CARTAGENA. Cabo de Palos es uno de los destinos con más encanto de la Región, un pueblo marinero donde conviven las casas de toda la vida con otras más actuales y con fines turísticos. Una de estas últimas es la protagonista de este artículo, donde contaremos como la arquitecta de interiores cartagenera María Conesa diseñó una vivienda de lujo para que funcionase como alojamiento vacacional en una zona muy exclusiva: en primera línea de la playa de Levante de Cabo de Palos, frente al Mediterráneo.

Lo primero que indica la interiorista es que se trata de un proyecto integral de interiorismo y arquitectura interior, donde cada espacio ha sido diseñado con una doble mirada -residencial y comercial-, ya que debía cuidar tanto la experiencia estética como la rentabilidad funcional. Así, entendió desde un principio que su reto era crear un hogar que debía funcionar como negocio. "Ese equilibrio es, precisamente, el eje vertebrador del proyecto: crear una vivienda de máxima belleza y confort, pensada para ser habitada con emoción y facilidad, pero también para ser alquilada con éxito durante todo el año", señala esta profesional que ha echado mano de "sensibilidad, técnica y estrategia" para abordar el reto.

El resultado es esta exclusiva vivienda con cinco dormitorios y cinco baños, una generosa zona de día fluida -salón, comedor, cocina- y dos terrazas exteriores concebidas para ofrecer una experiencia estacional completa. La terraza de verano, orientada al Levante, capta la brisa marina y la luz de la mañana; mientras que la terraza de invierno, orientada al Poniente, permite disfrutar del sol de la tarde protegida del viento y la humedad.

La versatilidad del papel pintado

"Uno de los gestos más distintivos del proyecto es la utilización de papel pintado de alta gama en toda la vivienda. Un recurso elegante, pero también funcional. Se trata de revestimientos técnicos diseñados para espacios de alto tránsito, como hoteles y alojamientos turísticos, que combinan durabilidad, mantenimiento sencillo y una presencia visual sofisticada. En la zona de día, se eligieron tonos neutros y texturas que amplifican la luz; mientras que en la zona de noche, la paleta se vuelve más cálida e íntima, generando atmósferas envolventes que invitan al descanso", explica María Conesa.

Asimismo, apunta que otro de los pilares fundamentales del proyecto es el estudio de iluminación, abordado desde una lectura técnica, decorativa y emocional. "Hemos trabajado un diseño por capas, donde la luz se convierte en herramienta narrativa: luminarias escultóricas, iluminación ambiental regulable, luz indirecta en pasillos y zonas de tránsito, y focos empotrados de alta eficiencia que ofrecen claridad sin agresividad. La luz acompaña, suaviza y transforma cada estancia a lo largo del día, generando escenas acogedoras y funcionales según cada momento", detalla la interiorista cartagenera.

Por otra parte, en el exterior, la piscina y el jacuzzi han sido revestidos en una gama de azules profundos que prolongan visualmente el mar dentro del propio espacio doméstico. "En el jacuzzi, el efecto inmersivo es inmediato: parece que el Mediterráneo se extiende hacia el interior. En la piscina, este juego de continuidad se consigue gracias al revestimiento de una de sus paredes y al banco de obra que la acompaña, reforzando la integración entre paisaje y arquitectura".

Nada es casual

"Nada ha sido casual. Todo responde a una narrativa coherente que une belleza sin artificios y funcionalidad sin rigidez", asegura María Conesa respecto a los materiales nobles, tejidos naturales, cerámica artesanal, mármol, madera, iluminación pensada al detalle, mobiliario de líneas puras, vegetación interior…

Porque, en definitiva, "no se trata solo de embellecer espacios, sino de transformarlos para que funcionen, emocionen y perduren. La vivienda ha sido diseñada como un espacio de descanso, pero también como una propuesta turística rentable, diferenciada y duradera", manifiesta esta arquitecta de interiores, quien considera que "el diseño está para habitar, pero también para alquilar, para invertir y para generar valor real".

Un ejemplo es "esta casa frente al mar que no solo se contempla. Se habita. Se disfruta. Y se vive".