Mareando la perdiz

MURCIA. Como viene siendo habitual desde hace años, cada vez que se prevén lluvias en el Campo de Cartagena las miradas se dirigen hacia el Mar Menor. Las Danas de 2019 y 2020 pusieron dramáticamente de manifiesto el efecto devastador que provocan las lluvias torrenciales en las poblaciones costeras y en el ecosistema marino. 

Las medidas que hasta ahora se han ido tomando para intentar reducir los vertidos de aguas residuales y de lluvia a la laguna no son suficientemente eficaces. La ausencia de un sistema perimetral que pueda interceptar el agua de las escorrentías y ramblas que desembocan en el Mar Menor impide evitar los vertidos provocados por episodios de lluvias, rotura de colectores o colapsos de las depuradoras (EDAR). 

La reciente construcción en Torre Pacheco de un tanque de tormentas, que ha supuesto una inversión de unos 4,2 millones de euros, no ha evitado que las lluvias moderadas del pasado domingo provocaran el colapso de la EDAR y que se vertieran aguas residuales en la rambla del Albujón que llega directamente al Mar Menor, con el consiguiente riesgo de eutrofización que ello supone. 

"Las acciones para salvaguardar el Mar Menor deberían estar coordinadas entre las administraciones y responder a un plan sólido"

Parece evidente la necesidad de promover medidas estructurales que de una vez por todas solucionen el problema de los vertidos modernizando los sistemas de depuración de aguas residuales, redimensionando las depuradoras, controlando el nivel freático e interceptando los vertidos antes de que las aguas superficiales lleguen a la laguna.

Las administraciones están proponiendo como medio para evitar los vertidos trasladar las aguas que han provocado el colapso ecológico del Mar Menor al Mediterráneo. Pretenden derivar los posibles vertidos de agua tratada y sin depurar, mediante un colector que una las EDAR de Torre-Pacheco, Los Alcázares, San Javier y San Pedro para terminar en el emisario submarino que desemboca frente al Mojón en la costa de Pilar de la Horadada.

Esta medida ha suscitado un amplio rechazo social, liderado por su Ayuntamiento, que ve cómo sus paradisiacas playas corren un serio peligro de degradación, con los impactos negativos que sobre el turismo y la economía local puede tener.  

El rechazo al proyecto de derivar la contaminación hacia otro territorio está plenamente justificado en los numerosos estudios científicos que alertan del cada vez mayor deterioro del litoral del Mediterráneo provocado por los vertidos de aguas residuales de las poblaciones costeras, así como por el impacto que tiene el actual emisario que evacúa al mar el rechazo de las desaladoras de San Pedro del Pinatar.

Las acciones para salvaguardar el Mar Menor deberían estar coordinadas entre las administraciones y responder a un plan sólido, científicamente contrastado, acompasado con el que desarrollan los agricultores para reducir el contenido de nitratos en el acuífero. Sin embargo, parece que cada administración va por su lado y promueve proyectos parciales, en muchos casos poco eficientes y contradictorios, que no abordan integralmente la problemática existente.

Es el caso del proyecto de Cinturón Verde que el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico plantea en la franja perimetral del Mar Menor para reducir la entrada de sedimentos y contaminantes y que ha sido denunciado por Agroingenieros por el Mar Menor. Estos manifiestan que su eficacia es muy discutible desde el punto de vista científico e incumple las actuales normativas que prohíben expresamente el cultivo hortícola en dicha franja.

Después de tantos años y daños sufridos en el Mar Menor se sigue mareando la perdiz y parcheando. Hay talento, experiencias de éxito y conocimiento para afrontar decididamente soluciones integrales que permitan compatibilizar la actividad humana con el buen estado ecológico del Mar Menor

Es cuestión de recuperar la ciencia y la tecnología. Hay soluciones inteligentes, habría que encontrar dirigentes inteligentes comprometidos en aplicarlas.

Miguel Ángel Cámara Botía