MURCIA. Se tratan de dos de los barrios de la capital regional que tienen más historia, ya que existen casi desde la fundación de la ciudad, y que en la actualidad tienen más vida gracias a sus bares y "tascas". Por ello en Murcia Plaza os invitamos a un recorrido por Santa Eulalia y San Juan.
La historia se hunde aquí hasta tiempos medievales. No en vano, parece ser que esta zona fue la ocupada por los primeros pobladores cristianos tras la conquista cristiana de la ciudad. La Iglesia de San Juan Bautista fue, según la tradición, la primera en construirse después que en 1243 el tratado de Alcaraz permitiera la entrada de población cristiana a la Mursiya musulmana.
El templo actual data del siglo XVIII, y se sitúa en la transición entre el barroco y el neoclasicismo. Al otro lado de la plaza se encuentra el antiguo Hotel Arco de San Juan. Este edificio, un clásico en pleno centro de la ciudad, se construyó a finales del siglo XVIII en principio para el retiro en su tierra del Conde de Floridablanca, uno de los mayores estadistas la España de entonces. Tras unos años de cierre, el edificio retomará su esplendor como un hotel de cinco estrellas, cuya apertura está prevista para el segundo semestre de 2024.
Tanto la iglesia como este edificio tienen un protagonismo especial en la Semana Santa. En el templo se venera el Señor del Rescate, una de las imágenes con más devoción de la ciudad, y cada Martes Santo su procesión pasa por debajo del Arco de San Juan.
El centro del otro barrio es también su templo, la Iglesia Parroquial de Santa Eulalia. Se trata de un inmueble de las mismas fechas que San Juan, aunque reconstruido en múltiples ocasiones. Destaca por su fachada, puramente barroca, y por la técnica empleada para realizar sus retablos. Aunque pueden parecer esculturas, están pintados mediante la técnica del 'trampantojo'.
Junto a ella se encuentra el Centro de Interpretación de la Muralla Árabe, un espacio en el que se muestran los restos mejor conservados de la muralla, principalmente fragmentos construidos en el siglo XIII. Aquí debía de encontrarse la Puerta de Santa Eulalia, por la que según la tradición Jaime I entró a la ciudad a sofocar la revuelta mudéjar de 1266.
El espacio museístico no está abierto al público en la actualidad por unos nuevos descubrimientos que se realizaron hace unos meses. Su reapertura está prevista para finales de año, tras unas obras de reforma y ampliación que permitirán incluir los nuevos hallazgos.
Dejando atrás la potente historia que atesoran estos barrios, vamos a otro de los aspectos por lo que son conocidos en la actualidad, la buena comida. Se tratan, sin ninguna duda, de las mejores zonas de la ciudad para disfrutar de un buen tapeo. Entre las tabernas más típicas podemos encontrar algunas como Los Toneles, Los Navarros (donde el zarangollo o el pisto son religión), El Patio (con las hamburguesas más famosas de la ciudad) o Las Jarras, famosa por su plato estrella, los reclutas, un panecillo frito con carne magra en su interior bañado con salsa.
Fuera de los establecimientos más tradicionales se encuentra el Mercado de Correos. Situado en el antiguo edificio de la empresa postal, ofrece varias ofertas de comida y bebida en el mismo lugar.
