la ventana de colabora mujer rm / OPINIÓN

Libertad de metas

15/06/2022 -

MURCIA. Qué pasa cuando decides ir a por nuevas metas. Pues que debes empezar en serio con el proceso. Y es que hace un mes y pico decidí volver a por mi media maratón, después de estar parada 6 meses, tras 3 meses de parón obligatorio por mi hernia y pocas ganas de volver a intentarlo. Pero un día crees que es el momento y con decisión mental te plantas en el gimnasio.

Después de todo un mes sin faltar a mis citas con mi cinta, y de empezar por tan solo 5 minutos andando, y mil horas con la goma elástica para reforzar mi core (aunque no lo parezca), agujetas en las pestañas y mi propósito de subir de nivel acudiendo al nutricionista. Creo que llega el momento de hacerlo público con el fin de que mi compromiso conmigo misma sea real.

"Debes saber qué objetivo quieres, cómo vas a entrenarte y qué harás cuando lo consigas"

Y en este proceso estoy convencida de que las metas deportivas, las emocionales y las empresariales son muy similares. Debes saber qué objetivo quieres alcanzar, cómo vas a entrenarte para conseguirlo y qué harás cuando lo consigas. Estos días he podido estar con más de una centena de jóvenes empresarios y he vuelto a ver en nosotros las ganas de ir a por los retos. Se me había olvidado lo que me apasionan las personas, las estrategias y echarme unas risas porque sí, cuando por ejemplo me dicen que me parezco a una hija de Bertín Osborne…

La cuestión es que todos tenemos dificultades, pero todos podemos tener sueños increíbles, que si eres capaz de planificarlos podrás vivirlos. El tiempo me ha enseñado que la paciencia te enseña a disfrutar del camino mientras alcanzas la meta. Y que después de llegar has de plantearte otro reto aún superior; y aunque las circunstancias se vuelvan más tensas como nos toca vivir que si la crisis del ladrillo, que la bancaria, que luego el Brexit, que si una pandemia mundial, que si las crisis personales (que también existen) que si una guerra, que si la gasolina es el nuevo oro… y así cada vez que necesitamos echar la culpa a algún agente externo, porque somos incapaces de focalizar nuestros propios objetivos.

No hace tantos años me planteaba ser una abogada conocida; en otras ocasiones, una buena profesional; después que si trabajar en una gran compañía. Y, cuando no te das cuenta, te conformas con seguir siendo joven: espero seguir siempre joven al menos de espíritu. Mis hijos me han dado el mayor aliento que jamás pensaría, dejar un mejor mundo para seguir soñando en que un día podré ver parte de ese mundo. La verdad es que hoy mi sueño es poder ser maratoniana, en todos los sentidos, porque si soy capaz de correr esa carrera es que habré sido capaz de conciliar vida profesional, familiar, deportiva y personal, y ello con el mayor de los sentidos de responsabilidad sin dejar a nadie atrás. Hoy sé que a la que debo cuidar en primer lugar es a mí, porque sin nosotros no conseguiremos esos sueños. A veces toca decir que no, y asumir que somos limitados, y por ello centrarnos más en nosotros, para luego poder dar lo que encontremos dentro. Si algo aprendí de mi viaje a Jerusalén es que cuenta conmigo, cuenta con todos, y para ello debo empezar a trazar mi sendero.

Volver a correr, sentirme libre y conseguir plantearme las metas que me atreva a soñar. Eso mismo creo que debe ser el camino que nuestras empresas deben recorrer. Al menos, eso le pediría a los poderes públicos, libertad de decisión.

Una cosa más para añadir: se han planteado acaso estos mismos lideres cuidar de sí y de sus equipos como deberíamos cuidarnos las empresas… Si así fuera, mejor nos iría.

Hoy reclamo mi libertad de metas, y las de nuestras empresas.

Hace un rato terminé de leer una docena de actos que pueden llevarte a esto que yo quiero tener, FELICIDAD.

1.- Da las gracias

2.- Entrena el optimismo inteligente

3.- Evita el bucle

4.- Sé amable (también contigo)

5.- Cuida de los tuyos

6.- Desarrolla estrategias de resiliencia

7.- Perdona

8.- Mi Flow

9.- Compromiso con tus objetivos

10.- Saborea la vida