MURCIA (EFE). La Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) ha iniciado los trámites para solicitar que la Audiencia Nacional paralice de manera cautelar las obras de rehabilitación de la Cárcel Vieja de Murcia, para evitar el derribo de sus muros perimetrales y la reconversión del edificio en base al proyecto arquitectónico aprobado.
La entidad conservacionista ya solicitó al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática esa paralización de las obras, que se encuentran en su segunda fase y cuyos trabajos arrancaron el pasado 10 de diciembre para rehabilitar parte del edificio del módulo de internos del antiguo penal.
Lo hizo en el marco del periodo de exposición pública del expediente de protección de la cárcel como "Lugar de Memoria Democrática" y, ante la falta de respuesta del Ministerio, han repetido el requerimiento y han iniciado los trámites para trasladar el asunto a la Audiencia Nacional si el organismo estatal no toma medidas, según explican en un comunicado.
El derribo de los muros perimetrales de la antigua prisión provincial ya se llevó a cabo también en la primera fase de rehabilitación, que afectó al edificio de acceso y que actualmente se utiliza como centro de arte contemporáneo.
El proyecto arquitectónico fue elegido a través de un concurso de ideas en 2017 y contemplaba esa apertura al exterior de la cárcel, de manera que es posible acceder a los antiguos patios carcelarios desde la calle.
Para Huermur, derribar "elementos esenciales de la estructura, como los muros perimetrales de la antigua prisión, supondría una pérdida irreparable para el patrimonio histórico de la ciudad", por lo que insiste en la importancia de paralizar la intervención en la que además, lamentan, está previsto “vaciar y reconvertir el edificio en un espacio comercial, con usos como cafeterías y terrazas para performances", lo que, en su opinión, "banaliza y descontextualiza la importancia cultural e histórica del lugar".
Huermur ha insistido en que “este tipo de actuaciones son incompatibles con los principios de conservación y memoria, que exigen respeto por la integridad de los bienes protegidos”