MURCIA. Como cada Miércoles Santo la gravedad, el sentimiento, la seriedad y la solemnidad inundaron las calles de Las Torres de Cotillas con la procesión del Silencio. Un desfile con más de 60 años a sus espaldas y que, como manda la tradición, se teñía del negro de las túnicas de los nazarenos de la Cofradía del Santísimo Cristo Crucificado.

Con salida desde la parroquia de Nuestra Señora de la Salceda, los “negros” y su Cristo Crucificado -acompañados de decenas de penitentes- se encontraron a las puertas del templo con los cánticos de la campana de auroros Virgen del Rosario torreña.

Un desfile al ritmo de la banda de la Cofradía y presidido por la presidenta del Cabildo Superior de Cofradías, Ángeles Sola, arropada por el Nazareno del Año, Antonio Molina. Además, entre las autoridades municipales asistieron, entre otros, los concejales del equipo de gobierno Francisco José Torres, Francisco Juan Giménez y Amalia Pérez.