Cartagena vivió este jueves un pleno extraordinario con sabor a pulso político. Convocado por MC Cartagena, el acto se convirtió en una escenificación de su discurso: una denuncia al centralismo murciano, una llamada a la “dignidad” de Cartagena y un intento de convertir el salón de plenos en altavoz de un nuevo modelo territorial, político y económico para la Región.
La propuesta -cinco puntos que incluían reformas legales, un calendario urgente de inversiones, comarcalización, biprovincialidad y una convocatoria ciudadana para el 9 de junio- fue rechazada por todos los partidos mayoritarios: PP, PSOE y Vox votaron en contra; solo el Grupo Mixto (Sí Cartagena) se alineó parcialmente con los postulados cartageneristas. La edil no adscrita, María Dolores Ruiz, optó por la abstención.
Desde la bancada de MC, Jesús Giménez Gallo lamentó lo que consideró “una muestra más del vasallaje” de los partidos nacionales. “Han votado en contra de establecer reglas justas de financiación, de la comarcalización y de un modelo biprovincial que garantice igualdad”, denunció con gesto firme. A su juicio, “Cartagena sigue pagando un precio insoportable por pertenecer a una Región que la ignora sistemáticamente desde hace 43 años”. Para reforzar su relato, MC desempolvó un largo listado de promesas incumplidas: del Parque Rambla de 1988 a la nueva Escuela de Enfermería prevista para 2024, pasando por el AVE, la ZAL o la Ciudad de la Justicia. Todos, según MC, proyectos eternamente postergados.
De "numerito propagandístico" a la "política del llanto y la queja"
Desde el Partido Popular, Ignacio Jáudenes fue especialmente duro. Tildó el pleno de “numerito propagandístico” y acusó a MC de instrumentalizar el Ayuntamiento para organizar su “diada” particular. El portavoz popular ironizó con la encuesta “amañada en un mercadillo” que MC habría elaborado y escondido, y recordó que “ni cuando gobernaron hicieron nada más que ruido”. Según Jáudenes, muchos de los proyectos denunciados ya están en marcha “gracias al impulso del Gobierno regional o del propio Ayuntamiento”, como el Cine Central o el Teatro Circo.
Igual de crítico se mostró el socialista Manolo Torres. El portavoz del PSOE calificó la sesión de “inútil” y contrapuso la “política del llanto y la queja de MC” al trabajo propositivo de su formación. Torres defendió que las inversiones reales llegan “del Gobierno de Pedro Sánchez”, citando el AVE, el Anfiteatro, el Pórtico del Teatro Romano o los más de 300 millones en fondos europeos. Y recordó que mientras MC se quejaba, el PSOE evitó el cierre del Parque de Tentegorra y promovió una ley autonómica de comarcalización. "Quejarnos no sirve de nada, porque lleva a la frustración y al descrédito político", mientras que argumentaba que la propuesta era "un brindis al sol, que solo sirve para quejarnos y llorar. Este pleno es una absoluta pantomina" y es que añadía que "la victimización de los cartageneros beneficia a MC".
López Pretel, de Vox, aseguró -cuidado- que coincidía con el diagnóstico de fondo propuesto por el PSOE pero calificó como un Pleno extraordinario "tramposo", a la vez de calificar de "inconcreta y populista", la moción de los cartageneirstas. El portavoz del partido verde argumentó que cualquier avance de Cartagena "es un paso atrás en los proyectos personales" de los concejales de MC y que viven "de la Cartagena triste y acomplejada. Por último, calificó de uso "propagandístico y torticero" del Pleno, por parte de MC.
La edil de Sí Cartagena, Ana Belén Castejón, hizo equilibrios entre el respaldo parcial a MC y su propio discurso. Aprovechó su intervención para exigir una ley de financiación local y una mayor implicación autonómica y estatal con Cartagena. “La igualdad territorial no es una utopía, es cuestión de valentía y liderazgo municipal”, sentenció, en un alegato a favor del reconocimiento de las singularidades del municipio.
El intento de MC por construir un frente institucional en favor de la biprovincialidad y el reequilibrio territorial fracasó en el plano aritmético, pero sirvió como plataforma política de alta exposición. El gesto no salió gratis a sus rivales, obligados a posicionarse públicamente sobre temas que, aunque incómodos, laten con fuerza en parte del electorado cartagenero.
Más allá del resultado, el pleno confirmó que el debate territorial sigue abierto. Que MC trata de liderarlo con tono más combativo que nunca. Que el PP defiende su gestión y acusa al cartagenerismo de oportunismo. Que el PSOE reivindica pasar a actuar en "vez de llorar". Y que la llamada a una Cartagena con más peso propio no ha muerto, pero tampoco ha encontrado aliados suficientes para avanzar en el tablero institucional.