CARTAGENA. Cincuenta y nueve son los días que han pasado desde que Javier Sánchez Nieto recibió la llamada apresurada de su socio para decirle que se bajara del coche y que atendiera bien lo que iba a explicarle. Ese 13 de marzo no será olvidado por nadie en la Región de Murcia, a pesar de que todos veíamos la deriva de la situación. Sánchez Nieto recogió los automóviles, tras aquella conversación en la que le anunciaban lo peor, habló con sus trabajadores y empezó a buscar soluciones de forma inmediata.
Es propietario de las autoescuelas Príncipe de Asturias, dos en Cartagena, una en La Unión y otra en Mazarrón. A partir de ese fatídico viernes y 13, nada ha vuelto a ser como entonces. Mucho se ha hablado de sectores importantes como el turístico, el hostelero, la construcción o el industrial, pero hay otros que no tienen esa dimensión y que han sido heridos de muerte; las autoescuelas son otro punto en la diana del coronavirus.
La Región cuenta con 300 autoescuelas en estos momentos, y su rumbo es una incertidumbre para un buen número de ellas. No vamos a hablar de números ni de pérdidas, todos nos podemos poner hacer una vaga idea del giro que debe experimentar el futuro de un empresario que, de la noche al día, cierra su empresa y sus ingresos se convierten en 0 'ipso facto'.
Como cualquier otro sector, en las autoescuelas cada empresa ha actuado de una forma, pero aquí cuentan con un factor que les puede ayudar a remontar más rápidamente que otras: la llegada del verano. Para ellos, la época estival, con el fin de las curso escolar para los jóvenes, supone lo que ellos denominan 'temporada alta'. Además, tienen este año la posibilidad de abrir el mes de agosto y la Dirección General de Tráfico examinará en esas fechas, una circunstancia poco habitual en la Región de Murcia.
Hace unos días, el director general de Tráfico, Pere Navarro, se reunía con los representantes de Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) y allí acudió el presidente, el murciano Enrique Lorca. Dentro del plan de desescalada y, en las distintas fases establecidas por el Gobierno, en la fase 2, para el 25 de mayo se contempla el inicio de actividad para las autoescuelas y, a la vez, apertura de DGT y distintas Jefaturas al público.
Fue en aquel encuentro donde se apuntó la posibilidad de no cerrar por vacaciones, para compensar, en parte, los casi dos meses y medio que estarán paradas las autoescuelas.
Entre los puntos que se trataron, explicaban que se mantendrán los exámenes ininterrumpidamente en todas las Jefaturas, a partir del inicio de la actividad. 'Se buscará consenso y todas aquellas medidas posibles para que el período de vacaciones de los funcionarios, permita dar un servicio adecuado y proporcional a la demanda de exámenes', decían entre sus propuestas.
"Para nosotros supone un alivio", explica Javier Sánchez a Murcia Plaza. "Es el momento en el que las autoescuelas suelen estar llenas de nuevos alumnos, y aunque nos tendremos que adaptar a la situación, nos anima a seguir adelante", añade. Pero antes, les toca 'atarse los machos' y llevar a cabo un plan de reconversión, con aulas con aforo limitado (estrictas medidas de higiene) y clases prácticas en el vehículo con un solo alumno.
Para los exámenes se ha establecido un exigente protocolo: Un solo alumno en cada prueba; se interrumpirá el examen cuando resulte 'no apto'; los alumnos usarán guantes y mascarilla; el examinador no manipulará documento alguno; el examinador dispondrá de todos los elementos de protección que le proporcionará DGT, cuando finalice la prueba de un alumno se ventilará el habitáculo y se procederá a la limpieza de los elementos del vehículo utilizados como: volante, palanca de cambios, etc…
"En nuestro caso hemos visto que era urgente la necesidad de liquidez y de ahí que solicitáramos un préstamo al ICO", explica el propietario de la autoescuela Príncipe de Asturias. "Hicimos un ERTE y los trabajadores están cobrando su prestación, mientras que nosotros lo hacemos también como autónomos. Hemos negociado con los dueños de los locales que tenemos alquilados y también con nuestros talleres, combustible, etc... Fue todo muy rápido y, por suerte, no todo está perdido", añade. Reconoce, además, que en 2008 las autoescuelas sufrieron una profunda crisis y que han aprendido a nadar y guardar la ropa. "Estamos en un momento duro, pero ni es el más importante ni el más trágico", apunta restándole tremendismo.
Javier ha pasado ya la etapa de 'duelo', por llamarlo de alguna forma, y solo piensa en ese próximo 25 de mayo en el que podrá iniciar su actividad. Mientras tanto, ha conseguido ver las posibilidades que le ofrecía el confinamiento, con los cursos online. "Algo que nos ha enseñado esta etapa es que ganamos terreno en las clases virtuales. Con plataformas como Zoom le llevaremos a nuestros alumnos directamente al ordenador de su casa las clases teóricas que nosotros impartamos en la autoescuela. Ganamos en versatilidad y podemos multiplicar por cuatro el aforo", añade.
Ya están poniendo al día a sus profesores para esta llamada 'nueva realidad' de la que esperan también salir beneficiados. La tecnología se ha implantado en todas las profesiones y las autoescuelas no se van a quedar atrás.
Además, actualizarán webs, para pagar online las matrículas y ofrecer clases virtuales. "Siempre hemos estado muy encasillados, pero esto nos abre los ojos para que podamos seguir trabajando aunque la puerta esté cerrada", admite Javier Sánchez.
Por último, se acuerda de todos los alumnos que ese 13 de marzo se encontraron con un aprobado en el examen práctico y que, dos meses después, siguen sin poder conducir sus coches por no tener sus carnés. La DGT continúa cerrada y miles de conductores noveles esperan -tras el estrés del paso por la autoescuela- con la ilusión de un novato poder coger sus vehículos.
Repiten seis de los nueve concejales