MURCIA. Las vacunas, como es sabido, son las principales armas terapéuticas en la prevención de las enfermedades infecto-contagiosas, constituyendo los elementos de referencia en el control de las pandemias, al romper la cadena de transmisión. En el caso que nos ocupa (covid-19) es fundamental, dado que el reservorio es el hombre y se transmite con una gran facilidad entre las personas, pudiendo modificarse según las cepas epidemiológicamente activas. Con la aparición de las nuevas cepas, la velocidad de transmisión es superior, especialmente con la india y entonces, para poder controlar la covid-19, se tendría que vacunar el 90% de la población. Por ello es prioritario acelerar la cumplimentación de los programas de vacunación en todo el mundo.
El problema de base ha sido estudiado por la Universidad de Leyden (Holanda), realizando un estudio bibliométrico de más de mil publicaciones científicas sobre vacunas covid-19. Tras un exhaustivo análisis estadístico, han encontrado que no ha existido buena colaboración entre gobiernos, instituciones y especialistas del tema, no lográndose consenso en todos los apartados. En cada país el programa de vacunación es diferente y, con algunas excepciones de pequeños países (Israel), la mayor parte de la población no está vacunada.
"LOS datos ponen de manifiesto que se tardará más tiempo en alcanzar la inmunidad de grupo"
En España hasta el 5 de mayo actual se han administrado 18,5 millones de dosis de vacunas. De ellas, 12.966.552 (27,8%) han recibido una dosis y solo 5.696.827 (12,1%) ha recibido la dos dosis de vacuna, que en el mundo no llega al 4%. Estos datos ponen de manifiesto que se tardará más tiempo en alcanzar la inmunidad de grupo. Hasta ahora se ha dicho que se lograría cuando se vacunara el 70% de la población. Sin embargo, como hemos dicho previamente, con las nuevas cepas se necesitaría que se vacunara el 90% de la población, por lo que sería mandatorio una mayor rapidez de vacunación y hacerla masivamente
Por tanto, lo primero que tenemos que hacer es vacunarse con prontitud, si queremos volver a nuestra normalidad y poder recuperar nuestros hábitos, tradiciones, reuniones, espectáculos. Es decir, poder gozar de la vida propia de nuestra tierra, nuestra querida Región de Murcia, un pedazo de cielo que Dios una tarde se dejó caer.
El segundo problema es diseñar un programa ajustando vacuna según las edades, seleccionando las que han demostrado alta eficacia y que tengan la mayor seguridad. En éste sentido, en EEUU (MMWR), siguiendo los criterios de la CDC, entre el 14 de diciembre del 2020 hasta el 13 de enero de 2021 se han puesto 13.794.904 dosis de vacunas (Pfizer y Moderna), realizándose seguimiento de las personas vacunadas durante el primer mes tras su administración. De todas ellas, 6.994 (0,0005%) han presentado efectos indeseables, siendo leves en 6.354 y serios en 640. Los más frecuentes fueron las cefaleas, fatiga y mareos. De 113 fallecidos el 65% eran personas >80 años que residían en centros de la tercera edad, no encontrando relación entre la administración de la vacuna y su muerte de acuerdo con los certificados médicos, informes hospitalarios o autopsias.
En relación con otras vacunas, tenemos que señalar que hasta el 7 de abril de 2021, en la Unión Europea se han administrado más de 82 millones de dosis de vacunas, de las cuales AstraZeneca se ha usado en el 25% en Alemania y 30% en Austria. En España, 2.388.397 personas han recibido la primera dosis de dicha vacuna, quedando pendiente de completar su vacunación, que te tendría que hacerse, según mi opinión, con la misma vacuna.
"De más de 35 millones de dosis en toda Europa, se han detectado cerca de 300 (0,0008%) casos de trombocitopenia con trombosis venosa cerebral o abdominal"
No obstante, se está realizando en Madrid un estudio para valorar la respuesta con una segunda dosis de otras vacunas, en base a la presentación de casos de trombosis venosa senos cerebrales. De más de 35 millones de dosis de vacuna administradas en toda Europa, se han detectado cerca de 300 (0,0008%) casos de trombocitopenia con trombosis venosa cerebral o abdominal. Esta complicación es denominada trombocitopenia trombotica autoinmune, inducida por la vacuna AstraZeneca (VIPIT). Se debe a la producción de anticuerpos anti factor 4 plaquetario, induciendo la activación de las plaquetas y produciendo trombocitopenia asociada con trombosis venosa, de localización preferente a nivel de los senos cavernosos cerebrales y en menor número a nivel abdominal (bazo).
