La Dirección General de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia ha ordenado a la empresa propietaria del inmueble situado en el número 27 de la plaza de la Merced -popularmente conocida como Plaza del Lago, que elimine de inmediato la vegetación que crece en su fachada y que acometa una rehabilitación integral de la misma. La resolución llega tras la denuncia presentada por la Asociación Cartaginense y un particular, que alertaron del deterioro del edificio, catalogado por su relevancia cultural y enclavado en el entorno protegido del Palacio de Aguirre, en pleno conjunto histórico de la ciudad.
El expediente Obras 54/2023 concluye, a partir de un informe del Servicio de Patrimonio Histórico fechado el 25 de noviembre, que la fachada presenta “un estado de conservación muy deficiente”, hasta el punto de comprometer su integridad. Además, el inmueble permanece cubierto por una malla anticaída y estructuras metálicas que sobresalen a la vía pública, elementos que, según el informe, perjudican la imagen arquitectónica y paisajística del entorno del monumento.
La resolución identifica como titular del bien catalogado a la mercantil Samequín, a la que se le exige una serie de actuaciones concretas. En primer lugar, deberá retirar la vegetación que ha brotado y crecido de forma incontrolada sobre la fachada; en segundo término, tendrá que rehabilitarla para devolverle un estado de conservación adecuado y, una vez concluidas las obras, retirar mallas y protecciones provisionales instaladas para evitar desprendimientos a la calle.
Patrimonio Cultural obliga también a que toda esta intervención se recoja en una documentación técnica firmada por un profesional competente, que deberá remitirse a la propia Dirección General para su autorización. Paralelamente, la empresa tendrá un plazo máximo de tres meses para presentar ese proyecto en el Ayuntamiento de Cartagena y tramitar el título urbanístico necesario, acreditando ante la Comunidad Autónoma que ha registrado la solicitud dentro del plazo.
El caso ilustra la tensión entre la degradación de algunos inmuebles del casco histórico y las obligaciones legales de conservación que pesan sobre sus propietarios. Para la asociación denunciante, la resolución supone un respaldo a su reclamación de que la plaza de la Merced y su entorno monumental dejen de convivir con fachadas abandonadas y cubiertas de vegetación, y de que se actúe antes de que el deterioro sea irreversible.