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Sopa de letras  

Amaya Ascunce: "Las historias vulnerables funcionan y enganchan mucho"

  • Foto: Leticia de la Morena.

MURCIA. Amaya Ascunce sabe (bastante) de leer y escribir. Directora de la división digital de la revista Elle, y autora del fenómeno editorial Cómo no ser una drama mamá (Editorial Planeta, 2012), todavía le queda tiempo al día para sacar adelante su propia newsletter literaria ‘Leer por leer’ (donde cuenta con 10.000 suscriptores) y zambullirse entre las páginas de los libros que reseña para el club de lectura de Elle, que también capitanea. Pero no acaban ahí sus 24 horas. Para muestra su publicación más reciente, La idea de ti (Bruguera, 2022), un libro que narra su periplo hasta ser madre con una poderosa idea latiendo tras todo ese viaje: la vida no siempre es lo que tenemos previsto. Con la literatura y la lectura como telón de fondo, hablamos con Amaya Ascunce.

-Has afirmado que La idea de ti no es un libro sobre maternidad ni infertilidad, sino sobre gestionar nuestras expectativas y aceptar que no controlamos lo que nos pasa en la vida. Eso sí: para hablar de todo ello utilizas tu propia vida. ¿Cómo ha sido abrirte en canal de esta manera? 
-La verdad es que como para mí ha sido un proceso tan personal no he sido tan consciente de que estaba abriéndome tanto. Llevaba 6 años pasándolo bastante mal, intentando tener una hija sin conseguirlo, con un embarazo ectópico que se complicó de por medio y muchos tratamientos. 

En realidad, ni siquiera tenía muy claro si quería o no ser madre, si tenía que invertir todo ese esfuerzo para serlo. Ese esfuerzo mental me ha servido para contar lo que esperas de tu vida; cómo tienes que pelear por algo que no crees que sea para ti; cómo te acaba haciendo feliz precisamente eso que pensabas que no era para ti; cómo te tienes que amoldar a todas esas cosas que estaban fuera del camino. Porque damos por sentado muchas cosas… y no siempre suceden.

-En La idea de ti abordas cuestiones relacionadas con la profesión periodística. Dices: «Otras nos vamos a las grandes ciudades a trabajar de nuestra vocación […] Un “mito”, que tiene las mismas letras que “timo”». Lo reflexionabas también hace poco en el podcast de Cristina Mitre. ¿Es la vocación una trampa, especialmente en profesiones como el periodismo?
-Con la vocación pasan dos cosas. La primera es que, si trabajas de algo que te guste, sientes que no trabajas. Y es mentira. Yo tengo mucha suerte, me gusta mi trabajo y he llegado a una buena posición que me permite ser mi jefa en muchos aspectos. Y eso es una libertad muy grande, pero un trabajo es un trabajo, porque trabajas para otros, tienes unos objetivos concretos, etc.

El otro mito es que, como es vocacional y te gusta (te lo pasas bien) no tiene que estar bien remunerado ni tiene por qué respetar tu tiempo libre. Siempre tienes que estar pensando en producir. Y eso puede hacer que el trabajo se convierta en un infierno.

Y luego hay un tercer tema, que depende mucho de la personalidad de cada uno, y que nos pasa mucho a Cris [Mitre] y a mí, y es que acabamos convirtiendo en productivo todo el ocio. Como me gusta leer y escribir, y escribo una newsletter como la mía, una cosa que era mi ocio (leer) se transforma en una obligación, porque tengo que escribir cartas cada dos domingos porque hay 10.000 suscriptores pendientes de ello. Todo lo que escucho, leo o hago lo hago pensando en la newsletter. Y me pasa lo mismo con el curro. Yo ya no leo nada (o veo nada) que tenga que ver con mujer, moda, belleza o estilo de vida que no lo relacione con Elle.

Eso se come tu tiempo libre: tu libertad de no hacer nada. De estar por estar. Suena mal, pero a veces veo padres que bajan al parque y que están «solo» en el parque aburridos. Pero yo estoy con un podcast porque ¿cómo voy a estar aquí tres horas mirando un columpio? (porque al final solo estás vigilando que tu hija no se caiga). Con un podcast, o con un audiolibro. Eso es muy agotador, y no sé cómo hay que cambiarlo. Creo que lo primero es decirlo para ver si entre todos dejamos de hacerlo, yo la primera.

-Hablemos sobre el fenómeno de las newsletter. ‘Leer por leer’ es la tuya, de carácter quincenal, donde mezclas retazos de reflexiones más personales con lecturas. ¿Crees que es precisamente este cóctel lo que atrapa a tus 10.000 suscriptores? 
-Después de muchos años de historias positivas, de cuentos de superación, también de éxitos, de esos conceptos tan ligados al emprendimiento… se ha pinchado esa burbuja. Las historias vulnerables, que tienen que ver con mostrarse (la historia que hay tras La idea de ti o de la newsletter) funcionan y enganchan mucho, tanto a la persona que la recibe como a la persona que la cuenta. Igual a alguien le ha venido bien leer La idea de ti, pero a mí me ha venido muchísimo mejor escribirla. También ha habido un boom de la salud mental, pero no solo como una patología o enfermedad, sino traducida en cosas del día a día de las que antes no se hablaba. 

La newsletter también funciona por otro aspecto, y es la cantidad de información de la que disponemos. En el caso de los libros, hay tantísimos, se publica tanto… que si encuentras a alguien que conecta contigo, que vive las cosas como tú, que puede hacerte de «curadora» de lectura, lo aprovechas. Yo hago lo mismo con otras personas, sigo a tres o cuatro que entiendo que tienen una manera de pensar parecida y unos intereses parecidos a los míos, y si recomiendan algo, lo suelo leer. Y creo que es el rol que desempeño a veces con las personas que me siguen; quizá no para 10.000 (porque hay gente que te sigue, pero luego no te lee), pero sí hay mucha gente que lo tiene en cuenta. 

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