MURCIA. El pasado viernes 17 de noviembre se conmemoraba el 448 aniversario de uno de los hechos más inexplicables acontecidos en Mazarrón, en donde la intervención de seres extraordinarios se hizo presente. Hoy es conocido este acontecimiento como el de 'La Virgen del Milagro' y actualmente se celebra con una gran romería en donde se recuerda la leyenda. Éstos son los hechos documentados el 17 de noviembre de 1585.
Mazarrón, de forma misteriosa e inexplicable, deja de pertenecer al marquesado de Los Vélez en 1572, obteniendo el título de Villa en ese mismo año y en 1577 se conoce que ya se estaba levantando la Torre de Los Caballos de Bolnuevo. Este hecho se explica por los continuos ataques de piratas a las costas mazarroneras, ya que Los Vélez estaban cansados de invertir en la defensa de estas costas, tan ricas en plata. Acerca de estos ataques aparece una leyenda en donde un ser iluminado atemoriza a los berberiscos en las mismas playas de Bolnuevo, siendo relacionada directamente con la propia Virgen María, a tenor de un suceso extraordinario acaecido en la propia Iglesia de San Antonio, hoy Convento de La Purísima.
Según fuentes parroquiales la leyenda versa así: En las nueve declaraciones que bajo juramento hicieron varios vecinos del pueblo, al amanecer del 17 de Noviembre de 1585 vino un vigía de la Cueva de los Lobos dando la alarma porque había oído ruidos extraños. Se tocó a arrebato la campana del Castillo de los Vélez y la gente fue a pie y a caballo hasta el mar donde vieron siete galeotas que se dirigían hacia Cabo Cope. A la vuelta siguieron el rastro de las huellas de los piratas que, de junto al Bol de Piedra Mala, se dirigía por la falda de la sierra pasando por el Cabo de la Leonera hasta la Cueva del Plomo, llegando al caserío de las Moreras y desde allí se dirigían al Bol de Susaña y a las tierras de Andrés Sepúlveda y desde ese lugar a la cañada de Antonia Ruíz hasta llegar a la Cruz de los Caminos en el arrabal del pueblo, volviéndose de nuevo por el Camino Real al pozo del ladrillar y desde allí de nuevo por la Rambla hasta las Pedreras Viejas y otra vez a Piedra Mala, dejando en su huida aparente municiones y otras pertenecías, entre ellas la Bandera llamada 'de los Moros' hoy restaurada y que se custodia en el Santuario de la Purísima en Mazarrón, como un testimonio histórico de aquel acontecimiento.
Vueltos al pueblo, admirados y asombrados de que aquellos piratas en número de unos quinientos hubieran llegado hasta cincuenta metros de la villa sin ser notados por nadie y que se fueran huyendo inexplicablemente sin que tampoco nadie los notara, entraron en la iglesia para oír la Santa Misa, volviéndose luego a sus casas para comer. En la Iglesia de San Antonio estaba erigida la Cofradía de Nuestras Señora del Rosario a cuyo rezo se interpretó la victoria de la Batalla de Lepanto contra los turcos en 1571.
El mediodía es la hora crucial en que se despejarán las inquietudes e interrogantes que no habían conseguido antes: al amanecer el sacristán y encargado del Hospital, Gaspar Martínez, visitó la iglesia de la Purísima y ha visto apagada, como era natural, la lámpara de aceite que hay en la capilla de Nuestra Señora de la Concepción, y en la cual había echado en la noche anterior una cuarta de aceite cerrando entonces la verja de la capilla con llave, y se fue a sus asuntos.
Al mediodía, cuando la gente salía de misa, la hija de la sacristana ha visto encendida la lámpara de la capilla de la Virgen y se lo ha dicho a su madre. Esta mujer, llamada Patricia Lara, asombrada de que eso ocurriera, pues era materialmente imposible, ella y otros vecinos que estaban en el Hospital contiguo oyeron un gran golpe en la iglesia y ante tal señal entraron y vieron la referida lámpara encendida y goteando aceite sobre el plato donde en poco tiempo hubo más de dos libras. Llamó a su marido y ante tal prodigio tocó insistentemente la campana de la iglesia de tal modo que el pueblo se inquietó y acudió a ver qué pasaba, unos pensando que algún anciano se había muerto, otros pensando que había llegado en libertad algún cautivo y otros sin más motivo que responder al sonido de la campana que tañía. Llegó el mayordomo de la Cofradía y Hospital, Ginés Pérez Monzón, pensando entonces que se había muerto algún asilado y vino también Clemente García, sacristán de la iglesia de San Antonio, junco con el escribano Jorge Escobar.
Cuando llegó el cura de San Antonio, don Ginés Cifuentes, el Mayordomo abrió con la llave la puerta de la capilla y pudieron contemplar los cuatro de cerca cómo la lámpara goteaba desbordándose el aceite sobre el plato. Dirigiendo el sacristán de San Antonio la mirada a la imagen de la Virgen vio cómo ésta tenía sobre la frente unas pequeñas gotas de agua y otras más grandes que se formaron en la mejilla derecha y en el lagrimal y caían sobre su pecho. El cura se arrodilló admirando y lleno de fervor empezó a dar voces alabando a Dios y a su Bendita Madre y se dirigió al pueblo diciendo: "No veis cómo suda la imagen de Nuestra Señora".
Por este motivo el 17 de noviembre fue proclamado día de Mazarrón. Este es el motivo por el que su Municipio tiene elegida como Patrona a la Santísima Virgen Inmaculada y la razón de que cambiase el día de su fiesta patronal que, hasta esa fecha, era celebrado anualmente el ocho de septiembre, festividad del Nacimiento de Santa María.
* Santi García es responsable de 'Rutas Misteriosas' y autor del libro Murcia, Región Sobrenatural