Una delegación de la empresa polaca de defensa Polska Grupa Zbrojeniowa S.A. (PGZ) ha visitado el astillero de Navantia en Cartagena para conocer de cerca el programa de submarinos S-80, considerado el submarino convencional más avanzado de la OTAN.
La visita, más que protocolaria, respondía a un claro interés estratégico: estrechar la colaboración entre ambas compañías con vistas al futuro submarino ORKA, que Polonia proyecta incorporar a su flota en los próximos años.
PGZ pudo comprobar de primera mano las capacidades tecnológicas, industriales y operativas de un programa que sitúa a España como la única nación europea con un submarino convencional operativo que cumple con los exigentes requisitos del Canadian Patrol Submarine Program (CPSP). No es poca cosa.
Y es que el S-80 no es solo una plataforma de última generación. Forma parte de un legado de más de 300 años de innovación naval en España, desde fragatas y portaaviones hasta los submarinos más punteros. Pero además, Navantia ofrece algo más difícil de medir pero igual de valioso: transferencia de conocimiento, desarrollo de capacidad industrial soberana y empleos de alta cualificación allí donde trabaja.
La empresa pública española ya ha colaborado en este sentido con países como Australia, Noruega o el Reino Unido, y se presenta como un socio capaz de acompañar a Polonia no solo en el diseño del ORKA, sino en la consolidación de su base industrial de defensa submarina.
La verdad es que, más allá de las fotografías y los recorridos técnicos, lo que se vivió en Cartagena fue un gesto claro de acercamiento. De esos que, con el tiempo, pueden traducirse en contratos, empleos... y submarinos navegando bajo bandera aliada.
El submarino ha logrado posicionarse como una opción atractiva en el mercado internacional de defensa, generando interés en varios países que buscan renovar o ampliar sus flotas submarinas. Entre los principales focos de interés se encuentran:
Asia-Pacífico:
India y Filipinas han considerado el S-80 entre sus opciones para adquirir nuevos submarinos. Aunque en India finalmente no avanzó, en Filipinas sigue siendo uno de los modelos finalistas.
Este interés evidencia la proyección del S-80 en una región marcada por la creciente demanda de capacidades submarinas ante tensiones geoestratégicas.
América del Norte:
Canadá incluyó a Navantia en su proceso de evaluación para una futura adquisición de submarinos, reconociendo al S-80 como un posible modelo base.
Europa del Este:
Tal y como indicábamos unas línas más arriba, Polonia ha reactivado su plan de compra de submarinos y considera el S-80 como una de las alternativas para modernizar su flota naval.
Oriente Medio y Mediterráneo oriental:
Turquía también ha mostrado interés en una colaboración a medio plazo que podría incluir submarinos basados en el diseño del S-80, en el marco de su relación estratégica con España.