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Los reclusos también sufren recortes en su libertad durante el confinamiento

Los centros penitenciarios de la Región exigen más medidas preventivas entre los internos y policías

26/04/2020 - 

MURCIA.  El confinamiento ha cambiado rutinas, relaciones sociales y horarios de trabajo…, desde que se decretó el estado de alarma. A partir de este momento, la libertad de las personas quedaba limitada bajo una causa justificada o una acreditación de movilidad. La libertad quedó recortada en todos los ámbitos, incluso para aquellas personas que ya tenían de por sí una libertad reducida: los internos de un centro penitenciario.

Las actividades rutinarias de los reclusos se han visto modificadas en su totalidad con el fin de evitar posibles contagios de coronavirus en la comunidad penitenciaria. Las salas socioculturales se han cerrado y por tanto, los talleres, cursos y clases se han sido suspendido como medida preventiva y protección entre ellos.

Así mismo se han evitado aglomeraciones en el comedor a través de una organización por turnos de los internos. Durante el resto de horario regimental pueden permanecer en sus celdas siempre que estén dos en ella. Este último hecho, es una forma de autoaislarse entre ellos y anteriormente estaba prohibido, pero dada la situación en la que se encuentran, los funcionarios de prisiones se lo permiten.

No obstante, el centro deportivo queda abierto para los internos, los cuales pueden disfrutar del deporte por módulos individuales.

A pesar de que se hayan suspendido las visitas de personas externas al centro y los locutorios, los reclusos no han perdido el contacto con ellas. Las llamadas telefónicas han aumentado un 50%, aunque también los internos pueden utilizar un sistema de videollamada para comunicarse con su familia o pareja como si se tratase de un vis a vis.

Para este tipo de comunicaciones se conceden diez minutos a cada uno y dependiendo de su situación, podrán realizar una o dos veces al mes.

Indefensos ante un contagio

Según señalan a Murcia Plaza fuentes del sindicato Acaip, el primer fin de semana de estado de alarma hubo comunicaciones y vis a vis en los centros, lo que generó una situación “humillante” dado que se podían haber contagiados todos por la falta de material de protección. Los funcionarios de prisión estaban recibiendo a centenares de personas del exterior, sin mascarillas, sin guantes ni geles desinfectantes.

Los internos están al día de lo que sucede en el exterior y son conscientes del riesgo y peligro existente. La información les llega a través de la televisión y pueden seguir las noticias y las medidas tomadas por el Gobierno en su día a día. De esta forma, la comunidad entiende la situación, aunque siguen provocándose incidentes entre ellos.

Más incidentes

El número de incidentes han aumentado y los funcionarios de prisión deben actuar de forma inmediata para separar los cuerpos y evitar que transcienda a mayor gravedad. Ante esta situación, queda evidente el continuo contacto que hay entre trabajadores e internos, por lo que el trabajador debe ir protegido con mascarillas y guantes, además de su uniforme habitual.  

“Antes de que se decretara el estado de alarma, nosotros ya veíamos venir la gravedad de la situación generada por el virus, por lo que muchos decidimos ponernos mascarillas propias para trabajar. Ante este hecho, había centros de la Región que nos indicaban que no nos pusiéramos mascarillas porque creaba una alarma social entre la población reclusa. Cuando los mismos internos, nos han agradecido llevarlas”, asegura un funcionario del centro penitenciario de Campos del Río.

Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior, suspendió todas las salidas temporales que realizaban algunos privilegiados del centro salvo alguna circunstancia extraordinaria, como visitas urgentes al hospital. En este caso, si el interno decide salir del centro deberá pasar posteriormente 14 días en confinamiento total en su celda.

Los trabajadores son las únicas personas que están en contacto con el mundo exterior y el centro, por lo que siempre deben ir protegidos para evitar contagios. Este servicio esencial está trabajando para conseguir las pruebas de test rápidos con el fin de impedir que aquellas personas asintomáticas sigan trabajando.

“Hay centros a los que se les ha proporcionado mayor cantidad de material de protección, como un kit con una mascarilla ffp2 o quirúrgica, geles hidroalcohólicos y guantes para cada día de trabajo. Otros centros están tomando la temperatura de los trabajadores a la entrada del trabajo. Sin embargo, la Región de Murcia sólo ha obtenido una mascarilla quirúrgica para 40 horas de trabajo”, explica el funcionario de prisión.

La secretaría general de Instituciones Penitenciarias ha ido dictando órdenes atendiendo a las exigencias y demandas de las presiones sindicales. Los funcionarios no sólo exigían material de protección y la suspensión de actividades socioculturales, sino también alojamiento para aquellos trabajadores esenciales que estaban desplazados puesto que todos los hoteles estaban cerrados por el estado de alarma.

De este modo, han conseguido que se abra un hotel de referencia en cada ciudad y en la Región es El Churra, ubicado en Murcia.

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