EL PASICO DEL APARECIDO / OPINIÓN

Los tres samuráis y los abajo firmantes

27/03/2021 - 

CARTAGENA. Cuando Einstein publicó su teoría de la relatividad cien intelectuales nazis publicaron una carta en la que la calificaban de "física judeo-comunista" y errónea de cabo rabo, a lo que el genio judío se limitó a responder "¿Por qué cien? Con uno que llevase razón bastaría". Y, en efecto, así era: un contraejemplo basta para arruinar cualquier conjetura matemática, por bella que sea, y el número de detractores no es relevante (al menos no debería serlo). Pero la política no es física, ni matemáticas, y en ella el prestigio y el número cuentan. La noticia de que una de los tres samuráis, Campuzano, podría ocupar la Consejería de Educación y Cultura ha despertado tal maremágnum que el presidente Miras se ha visto atrapado entre los abajo firmantes y los abajo votantes, más numerosos, pero menos conocidos.

Son debates distintos el de Educación y el de Cultura. Si hay tres tribus políticamente delicadas son los sindicatos de profesores, los rectores y los obispos. Están muy bien formados, tienen tiempo libre, y gozan de gran influencia social, por lo que resulta suicida tratar de gobernarlos sin conocer bien los gremios correspondientes. Corolario: el asunto del 'pin parental' y la cartera de Educación merece un Pasico aparte.

"el problema del programa cultural samurái no es tanto lo que pretende, sino lo que deja fuera"

Centrémonos ahora en lo de Cultura y elijamos tres representantes de los firmantes, pues resulta imposible debatir, que es una forma de respetar, con una multitud a la vez (Barrabás sabía bastante de eso). He optado por el filósofo Jarauta, la novelista Mondéjar y el pintor Sicre. No es que quiera ningunear a Patricio Hernández, sino que, si de ese activista cultural tan declaradamente izquierdista dependiese, Cultura no estaría ni siquiera en manos del PP.

Enfocado así el asunto ya no se trata tanto del número de firmantes, sino de la calidad de sus argumentos, pues ahora estamos confrontado a tres destacados intelectuales con los tres samuráis. Veamos. Su programa cultural, ley de mecenazgo, caza y tauromaquia, tiene la ventaja de que, siendo tan escueto, sería difícil no cumplirlo, pero sufre la desventaja de que los toros y la caza nunca han estado adscritos a Cultura, sino a otras consejerías.

No creo que los firmantes se opongan a estimular el mecenazgo cultural, al lo que los acaudalados de la región, que los hay, contribuyen bien poco, quedando esa función relegada a los ayuntamientos y las entidades financieras. Imaginar estímulos fiscales a empresarios o modos de que el mecenazgo contribuya a prestigiar sus marcas comerciales sería positivo. En el año 2020 se exhibió en el Muram de Cartagena una exposición de Sicre organizada por la consejería. ¿Qué de malo tendría que alguna de las fortunas de la púnica la hubiese patrocinado? Me apostaría un café asiático a que el cartagenero medio comprendería eso con más facilidad que la pintura del gaditano.

O sea, que nos queda la caza-pesca y la tauromaquia. ¿Son cultura? En mi opinión sí lo son, pues por cultura hay que entender todo lo que, en los humanos, no sea naturaleza, no sea biología. Comer es biología, pero cocinar es cultura; follar es biología, pero el erotismo es cultura. Y así sucesivamente. La caza y la pesca son actividades próximas a lo natural, que no en vano derivamos de bandas de cazadores-recolectores, pero han evolucionado tanto que ahora son cultura; la tauromaquia es decididamente cultura, pues nada hay de natural en arriesgarse ante un morlaco por pura estética. ¿Cuál es el problema? Que muchos del mundillo de la cultura no lo ven así; sin embargo, la mayoría de los ciudadanos, que son votantes, sí lo ven así. Yo caigo en esto del lado de los Jarautas y las Mondéjar, pero muchos no comparten esa preferencia. 

Prefiero leer El pensamiento mudo de los peces que echar el anzuelo a los mudos pensadores, pero las gentes de los pueblos costeros optan por lo segundo en su mayoría (son cuantiosos los votos andaluces han pasado de IU a Vox porque algún genio pre-podemita se empeñó en prohibir la caza). Prefiero tratar de entender a Kierkegaard de la mano del filósofo firmante que asistir a una corrida de toros, pero los de Abarán no celebran sus fiestas leyendo al danés, sino viendo torear. Y eso que seguramente no sepan que se trataba de un tipo que prefirió abandonar a la joven de la que estaba profundamente enamorado (y que le correspondía) para dedicarse íntegramente a lo suyo. No me extraña que su tema preferente fuese la angustia inherente a la consciencia de nuestro carácter mortal. Puestos a habérselas con la muerte la mayoría de los abaraneros prefieren emocionarse con el riesgo del torero y la agonía del toro que romper con sus novios o sus novias. Llamadlos raros.

En resumen, el problema del programa cultural samurái no es tanto lo que pretende, sino lo que deja fuera, como la pintura, la literatura, la música, etc. O sea, lo que tradicionalmente se viene considerando Cultura. Eso lo sabe Miras y también sabe que los tres samuráis carecen de equipos que puedan subsanar esas carencias. En consecuencia, los tiros están yendo, o deberían estar yendo, por negociar con ellos los presupuestos (que urgen), conversaciones que están muy bien encarriladas y, si insisten en estar presentes en el organigrama gubernamental argárico, acomodarlos en alguna Dirección General, con rango si se tercia de Secretaría General, con competencias en caza, pesca y, eventualmente, tauromaquia. 

Esa solución, que alguien está barajando, sería positiva para todos: de Cultura se haría cargo alguien más conectado con ese mundillo, mientras que los pescadores, cazadores y aficionados a los toros verían con agrado que gentes con un genuino interés en esas facetas culturales les facilitasen practicarlas. Afortunadamente, en la región argárica no abundan los que odian todo eso porque odian a España, de modo que casi nadie protestaría. Es lo que se está tramando, o lo que el Aparecido, que tiene tendencia a confundir sus deseos con la realidad, imagina que se está tramando. Dicho queda.

JR Medina Precioso

jrmedinaprecioso@gmail.com

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