CARTAGEMA. Un grupo de promotores ha puesto en marcha un proyecto de rehabilitación de un inmueble en el paraje de Campillo de Adentro -la Fortaleza de Bocaoria-, cerca de la Rambla de La Azohía, que permitirá obtener 8 viviendas destinadas al arrendamiento, cesión en uso o disfrute temporal. El proyecto no se limita a la simple rehabilitación de un edificio. Es una iniciativa integral que busca crear un modelo de vivienda sostenible, colaborativo y accesible, y que ha contado con el apoyo fundamental de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Desde la Consejería de Fomento e Infraestructuras se ha ayudado para la financiación del proyecto, otorgando unaa subvención directa a la Sociedad Cooperativa Casagrande de Campillo Adentro, promotora de la iniciativa. Esta subvención ha sido posible gracias a la colaboración entre el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) y la Comunidad Autónoma, quienes han unido esfuerzos para impulsar este proyecto de vivienda asequible.
La actuación subvencionable tiene por objeto la rehabilitación de este inmueble, con una superficie útil de alojamiento o vivienda y proporcional de espacios comunes y de interrelación de 585,84 metros cuadrados, siendo por tanto, el importe máximo de la subvención 246.052,80 euros.
La singularidad de la actuación es objeto de financiación, al tratarse de nuevas modalidades de viviendas o alojamientos en comparación con las soluciones habitacionales habituales y por concurrir razones de interés social y económico, ya que la escasez de suelo, la subida de los precios y de los tipos de interés para hacer frente a una escalada inflacionista, el endurecimiento de la financiación y la pérdida de poder adquisitivo de las familias, dificultan o imposibilitan, en especial para los ciudadanos más vulnerables, el acceso a una vivienda en propiedad, siendo la única opción viable conseguir una vivienda en régimen de alquiler asequible.
El inmueble aparece recogido en el Plan General de 1987 como Antiguo Cuartel de la Guardia Civil de Campillo de Adentro. Fue construido en 1924 por el Cuerpo de Carabineros, que estaba encargado de la vigilancia de costas y fronteras; se reformó en 1947 para su integración como Cuartel de la Guardia Civil y en 1971 pasó a depender de La Azohía.
Las viviendas se disponen en en una única planta, alrededor de un patio central, en el que existe un aljibe para almacenamiento de agua de lluvia. El edificio tiene una superficie total construida de 970,82 metros cuadrados y ocupa una parcela de 9.034,00 metros cuadrados. Las viviendas contarán con salón-comedor con cocina incorporada, dos dormitorios y un baño. Además, cuatro de los inmuebles tendrán acceso a un patio de uso privado situado en las esquinas achaflanadas del edificio.
La actuación presentada apuesta, desde su origen, por la vida en común, ofreciendo varios elementos arquitectónicos para disfrutarla como son: un espacio social en planta baja, un espacio cultural acondicionando un antiguo gran aljibe, y un área deportiva en el exterior de la parcela. Para una segunda fase se prevé la rehabilitación de unas construcciones secundarias exteriores para su destino como piscina, vestuario y gallinero. Complementariamente, la edificación disfruta de una amplia parcela que será atendida por la comunidad en su conjunto. La actuación está autopromovida por una cooperativa constituida a tal efecto, convenientemente registrada y fiscalizada, y formada exclusivamente por los habitantes de las viviendas que se rehabilita
El proyecto de Campillo de Adentro destaca por la colaboración entre diferentes actores: administraciones públicas, sociedad civil y sector privado. La Sociedad Cooperativa Casagrande de Campillo Adentro, formada por los propios habitantes de las viviendas que se rehabilitarán, ha sido la promotora y gestora de la iniciativa. Y el Ayuntamiento de Cartagena ha dado su conformidad al proyecto y ha colaborado en su tramitación.
El mismo tiene un gran potencial para ser replicado en otras zonas de la ciudad y en otras regiones. Su ejemplo contribuirá a ampliar la oferta de vivienda asequible, a fomentar nuevos modelos de convivencia y a dinamizar la economía local. Además, el proyecto puede tener un impacto social positivo, ya que genera empleo y crea espacios para la interacción social y la cohesión comunitaria.
El diseño no es un caso aislado. En todo el mundo, cada vez más ciudades y comunidades están explorando alternativas a los modelos tradicionales de vivienda. La necesidad de encontrar soluciones innovadoras a los retos del acceso a la vivienda es cada vez más urgente, y estas iniciativas ofrecen una esperanza para un futuro más inclusivo y sostenible.
