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El juego pictórico de Lucas Brox: coge prestada la mirada de artistas que admira y se lleva a su terreno sus obras maestras

Exposición en Arquitectura de Barrio hasta el 13 de julio

Miradas prestadas, de Lucas Brox

Miradas prestadas, de Lucas Brox

Miradas prestadas, de Lucas Brox

Miradas prestadas, de Lucas Brox

Miradas prestadas, de Lucas Brox

Miradas prestadas, de Lucas Brox

Miradas prestadas, de Lucas Brox

Miradas prestadas, de Lucas Brox

Miradas prestadas, de Lucas Brox

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MURCIA. Lucas Brox llevaba tiempo con una idea en la cabeza, que era ponerse en el lugar de grandes artistas que admira y llevarse a su terreno algunas de sus obras más icónicas. Era un reto para el pintor murciano imprimir su sello a cuadros tan reconocidos y reconocibles como, por ejemplo, Los girasoles de Van Gogh, y que este 'juego' tuviese tanto de inspiración como de reinterpretación y recreación. El resultado se llama Miradas prestadas, nombre de la exposición que se puede contemplar hasta el 13 de julio en Arquitectura de Barrio, la galería murciana con la que el artista lleva exponiendo durante los últimos tres años.

Por los 14 cuadros y 4 dibujos que conforman la exposición desfilan las miradas -a las que han dado una nueva vida los colores y pinceles de Lucas Brox- de artistas como Goya, con Saturno devorando a su hijo, o Klimt y su famoso beso. También allí se encuentran La Niña de la Perla de Vermeer o a la pintora rusa Natasha Milashevich; el andrógino personaje de Munch que grita angustiado; o La Piconera, de Romero de Torres, que descansa de remover las brasas y fuma lentamente su cigarro… Sin que falten autores murcianos como Gaya Párraga.

Lo cierto es que se puede decir que para Lucas Brox esta serie ha sido "un divertimento irónico" -como señala el comisario, Pedro Manzano- con el que ha disfrutado, pero también lo ha pasado mal a ratos, y con el que, finalmente, sintió que tenía que poner un punto y final para seguir buscando en su interior su propia inspiración. Y es que la búsqueda forma parte innata de la forma de entender el arte que tiene este creador murciano. 

"Entiendo tanto la pintura como mi propia obra como un informalismo pictórico, incluso una abstracción dentro de la propia figuración. Parto de una imagen realista para crear una composición y una obra que pretende salir de la propia realidad. Desde mi punto de vista toda creación artística se puede descomponer en manchas y eso es lo que busco", señala el artista, quien también imparte clases de pintura en su estudio de Vistabella.

"Más que una obra narrativa o el hiperrealismo, mi camino hasta el momento es indagar en la naturaleza de la propia pintura, aunque no descarto otra forma de trabajar o de participar", añade Brox, quien dice no tener un estilo definido, porque este se encuentra en permanente evolución... como debe ser y como lo han venido demostrando los grandes artistas (pone de ejemplo a Picasso). 

Metapintura

  • Miradas prestadas, de Lucas Brox -

Según señala Pedro Manzano en el catálogo, "en este conjunto de obras, el pintor ha querido rendir homenaje a aquellos maestros de la pintura, a aquellas obras, que para él están dotadas de profundo significado; cuadros, piezas maestras, con las que siente un vínculo estético o plástico, o como él mismo apunta, cosas mIAs, con I y A mayúsculas, una alusión a la IA, a la que Lucas ha recurrido, en bastantes ocasiones, como parte del proceso a la hora de ejecutar un proyecto, aunque aquí la referencia a la IA sea solo parte del divertimento, porque esta serie de obras no renuncian a un aspecto lúdico e irónico: El juego de mirar".

Añade el comisario que se trata de "un juego meditado y reflexivo; sin dejar de lado la ironía, en cualquier caso, pues algunos cuadros han tenido por modelos a amigos cercanos y amigas próximas, que ocupan el lugar de los personajes que protagonizan las obras originales. Cuadros en alguna ocasión tratados como metapintura, el papa Inocencio X reinterpretado, pero no desde la visión de Velázquez sino de Bacon. Frida Kahlo guiñándonos un ojo, desde su autorretrato, y compartiendo con nosotros algún íntimo secreto. La soledad, representada por el par de viejos zapatos de Van Gogh, vista desde el poder que el sistema del arte ha otorgado al pintor alemán Gerhard Richter. Un homenaje a Gaya que es, a la vez, otro homenaje a Van Gogh, de nuevo un recurso metapictórico. Lola, la hermana de Picasso que, ya entrada en la juventud, protagoniza su propia boda…".

La exposición muestra, asimismo, "la pintura impetuosa y vehemente a la que nos tiene acostumbrados Lucas Brox, con esa figuración subjetiva y exaltada, dotada de fuerte carga de neo expresividad, que permite que nos recreemos en su personalidad", apunta Manzano, quien también alude a que Miradas prestadas es "una excusa, un juego plástico, con el que Lucas Brox nos dice de sus preferencias s pictóricas, pero también nos enseña sus cartas, su capacidad para manipular imágenes y crear un relato absolutamente propio y personal".

  • Miradas prestadas, de Lucas Brox -

 

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