Murcia Plaza

SILLÓN OREJERO

'Cinema Panopticum', un cómic de Thomas Ott, dibujante cafre entre los cafres

MURCIA. La semana pasada fue un día especial, regresó Daniel ClowesDeberíamos todos estar hablando de eso, de qué nos ha parecido su último enredo psicotrópico lleno de símbolos, matices y significados ambiguos. Sin embargo, se conoce que a España le importa más la investidura. Por lo menos, una semana después nos ha llegado la reedición de Cinema Panopticum, del gran Thomas Ott, otro estajanovista del mal rollo. 

Basta ver el documental que le dedicó la televisión pública de su país, Suiza, para encontrar desde las primeras de cambio un auténtico cenizo. Aunque, queridos jóvenes, un detalle que habría que apuntar en este caso es que hoy tener esa personalidad tan oscura también puede ser una posición basada en simple realismo. Ott comenta nada más empezar en la entrevista que le hacen en su estudio que no ve mal que la humanidad colapse como consecuencia de la destrucción de la naturaleza y que, de esta manera, el ecosistema resucite. Que tampoco le parecería mal. 

Explica en estos términos su misantropía. En la masa no reconoce al individuo, es algo que le causa pavor, porque solo es una mancha que se extiende consumiendo, necesitando cada vez más energía y matando para sobrevivir. Le dice al autor de la pieza, Marius Eckert: “Es como si el planeta tuviera cáncer”. Mientras acaba de decir estas palabras, la cámara graba en su estantería cabezas de cuervo metidas en formol. 

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