No se han observado trombosis arteriales de ninguna localización. Su mecanismo probable puede estar en relación con la potencial replicación del adenovirus, utilizado como vector de la vacuna y que procede de un recombinado del chimpancé. Esta replicación, que se presenta en muy pocas ocasiones, puede estar asociada a los cambios genéticos entre los diferentes grupos de personas.
Este síndrome con la formación de anticuerpos anti FP4, fue descubierto por Greinacher y su equipo en la Universidad de Greifswald de Alemania, asociados con el tratamiento de heparina (TIH), encontrándolo en casos muy aislados (<0,1%). A los cinco días de su administración aparece una trombocitopenia <50.000 seguida de trombosis venosa como hemos indicado. En los últimos tiempos también se ha observado con la vacuna Janssen, detectándose 6 casos en 8 millones de dosis administradas. Asimismo, de forma rara, se describen tras vacuna antigripal, difteria, sarampión, varicela; también se ha visto tras el uso de algunos agentes compuestos con derivados polianionicos (pentosan sulfato) e hipersulfatados (condroitin sulfato), así como en cirugía de rescate de prótesis de rodillas.
Desde el punto de vista epidemiológico, esta complicación rara se asocia con más frecuencia en mujeres con edad <60 años, no encontrándose de momento factores de riesgo definidos. Las manifestaciones clínicas (cefalea persistente, nausea/vómitos, mareo continuo o dolor abdominal) aparecen entre 5-20 días tras la vacunación. Por lo tanto, cuando estos síntomas aparecen y se prolongan más de 48 horas es prínceps su sospecha clínica inicial, teniendo que realizarse un hemograma y un angio-TAC cerebral o abdominal según los síntomas. De esta forma se logra su diagnóstico precoz, posibilitando iniciar el tratamiento de mayor eficacia, que precisa de una participación multidisciplinaria.
El Prof. Dr. Vicente García, catedrático y jefe de Servicio de Hematología del HUMM, es una de las autoridades de referencia internacional del estudio de las plaquetas y en una entrevista en prensa señalaba la gran importancia que tiene no dar heparina como tratamiento anticoagulante, sino otros tipos de anticoagulantes no heparínicos. Los modernos AO (edoxaban, apixaban etc) y los inhibidores de la trombina (argotroban, bivalirudin) ofrecen una buena alternativa terapéutica. Al mismo tiempo tiene que administrarse Gammaglobulina hiperinmune a dosis elevadas de 1g/k/d durante dos días, ya que como expresa claramente el Dr. Vicente García inhibe el receptor evitando la activación de las plaquetas y su destrucción, con lo cual se restablecerá la tasa de plaquetas, obteniendo el beneficio del paciente.
Como profilaxis de este potencial trastorno autoinmune, tras administración vacuna AZ, en mi opinión personal, con objeto de minimizar la posible reacción antígeno-anticuerpo anti FP4, en los pacientes, con antecedentes familiares o personales de enfermedades cardiocirculatorias y vasculares (trombosis, flebitis MI, isquemia cerebral, Insuficiencia coronaria, arteriopatías) y enfermedades hematológicas, administrar dos horas antes de su vacunación, una dosis de Urbason de 40 mg IM, repitiéndola a las 24h y 48 horas después.
En resumen, para controlar la pandemia de la covid-19 es de auténtica actitud comprometida con la sociedad, que todos nos vacunemos cuanto antes. Y en la selección de las vacunas tiene que existir una consenso claramente estructurado, entre las diversas instituciones, autoridades y especialistas sanitarios de esta problemática crucial para nuestra vida.
Prof. Dr. Joaquín Gómez Gómez
Catedrático Emérito de Infecciosas del Departamento de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la UMU.
Con la colaboración especial en la redacción y preparación de este manuscrito de
Dña. María Dolores Sánchez Albaladejo