Fotos: MP
MURCIA. Una marea de estudiantes pasa diariamente por la Merced, y a tan solo unos metros varios aparcacoches recorren las principales calles de la Fama. La multiculturalidad reina en uno de los barrios más céntricos de la ciudad y al que siempre le han perseguido los prejuicios; una lucha que familias trabajadoras y estudiantes defienden día a día.
Uno de los contrastes que más choca al adentrarse en el barrio es el de jóvenes estudiantes -por la cercanía al campus universitario de la Merced- con la multitud de 'gorrillas' que rondan las calles. Abundan también los bloques de viviendas en decadencia, principalmente los más cercanos al barrio de la Paz, pero ello no impide que muchos universitarios se muden a esta zona año tras año.
"Es un barrio en el que encuentras todo lo que necesitas, desde supermercados hasta peluquerías o bares, sin olvidar la universidad y la biblioteca. Es muy cómodo moverte por aquí, lo malo a veces es pasear por la noche o si te encuentras algún 'gorrilla' que no va en buenas condiciones, pero supongo que es un riesgo que muchos corremos por vivir en una zona tan céntrica", explica Marta, una joven de Albacete que estudia derecho en la Merced.
Para muchos, el abandono del barrio viene de la mala gestión tanto social como urbanística, un problema derivado del barrio contiguo de La Paz, aunque en él se encuentren edificios tan importantes como el de la Conserjería de Educación o varios colegios. "Siempre ha sido un barrio de gente humilde, con pocos recursos, pero se ha ido abandonando con los años y ahora se ven casas prácticamente en ruinas en las que aún vive gente. Eso está a solo unos pasos de la fama, una zona en la que hay buenos comercios y una universidad, pero al final es una calle lo que separa un lugar de otro. Es inevitable que se contagie", explica Paula, profesora en el colegio Divino Maestro.
Más allá de los prejuicios, las familias del barrio tienen su propia lucha por seguir adelante y prosperar en este lugar. Muestra de ello es que se siguen abriendo nuevos locales, como es el caso de la carnicería Halal que se inauguró hace apenas cinco días. "En este barrio hay gente de todas partes, mis vecinos son colombianos y toda mi es familia árabe. Muchos ven un peligro entrar en esta zona, pero lo cierto es que gente como yo solo queremos ganarnos la vida, y tenemos mucha ilusión puesta en este comercio", confiesa su dueño.
Otro de los negocios multiculturales y muy frecuentado es el de la panadería Papi, un local colombiano que acoge todas las mañanas a vecinos latinos de la zona y que sirve de lugar de encuentro. "Somos muchos los latinos que vivimos por esta zona o por La Paz y nos juntamos aquí a tomar un café y una arepa -alimento de origen colombiano y venezolano hecho con maíz- para sentirnos algo más cerca de casa. Siempre nos hemos sentido bien acogidos en este barrio, es verdad que a veces hay peleas o puede llegar a ser peligroso, pero nosotros (los colombianos) estamos más que acostumbrados a lidiar con estas situaciones. Hay que llevar cuidado sí, pero yo vivo bien aquí" comenta entre risas Carlos, un vecino de la zona.
El mercado de La Fama es uno de los más conocidos de Murcia y el que más gente reúne en la ciudad. Todos los jueves tenderos y vecinos tienen una cita desde primera de la mañana, desde puestos de verduras hasta ropa, perfumería o tecnología. Se trata de uno de los mercados más antiguos de la ciudad y que día a día lucha por mantenerse ante las grandes cadenas y supermercados.
Pese a la competencia, muchos clientes siguen prefiriendo comprar en el mercado por la calidad y cercanía. "Yo vengo aquí todos los jueves desde hace muchos años, los precios son parecidos al supermercado, pero para mi la comodidad de las grandes supermercados no se puede comparar a la calidad del mercado. La patata, por ejemplo, aunque esté cara, es algo indispensable en casa y aquí siempre está buena", explica Felipe, un comprador habitual de La Fama.