La Corporación Municipal de Cartagena ha aprobado -durante el desarrollo del Pleno- de una declaración instuticional en apoyo a los empleados de Navantia y a los trabajadores de la industria auxiliar, a la vez que ha hecho un llamamiento a todas las partes implicadas a retomar el diálogo y alcanzar un acuerdo justo que permita desconvocar la huelga y recuperar la normalidad.
Los concejales de Cartagena manifiestan su preocupación por el conflicto laboral en la factoría de Navantia en Cartagena, protagonizado por trabajadores de empresas auxiliares que han iniciado una huelga indefinida por el estancamiento de la negociación colectiva y el incumplimiento de compromisos laborales. Reclaman un nuevo convenio con condiciones equiparables a las de otros astilleros.
La Corporación reconoce la profesionalidad de todos los trabajadores del astillero, destacando su papel en hitos como la entrega del submarino S-81. Subraya que la estabilidad laboral es crucial para el éxito del programa estratégico de submarinos S-80, cuya continuidad está en riesgo por la huelga.
Ante la inminente finalización del submarino S-82, advierten que prolongar el conflicto podría dañar la imagen del astillero y afectar compromisos con la Armada
Esta es la declaración institucional aprobada hoy en el Pleno de Cartagena
‘La Corporación Municipal de Cartagena comparte la preocupación de los cartageneros ante el conflicto laboral que se mantiene en la factoría de Navantia Cartagena protagonizado por trabajadores de las empresas auxiliares. Estos empleados, que representan entorno a la mitad de la capacidad laboral del astillero, han iniciado una huelga indefinida y movilizaciones que justifican por el estancamiento de la negociación colectiva y el incumplimiento de compromisos laborales previos. Los trabajadores en huela reclaman un nuevo convenio que incluya los pactos anteriores y complementos y condiciones que no dejen a los trabajadores de Cartagena en peores condiciones que los de otros astilleros de la empresa.
La Corporación desea reconocer el compromiso y la profesionalidad demostrados por la plantilla del astillero de Cartagena y por los trabajadores de sus empresas colaboradoras. Este compromiso ha quedado patente en logros recientes como la entrega del submarino S-81 “Isaac Peral”, hito que evidenció la alta capacidad tecnológica de Navantia Cartagena y de las empresas auxiliares que participaron en su diseño y construcción. Cada trabajador, ya pertenezca a la plantilla fija de Navantia o a la industria auxiliar, es imprescindible para sostener la productividad del astillero, mantener los exigentes plazos y compromisos de los programas navales en curso y preservar el prestigio de Navantia Cartagena ante sus clientes y aliados. La continuidad y el éxito del programa de submarinos S-80, de vital importancia estratégica para Cartagena y para España, dependen en gran medida de la estabilidad laboral y la motivación de todo este capital humano altamente cualificado.
Esta situación de conflicto laboral coincide, además, con una fase crítica de la producción en Navantia Cartagena: la construcción del submarino S-82, segundo de la serie S-80, se encuentra próxima a su culminación, y la prolongación de la huelga podría comprometer los plazos de entrega previstos. Cualquier retraso en este programa emblemático tendría repercusiones negativas para la imagen de la industria naval cartagenera y para el cumplimiento de los compromisos adquiridos con la Armada española, por lo que resulta fundamental evitar un agravamiento de la situación.
Por todo ello, la Corporación Municipal llama a la responsabilidad de todas las partes implicadas en este conflicto –las direcciones de las empresas contratistas auxiliares, la patronal del metal, la propia dirección de Navantia y los representantes sindicales de los trabajadores– a que retomen el diálogo de inmediato e beneficio del interés general, del empleo y de la industria de Cartagena.
Para esta Corporación Municipal es prioritario que se avance en la mesa de negociación hasta alcanzar un acuerdo justo y satisfactorio para todos, que suponga el cumplimiento de los compromisos adquiridos, lleve a la desconvocatoria de huelga y permita reactivar la normal actividad del astillero sin más demoras.
Esta declaración institucional será trasladada a la dirección de Navantia, a la FREMM, a las empresas auxiliares, a los sindicatos representativos del sector, al Gobierno regional, al ministerio de Defensa y al Gobierno de España’.
¿Qué debe pasar para desconvocar la huelga?
Desde la Unión de Empresas Auxiliares (UEA) representando a todas las personas trabajadoras en huelga, han enviado un comunicado en el que explican qué debe ocurrir para desconvocar la huelga indefinida que dura ya dos semanas y que, entienden, "no beneficia a ninguna de las partes implicadas".
En dicha nota de prensa recuerdan que si bien han recibido una propuesta de reunión desde Fremm y Navantia, ésta está condicionada a la desconvocatoria de la huelga, algto que no están dispuestos a transigir; "es inaceptable", afirman.
Por ello, exponen que no habrá desconvocatoria mientras no se cumplan los siguientes puntos mínimos:
- .- Que se presente una oferta económica retroactiva respecto al plus de astillero.
- .- Las empresas conocen sobradamente nuestra propuesta: 33 euros diarios.
- .- Que Navantia participe activamente en las negociaciones y firme, junto a las empresas auxiliares, un acuerdo para renegociar las licitaciones de forma que se adapten a los actuales cambios económicos.
Una vez cumplidas estas condiciones, la UEA junto con el Comité de Huelga valoran seriamente la posibilidad de desconvocar la huelga. Asimismo, estarían dispuestos a posponer el inicio de la negociación del resto de las reivindicaciones, "siempre y cuando se firme un compromiso formal de negociación en relación con la subrogación y el artículo 31, que incluya la evaluación y el pago de los pluses de toxicidad, penosidad, peligrosidad y nocturnidad".
Reiteran su disposición al diálogo y apelamos a la responsabilidad de todas las partes para desbloquear una situación que, de prolongarse, tendrá consecuencias graves tanto para el tejido productivo como para el conjunto de los trabajadores.
