CARTAGENA. La caída en Majadahonda de hace dos años tuvo secuelas que tardaron en cicatrizar. No comenzó el Cartagena con tino la pasada temporada y a punto estuvo de costarle el cargo a Munúa. No es Belmonte un presidente de gatillo fácil con el jefe del vestuario pero el recuerdo de Majadahonda aún tenía peso.
Entonces llegó el derbi de Nueva Condomina y la remontada (1-2) cambió la mentalidad de un grupo que cogió vuelo para afianzarse en el liderato. Sin embargo, una racha de mes y medio sin ganar en el mes de marzo lastró al equipo, que nunca volvió a tener la fortaleza que mostró desde noviembre hasta ese mes fatídico. De repente, los goles no llegaban y lo que parecía una defensa pétrea se deshacía sin remedio.
El entorno albinegro dudó con Munúa, manchado por seis semanas de zozobra dentro de un curso donde el equipo tuvo hechuras de campeón. Llegado el momento de elegir banquillo, Belmonte dobló la apuesta y renovó al técnico uruguayo. No obstante, la revolución en el plantel era irreversible. La portería no era uno de los puestos necesitados de revolución, después de que Joao Costa cumpliera con creces. Pero el portugués se marchó y en el mercado apareció Marc Martínez.
Tras completar un curso sensacional con el Recreativo de Huelva, con el que acabó líder la fase regular pese al no ascenso, el catalán no ha perdido comba en su llegada a la Trimilenaria. Con tan sólo seis goles en contra, la defensa del Cartagena ha sostenido al equipo durante todo lo que va de curso.
"Eso significa que el bloque está trabajando muy bien, no solo los defensas y el portero. Desde Pablo o Jova están haciendo un trabajo sensacional. Estoy feliz por ello pero no es algo a lo que no doy muchas vueltas. Prefiero mucho antes los puntos que conseguir porterías a cero", manifestó el portero hace unas semanas respecto a los pocos goles encajados. Sin un excesivo tino de cara a puerta, la fortaleza defensiva ha permitido que con 17 goles en 15 jornadas, el equipo lidere con puño de hierro el grupo IV, a seis puntos de sus perseguidores (el San Fernando, Badajoz y Marbella se encuentran empatados a 28 puntos).
La estadística dice que el ascenso lo logra el Zamora y no el pichichi. Aplicada la revolución en el Cartagonova, Marc Martínez ha logrado que la sombra de Joao Costa no retumbara como le sucediera a alguno de sus antecesores cuando tuvieron que suplir a grandes nombres. Le pasó a Casilla (3 veces campeón de Europa) con Rubén Martínez (actual portero de Osasuna) y le pasó a Pau Torres con Limones.
El ex del Recreativo de Huelva se ha hecho dueño y señor de la portería, dotando de seguridad a una zaga completamente nueva y sin embargo compenetrada como pocas se han visto en los últimos años por el Municipal Cartagonova. El domingo, en Nueva Condomina, Marc busca afianza su nombre como guardián de la tropa albinegra.