Llegaron las lluvias y vuelve a sufrir el Mar Menor

MURCIA. Las lluvias vuelven a poner en evidencia la fragilidad del Mar Menor ante los fenómenos de la naturaleza. Una vez más, la zona costera se ha teñido de color marrón con la entrada de agua dulce con tierra y sedimentos procedentes de las ramblas y escorrentías.

Uno de los factores que más contribuye a la contaminación del Mar Menor es la lluvia, ya que colapsa los sistemas de depuración provocando que aguas residuales no depuradas lleguen a las ramblas, produce el arrastre de los suelos y aporta grandes cantidades de agua dulce con los perniciosos efectos sobre el ecosistema acuático.

"Salvar el Mar Menor no es complejo, se trata de voluntad y decisión"

La desembocadura de las ramblas directamente en el Mar Menor está colmatándolo de fangos y sedimentos, acelerando el proceso de pérdida de masa de agua salada y provocando la contaminación por fosfatos con el efecto nocivo sobre el fitoplancton y la calidad de sus aguas.

Las agresiones que sufre el Mar Menor provocadas por la ausencia de una red de interceptación de las ramblas y escorrentías son de una indudable magnitud. La continua incorporación de agua dulce de lluvia y del acuífero junto al paulatino anegamiento de las golas están alterando su equilibrio ambiental.

Desde 2016, los episodios de lluvias de mayor o menor intensidad se vienen repitiendo sin que hasta el momento se hayan iniciado las necesarias infraestructuras que permitan su interceptación, desvío, tratamiento y posterior aprovechamiento.

La sociedad actual se está acostumbrando a vivir rodeada de problemas que afronta con pesimismo y resignación ante la falta de respuesta para erradicarlos. Se buscan responsabilidades y se debate sobre culpables, mientras que se obvia lo más importante, que es poner en marcha soluciones que resuelvan los problemas.

Se ha demostrado que la proliferación de algas y ovas del Mar Menor se debe, mayoritariamente, a la presencia de fósforo procedente de aguas residuales insuficientemente depuradas y no a la agricultura eficiente y sostenible de la comarca. Se ha constatado el peligro de los sedimentos que llegan por las ramblas y de la continua aportación de aguas salobres con nutrientes a través de la rambla del Albujón.

Sin embargo, parece que se prefiere depender de los fenómenos climatológicos antes que realizar las infraestructuras hidráulicas necesarias que permitan eliminar gran parte de los riesgos del Mar Menor. Se opta por hacer el Don Tancredo, esperando que todo se solucione por sí mismo y escampe lo antes posible.

"¿Para cuándo un interceptor de las ramblas para evitar que agua y nutrientes lleguen hasta el Mar Menor?"

Salvar el Mar Menor no es complejo, se trata de voluntad y decisión: apertura de golas determinada para un flujo de agua estable, eliminar la entrada de agua dulce, sedimentos y lodos por lluvias mediante un interceptor de las ramblas para su posterior reutilización en agricultura, depuración integral de las aguas residuales que impidan la entrada de fósforo y contaminantes tóxicos  y una gestión del acuífero que disminuya el nivel freático y los aportes costeros.

Hay experiencias de éxito de regeneración ambiental muy cercanas. El saneamiento del río Segura, por entonces uno de los más contaminados de Europa, fue un ejemplo de leal y eficaz colaboración entre administraciones (Confederación Hidrográfica del Segura y Ayuntamiento de Murcia). Durante muchos años (2000-2014) la colaboración entre las dos administraciones, en ocasiones gobernadas por partidos políticos distintos, consiguió el objetivo previsto porque  primaba la voluntad de solucionar problemas antes que la lucha política.

Hay soluciones, experiencia, conocimiento y fondos europeos suficientes para llevar a cabo los proyectos de saneamiento integral del Mar Menor. ¿Por qué tanto tiempo perdido?¿Cuanto tiempo más tendrá que seguir padeciendo la falta de decisiones?¿Seguirán las lluvias agrediendo al Mar Menor? ¿Para cuándo un interceptor de las ramblas para evitar que agua y nutrientes lleguen hasta el Mar Menor?

Miguel Ángel Cámara Botía

Catedrático de Química Agrícola

Director Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica

Universidad de Murcia