La conducta, lo que hacemos, eso es más difícil de esconder. Es más difícil engañar a alguien a partir de lo físico, la repetición, donde estás, donde regresas…Esto del análisis de los personajes y del ser humano me fascina.

La película es una temática gay, ‘queer’, pero hay una cosa muy clara: se puede ser racista y mirar con deseo a un marroquí. Creo que, aquí está lo que decía. Puedo soltarte un insulto racista pero lo que cuenta es lo que estoy haciendo. Además, considero que el ser humano es contradictorio por naturaleza y tiene que ser así porque nos aleja del blanco y negro y nos acerca a los grises. Esto nos pasa constantemente. No somos seres de luz, ni perfectos. Somos errantes y contradictorios. La duda está en toda la película. Claro que está. Si no hay duda, ¿qué hay?

Es uno de los temas centrales de la película. Uno de ellos es la crisis de identidad sexual del protagonista y el otro es la inmigración. Pensamos que la inmigración es solo un problema de España y resulta que en Holanda también existe esa desconfianza al de fuera.

En esto entraríamos en temas importantes. Creo que la tierra no es de nadie porque, donde naces, es muy azaroso a veces. ¿Qué le pertenece a quién? ¿Con qué derecho miras al otro y le dices que no se está integrando? Creo profundamente en el diálogo, la gestión y la empatía. Siempre me pregunto que haría yo si hubiese nacido en otro lugar. Esto creo que está en la película. Como miramos al otro, al diferente, como prejuzgamos y a partir de la forma en que lo miramos, como nos remiramos a nosotros mismos. ¿Qué sucede cuando, aquel al que has prejuzgado y consideras que es de fuera, te ayuda cuando estás en peligro?

 

 

 

Hay una frase del personaje de David Verdaguer muy reveladora: “Estos entienden inglés cuando quieren”. Un poco incidiendo el interés, muchas veces, que despreciamos por entender al otro.

Es cierto que el idioma puede ser un obstáculo y puede ser una herramienta para no querer entender a alguien. Esto está en la película. He sido muy insistente en no querer doblar la película porque, precisamente, la riqueza de los cinco o seis idiomas que se entremezclan en la historia nos aporta información de como nos relacionamos a partir de que dices, que idioma hablas. Si se dobla esto se pierde.

Todo lo idiomático juega un papel político en la película. 

No solo con el personaje de David. David dice eso porque el pueblo holandés habla perfectamente inglés. La mujer que tiene que alquilarle el piso al personaje de Mario y que, seguro, habla inglés, no le da la gana hablarlo y es la forma de expulsar a alguien y decirle que no es bienvenido.

Esto de la inmigración de primera o de segunda depende de donde vienes, de que país, del color de tu piel, tu valor económico, si hablas el idioma…El idioma es una herramienta que en la película juega un papel.

Has trabajado mucho con Mario. En esta película vuelve a demostrar su versatilidad, quizá en uno de sus mejores papeles. ¿Qué tiene Mario para poder encajar en cualquier tipo de género? ¿Por qué crees que sigue habiendo gente que lo infravalora?

Creo que Mario es uno de los mejores actores de este país. Tiene mucha versatilidad, con mucha sensibilidad y con mucha técnica. Y, sobre todo, es un currante. Mario es uno de los actores que más trabaja, si no el que más. Tiene un alto sentido de la responsabilidad en sus personajes.

Una gran capacidad de trabajo, junto a una gran sensibilidad, junto a unas ganas de marcarse retos…Todo esto nos regala la carrera que tiene. Pilota todo tipo de géneros. No sé si es su mejor papel, pero lo que es cierto es que en esta película vemos a un Mario diferente. Que no habíamos conocido. Más que nunca, huye de este estereotipo del chico de la moto al que mucha gente, de forma injusta, se ha quedado anclada. Ha tenido hasta ahora una gran carrera, al servicio de grandes directores. Ha demostrado con creces el gran actor que es.

En esta película es un Mario introspectivo, en el cine independiente de autor, hablando en varios idiomas…En esta ocasión, en vez de componer el personaje lo hemos deconstruido. Hace un viaje hacia la desnudez. Ha trabajado lugares que había trabajado menos como la fragilidad, la ternura, la duda…Es muy bonito verlo surfear por esta amalgama de emociones. Me hace muy feliz verle en la película porque está maravilloso. Ha sido muy generoso. Ha confiado mucho en mí y en el proceso. A mí, cuando le dan un premio o le reconocen es lo que más alegría me da.

Lograr a otro de los grandes de nuestro país como es David Verdaguer me parece algo increíble.

Yo escribí el personaje de David pensando en él por varias razones (en la película, Verdaguer interpreta a un emigrante español, también catalán como Sergio, que está emparejado con una nativa). Nos conocemos de hace muchos años. Por otro lado, quería hablar de que cuando te vas fuera de casa, a veces, tienes relaciones con alguien que, en Barcelona, si te lo cruzaras por la calle, nunca os miraríais. De una forma prejuiciosa porque pertenecéis a lugares muy diferentes. Sin embargo, si no tienes a nadie más, este amigo de raíz (mismo origen, mismo idioma), te abre una posibilidad de conocer a alguien más. Y sigue siendo parte de la película de como miras al diferente. David en la película habla de esto.

A nivel de espectador, yo estaba en casa y me imaginaba a los dos…Dos personas antagónicas del cine español, que de entrada no los pudieras colocar en el mismo lugar. Eso era una fantasía que me gustaba mucho.

También, siguiendo el tema de los prejuicios, la historia va de dos personas que si no rompo ciertos prejuicios no se me ocurriría mezclarlos. Que el chico de la moto (Mario Casas) haga una deconstrucción hacia un personaje homosexual…Me parecía políticamente importante por el prejuicio que se tiene de Mario y el altavoz importante que tiene de hacer llegar esta historia a más gente. El tema de David va por ahí también.

Por último, siempre me gusta preguntaros por la financiación de nuestro cine. ¿Cuánto te ha costado levantar este proyecto? El éxito no depende en exclusiva de ti.

Vamos a definir que es el éxito. Con el tema de las subvenciones y que cierto sector de la sociedad utiliza para atacar al cine, sabemos que la industria del cine devuelve con creces a las arcas del estado todo lo que recibe. Eso es una falacia. Los que usan este argumento para atacar está mintiendo. Ahí quien se cree ese relato, pero es aquel que no se informa porque no quiere.

Dicho esto, no sé cómo irá en la taquilla la película. Ya hemos recogido éxitos. Premios en Málaga, la gente que la está viendo, le está gustando…Nos dicen que les aporta más allá del entretenimiento, que creo que es también una labor del cine. No podemos medir el arte desde el beneficio económico que recibimos de ello. Tremendo error. No salí del armario hasta los 25 años porque no encontraba un referente en la España de mediados de los 90. Una de las razones por las que hago esta película es para que eso no vuelva a suceder.

El arte sirve para modificar el mundo y hay que hacer militancia sobre ello. Para mí eso es el éxito. Generar este referente. Si aterrizo y lo bajo al mundo de las ideas, te voy a contar algo íntimo sobre como concibo el éxito que ya tiene la película. En el festival de Nantes, después de una proyección, se me acercó un chico francés temblando, muy emocionado. Me dijo: “No he conseguido decirles a mis padres que soy homosexual. Muchas gracias por esta película porque, viéndola, será más fácil explicarle mi condición sexual”. Le dije que, si tan solo ha servido para esto, estos cinco años y estas horas de trabajo ya han valido la pena. Eso ya es el éxito.

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