MURCIA. Han sido inspiración de poetas; escritores han escrito sobre ellos; y hastan han dado nombre a calles. Los Bolos Huertanos, cuya existencia se remonta a principios del siglo XVI, cuentan con su propia reglamentación, organización e idiosincrasia, además de constituir objetos de artesanía, con un modelado y torneado de las piezas de juego que guarda una tipología única. Por todas estar razones y otras muchas, la Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) ha solicitado a la Consejería de Cultura la protección de los también conocidos como Bolos Murcianos, como Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial. La dirección general de Patrimonio Cultural ya ha iniciado un expediente para estudiar el asunto, según ha informado Huermur.
La asociación murciana ha señalado que los Bolos Huertanos "constituyen uno de los juegos tradicionales de mayor raigambre y antigüedad en la Región de Murcia, y que a día de hoy son un patrimonio vivo que se sigue practicando en diversas partes de la huerta de Murcia y de la Región". La entidad conservacionista ha remarcado que los Bolos Huertanos presentan en la Región de Murcia "características propias que permiten singularizarlo como una manifestación cultural popular propia y profundamente enraizada en la cultura popular regional".
En este sentido, el presidente de Huermur, Sergio Pacheco, ha añadido que "los Bolos Huertanos son parte de la historia y el patrimonio popular de la huerta de Murcia y de la Región, y como legado de nuestros antepasados no podemos dejar que se pierdan por lo que esperamos que la Consejería de Cultura atienda la solicitud para protegerlos como patrimonio inmaterial como ya han hecho otras comunidades autónomas". Una protección que supondrá un reconocimiento a nivel nacional de la importancia histórica y cultural de este juego tradicional", según Pacheco.
Por otro lado, la entidad conservacionista ha afirmado que "hay constancia escrita de los orígenes de los Bolos Huertanos como mínimo desde el siglo XVI, pues quedó consignado así en el documento histórico más antiguo del que se tiene constancia y que se remonta a marzo de 1523, cuando el Concejo de Murcia publicó un pregón sobre dicho juego".
También la Murcia del siglo XIX guarda muchos recuerdos del juego de bolos, pues desde pintores como José María Sobejano y Adolfo Rubio a periodistas como Martínez Tornel, nos dejaron muestras gráficas y escritas sobre el tema, tal y como añaden las mismas fuentes.
No existía pueblo, añaden desde Huermur, barrio o pedanía del entorno de la huerta o zona costera sin su correspondiente campo de bolos. Incluso dieron nombre a calles. Es el caso del juego de bolos existente en San Antolín (Murcia), anterior a 1809 y que prestó el nombre a la calle que accedía al mismo.
Otro de los puntos de interés de los Bolos Huertanos es la gran cantidad de torneos y campeonatos se ha celebrado durante décadas, compitiendo las pedanías de Murcia e incluso entre el margen izquierdo y derecho del río Segura.
Por último, Huermur señala que la Región de Murcia debe proteger este patrimonio inmaterial y no ser menos que otras regiones de España donde ya han protegido sus juegos tradicionales de bolos como BIC inmaterial, como es el caso de Asturias en 2017 o Cantabria en 2015.